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LA CRÓNICA DE BALEARES

Animales y personas excéntricas

Un complejo cómputo sobre las relaciones entre bestias de compañía y las salvajes y sus dueños en el ámbito doméstico

Un hurón en manos de su dueño.
Un hurón en manos de su dueño.tolo ramón

Dos intelectuales con fobia a los animales, el rector y un vicerrector de la universidad acudieron invitados a la finca del hotelero mallorquín F., de estética inusual. Entre sus piernas, inquietas, se paseó el cerdo amaestrado, mascota excéntrica de la esposa del potentado. En Calvià, V. convivió con un cochino que domesticó hasta que fue casi un rinoceronte.

Los cerdos que el doctor Moreiro engorda sin pienso en Muro en sus últimos cien días antes de la matanza reciben un suplemento de frutos secos y un vaso de aceite de oliva extra virgen para dar mejores sobrasadas y bajas en colesterol.

En Campos, narran que el negociante Tito Piris vació los últimos quesos de las cavas de su fábrica, tras venderla, y los lanzó a los cochinos de granja. En pinares cerca de es Trenc se criaron cerdos asilvestrados, seudojabalíes. En Camper, anuncian su marca con las piaras de cerdos negros de Son Fortesa y con burras (someres) que hizo únicas el independizado Guillem Ferrer.

Entre las historias de la corrupción ajena a sumarios judiciales, una hija de la primera autoridad de Baleares recibió un caballo pura sangre, obsequio de un empresario. En paralelo está el caso del promotor Fausto Ferrero, que entró el mejor de sus equinos árabes en el zaguán del Ayuntamiento de Palma con el alcalde Fageda, constructor tan afín.

La narco ‘la Paca’ tenía un mono que dormía, con ‘paquete’, con ella

El capellán Pou estimaba tanto su perro Terry que este iba a la iglesia mientras el dueño oficiaba la misa. Al morir el can, la criada, heredera y más del mosén, embalsamó el animal que en Semana Santa lo pomían cerca del paso de la Dolorosa.

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La bióloga Maxi Lange, coordinadora de la Plataforma Balear pera la Defensa de los Animales, estudió los erizos de tierra y para profundizar en su conocimiento convivió con uno en libertad durante meses en su estudio. Bastantes personas, en general mujeres, hacen de su hogar un refugio de animales abandonados hasta reunir jaurías.

El caso del mono con pañales que dormía con la Paca, la matriarca de la droga, no es leyenda de guardias civiles. Está en la videoteca de televisión la escena de ella alimentando con biberón al macaco. En una redada en el poblado de son Banya, aparecieron una decena de primates desaparecidos de diferentes enclaves. Está probada la pasión gitana por caballos y gallos conectada con apuestas de juego.

Un testigo del caso Kabul contra la Paca y los suyos quiso entra en el juicio con un pollo de pelea bajo el brazo. Cada quince días venía a Mallorca desde Cádiz un carísimo especialista en manicura de espolones y afeitado de muslos de aves de pelea. El mayor industrial ladrillero reunió más de mil ejemplares de gallos forasteros y se trajo de Cuba una familia de expertos galleros.

La hija de la primera autoridad recibió un caballo de un empresario

Los zoos privados, las colecciones de especies, se repiten, en general en secreto. Tony Mora, recién traspasado, reunió en una finca una colección de piezas exóticas de caza mayor. Hasso, un raro empresario de rent a car, tenía fieras felinas y mamíferos africanos gigantes. Una luminaria de los negocios turísticos compró una guarda de dromedarios para cobrar por ascender en ellos de Caimari al Massanella. Acabó mal como la vuelta a Mallorca en camello de la prehistoria de los 70.

La serpiente del profesor I. alcanzó un tamaño gigante tras años de cuidados y de tragar ratoncitos de crianza. Él la mostraba en sus visitas a amigos y un día les llevó el tributo final. El reptil cocinado en estofado, se repartió en muchos recipientes de taperware. Resquemor entre el clan. La piel sirvió para forrar cinturones.

Los toros bravos pastaron en Son Rossinyol, Sineu, donde el constructor Tomeu Pons alzó una plaza y creó una ganadería de lidia. Después lo intentó Ángel Galdón en El Onsareño, en el Pla. En Mina Petit, el banderillero Gabriel Nadal, soltó dos decenas de vacas, novillos y sementales bravos que acabaron salvajemente muertos a tiros.

Escena romántica la de Diandra, exesposa de Michael Douglas, en S'Estaca, al regalarle una rara pareja de pavos reales blancos. Tan impactante como el episodio de la gineta salvaje que Cosme A. vio trepar por paredes de una habitación. Las ginetas eran felinos domésticos en época de romanos. Otro suceso: el del mulo con patines que lanzó por una cuesta el extravagante chueta indiano Pedro J. Bonnín Armstrong, que invitaba a torear muflones en Es Fangar, con el personal siempre volteado.

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