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La presión de los trabajadores obliga a T-Solar y Xunta a negociar su venta

Los empleados han decidido mantener el encierro indefinido en la empresa Los trabajadores intentan evitar el desmantelamiento de las instalaciones

Los trabajadores de T-Solar, la segunda mayor planta de paneles solares de España, han logrado uno de sus objetivos tras una semana de encierro en las entrañas de la fábrica. Los administradores concursales aceleran el proceso de venta y ya se han sentado a negociar una salida airosa para la fábrica tras echar el cierre y despedir a 170 empleados el pasado mes de junio. Con un mes de retraso y tras alegar inicialmente que “no era el momento de estudiar ofertas”, a primera de la tarde los responsables de la factoría se reunían con Xesgalicia, la sociedad gestora de entidades de capital riesgo controlada por la Xunta que financió buena parte de la actividad con créditos ventajosos.

Posteriormente han mantenido un encuentro por videoconferencia con directivos de la empresa británica Sunfilm UK Limited. Es la única sociedad que ofrece el mantenimiento de todos los puestos de trabajo. También oferta 2,2 millones de euros por los activos libres de deuda (la fábrica costó 92,5 millones y actualmente está valorada en 18,3 millones) así como la inversión necesaria para sustentar la fábrica y aumentar su capacidad productiva.

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A pesar de los avances, los empleados han decidido mantener el encierro indefinido iniciado hace una semana para evitar el desmantelamiento de las instalaciones. Sospechan que los dueños de T-Solar “quieren hacer caja” antes de la venta, comerciando con la valiosa tecnología que permite fabricar los paneles solares más grandes del mundo. En la práctica lo han conseguido, ya que la empresa contratada para desmontar la planta de gases ha abandonado los trabajos. Pero no se fían. Los administradores concursales confirmaron esa paralización en una videoconferencia, pero se niegan a estampar el acuerdo en papel, condición indispensable para los encerrados. Mientras, el medio centenar de empleados apostados en las instalaciones aguatan estoicamente junto a varios vigilantes de seguridad y agentes de la Guardia Civil la ola de calor que abrasa el sur de Galicia.

T-Solar, controlada por el gigante de la construcción Isolux-Corsan, fue levantada en 2008 en el Parque Tecnológico de Galicia (San Cibrao das Viñas) gracias a un potente encadenado de ayudas públicas que sumó 65 millones de euros en solo cinco años. Esta mañana, el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, anunció durante una reunión con los trabajadores que llevará al Parlamento gallego, al Congreso y al Senado iniciativas que insten a mantener los 170 puestos de trabajo y no la recuperación del dinero público concedido por prácticamente todas las administraciones. Días antes también recibieron el apoyo de diputados del BNG y de AGE. Fue precisamente el gobierno bipartito de la Xunta el que impulsó la creación en 2008 de la factoría en este municipio del área metropolitana de Ourense. Socialistas y nacionalistas primero, y conservadores del PP y cajas de ahorro rescatadas después, espolvorearon a los propietarios de la factoría con una lluvia de millones públicos que no sirvió para que se viese obligada a declarar una deuda de 61 millones el pasado mes de abril cuando entró en concurso de acreedores.

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