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“Algunos pensionistas han pagado el 40% del medicamento por errores técnicos”

Problemas puntuales de conexión y con el sistema marcan la primera jornada con el copago farmacéutico

Una farmacéutica atiende a un cliente en el primer día de implantación del copago.
Una farmacéutica atiende a un cliente en el primer día de implantación del copago.Fernando Domingo-Aldama

El 1 de julio marca el comienzo de las rebajas, pero si por algo será recordado el día de hoy no es precisamente por los saldos. Más bien, pasará a la historia por implantarse el copago sanitario que obligará a todos y cada uno de los ciudadanos a pagar por los medicamentos recetados.

Las primeras horas han sido caóticas para parte de las farmacias bilbaínas: fallos de conexión en el sistema, problemas para compatibilizar los datos de la Tarjeta Sanitaria Individual (TIS) y hasta errores en el estado contributivo de los pacientes. Y sobre todo, grandes colas en la mayoría de las farmacias porque el sistema "ralentiza" el proceso de compra de las medicinas, según denuncia la titular de la farmacia Armesto, Joaquina Armesto. 

En la farmacia Plaza Nueva, por ejemplo, ha sido una mañana complicada. Desde las 9 llevan con problemas para acceder al sistema, lo que ha dificultado sobremanera la venta de los farmacéuticos. "Estamos a medias porque uno de los dos ordenadores no se conecta al sistema central y solo podemos pasar las recetas por uno de ellos", cuentan sus dependientas, que llevan al teléfono toda la mañana intentado solventar el problema. 

Otro de los infortunios a los que han tenido que hacer frente en este primer día del copago, ha sido que "no cuadran los datos del paciente con los que aparecen en el sistema". Tanto en la farmacia Garmendia Purroy de Santutxu como en la de Mercedes Euba en Bolueta han detectado que "algunas personas jubiladas han tenido que pagar el 40 % en vez de lo que les corresponde porque el sistema las reconoce como personas en activo, no como pensionistas". Eso obliga a las farmacias, que en muchos casos cuentan con una clientela fija y conocen "a la perfección" al comprador, a cobrarles lo que estipula el sistema aún a sabiendas de su situación real. 

Uno de los casos más llamativos ha sido el que ha vivido a primera hora la farmacéutica Marian de la Torre, propietaria del local que lleva su nombre. "Hemos tenido que adelantar el medicamento a una de nuestras clientas porque al pasar por el elctor su tarjeta sanitaria no ha reconociudo su perfil, no aparecía", cuenta. Además, ha tenido que atender a pacientes que han acudido con tarjetas anticuadas y sin banda magnética, lo que también ha ralentizado el proceso de venta de las medicinas. "Osakidetza tenía que haber actualizado todo esto antes de implantar el nuevo sistema, ya que ralentiza nuestro trabajo y se nos va acumulando gente ", precisa la farmacéutica.

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