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Las sombras de la VIU

La universidad virtual ha consumido 30 millones sin control de la Intervención y la Sindicatura El Consell busca comprador para la institución

La sede de la Universidad Internacional Valenciana en Castellón.
La sede de la Universidad Internacional Valenciana en Castellón. ÀNGEL SÁNCHEZ

La Universidad Internacional Valenciana (VIU en sus siglas en inglés) encara la recta final de su cuarto curso académico (el primero en el que ha superado el millar de alumnos pese a nacer con una previsión de 5.000) sumida en pleno proceso de venta. El Consell ha iniciado un “diálogo competitivo” para vender una universidad que tiene el punto fuerte en una plataforma virtual y la capacidad de emitir títulos oficiales. Educación afirma que no hay precio de partida. Según el último informe de la Intervención, la VIU tiene unos activos de 6,38 millones.

La Generalitat quiere desprenderse de una institución que ha consumido 30 millones de euros del presupuesto público y que no ha podido ser auditado directamente ni por la Intervención de la Generalitat ni por la Sindicatura de Comptes. Lo impide la indefinición jurídica con la que nació la VIU y la confusión con la fundación que recibe directamente los fondos para mantener a la universidad. El Consell creó la Fundación de la VIU y su patronato, para cumplir con los fines fundacionales, creó a su vez la universidad privada pero sin ánimo de lucro. Ambas cuentas se confunden y la universidad nunca ha rendido cuentas ante los organismos fiscalizadores de la Generalitat. Esta tampoco arroja luz sobre esta opacidad y se escuda en que se trata de una “entidad autónoma” para no dar explicaciones de cómo se gasta la media de cinco millones de euros anuales con los que la financia a través de la fundación.

La entidad emitió el año pasado cheques por valor de 44.000 euros

La Sindicatura ha instado a modificar la ley para aclarar el modelo organizativo de la VIU e insiste en que sea auditada.

La Intervención de la Generalitat también ha alzado año tras año la voz para que se regularice esta situación. En los tres últimos informes (2009-2011) destaca que la universidad no ha presentado cuentas y que la auditoria correspondiente "no ha podido ser realizada".

Muestra de la ausencia de fiscalización pública es el hecho de que la Consejería de Educación aduce que no tiene control sobre la VIU cuando se le pregunta por los cheques que emitió el año pasado la institución por valor de 44.000 euros. Así consta en una documentación a la que ha tenido acceso este diario y ha confirmado la propia universidad, para la que la Generalitat presupuestó el pasado año 4,55 millones destinados a gastos funcionamiento y otros 1,78 para compra de equipos, obras y mobiliario.

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Desde la VIU aseguran que todos los talones emitidos “lo han sido en el uso ordinario de sus actividades” y que “todo ello está justificado”. Afirman que esta forma de pago se ha utilizado para la retribución de finiquitos del personal y pago a consultores o expertos de la universidad, pero también por “la necesidad de tener alguna cantidad de dinero corriente para el funcionamiento normal de la propia universidad”.

El rector dice que se usan para cubrir el día a día y tener dinero en efectivo

La VIU, que también usó talones en 2011, accedió a detallar tres de estos cheques que aparecen en un listado que el rector, Juan Manuel Badenas, ha descrito como los movimientos bancarios de la entidad. Así, la VIU ha identificado uno (son casi una veintena en 2012) con la cifra redonda de 600 euros como “correspondiente a la salida de efectivo del banco para su ingreso en la caja fija (liquidez para el pago de pequeños gastos)”. También dos talones por 6.735 y 12.048 euros que corresponden a una indemnización por despido y a un finiquito. “Todos estos pagos están justificados y son nominativos”, recalca la VIU. Apunta también que disponen de toda la documentación que aclararía el destinatario y el concepto de cada cheque.

El pago por medio de talones es una forma habitual de liquidar gastos en empresas. No obstante, varias universidades públicas valencianas que han sido consultadas al respecto se han mostrado “extrañadas” por este método. Ninguna de las consultadas recurre a talones para tener efectivo en caja. El rector Badenas afirmó que así se afronta el pago de gastos del día a día como la compra de periódicos, proveedores, etc.

Este periódico volvió a preguntar a la VIU por un listado de talones de cifras redondas. En esta segunda ocasión, el gabinete de la universidad emplazó a una reunión con el rector. Pero en el encuentro Badenas arguyó un asesoramiento de última hora con la Abogacía de la Generalitat para evitar dar los datos. Las preguntas de este periódico coincidieron en el tiempo con la firma entre Presidencia y la VIU de un convenio para que la Abogacía de la Generalitat asista a la entidad.

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