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Educación cierra 22 escuelas rurales que se quedan con menos de seis alumnos

La Xunta hace un anuncio provisional sin esperar al final de la matriculación

Carteles contra el cierre del centro de Vilariño de Conso
Carteles contra el cierre del centro de Vilariño de ConsoNACHO GÓMEZ

No ha esperado a que se complete el proceso de matrículas. La Consellería de Educación ha anunciado ya una parte de los recortes que aplicará en el rural el próximo curso escolar: cierra 22 escuelas unitarias, 15 de ellas en la provincia de A Coruña, continuando con el proceso iniciado en cursos anteriores y argumentando que es muy escaso, por debajo de seis, el número de alumnos que han reservado plaza en estos momentos. Pero, según temen los sindicatos, este no es más que el principio del desmantelamiento de la enseñanza pública en los pueblos. El lunes, el departamento que preside Jesús Vázquez informará a los representantes de los docentes de cómo queda el listón de los agrupamientos; esto es, el número de alumnos de distinto curso y edad que un solo profesor podrá atender por aula. Y los sindicatos se temen lo peor: un aumento de los escolares agrupados que redundará en el cierre de nuevas unidades y en el despido de maestros. No es una sospecha: a algunos docentes ya les han anunciado que se quedan sin las unidades que estaban atendiendo.

Si el listón del agrupamiento escolar que marque la Xunta alcanza la cifra de los 15 niños de distintas edades por aula, los cierres de unitarias será “especialmente grave en provincias como la de Ourense”, destaca el secretario de CC OO Ensino en esta provincia, Álex Portela, considerando que buena parte de los colegios están incompletos en el rural ourensano.

De momento, la consellería ha emitido un comunicado a la defensiva para anunciar el cierre de las 22 escuelas unitarias sin saber cómo quedará la matrícula, por lo que puntualiza que ofrecerá el listado definitivo —“incluso puede ser menor que el existente a día de hoy”, precisa— en el DOG en agosto. En su acelerado anuncio de cierre, Educación apela al bajo índice de natalidad, asegura que su decisión “confirma la apuesta por la enseñanza en el rural” por parte del gobierno autonómico y se compara, mediante una lectura con la que sale reforzada, con el bipartito “que llegó a cerrar escuelas con nueve alumnos en tiempos de bonanza” mientras que el PP cierra las que tienen menos de seis.

Las unitarias a las que Jesús Vázquez echa la llave son las de Bealo (Boiro), Corcoesto (Cabana de Bergantiños), Vilela (Carballo), Herves (Carral), Regoelle (Dumbría), Vilanova (Miño), Uzas (Ordes), Igrexa-Beán (Ordes), Cando de Arriba (Outes), Boavista (O Pino), Ponteceso, Vacariza (Rianxo), Freixeiro (Santa Comba), Montouto (Santa Comba) y Vilaboa (Valdoviño) en la provincia de A Coruña. A estas se suman el CEIP Aníbal Otero de Ribeira de Piquín, en Lugo; la escuela de Éntoma (O Barco) y la de Dacón (Maside) en Ourense, además de las de Baiuca (Catoira), As Chans (Nigrán), Albar (Poio) y Piñeiro (Tomiño) en Pontevedra.

Más allá de apelar a la caída de la natalidad en Galicia “que está redundando en una menor entrada de niños en el sistema educativo cada año” (hubo 1.581 nacimientos menos en 2011 que en 2008, según los datos aportados por la consellería), Educación dedica buena parte del anuncio del cierre de estas escuelas a llamar la atención a los “colectivos que certificaron la desaparición de unitarias que van a quedar abiertas”. Sus “augurios quedaron desautorizados”, concluye. En su comunicado, se emplea en el ataque a estas organizaciones “interesadas en politizar la enseñanza, en crear innecesariamente alarma, malestar y tensión donde no existe para después atribuirle a sus movilizaciones el hecho de que los centros continúen con su labor docente que lejos de deberse a sus reivindicaciones resulta de la simple aplicación de un mismo criterio de matrícula en los últimos cuatro años”.

Las movilizaciones fueron efectivas sin embargo en algunos casos. Tras días de protestas, los padres de alumnos de las escuelas unitarias de Bamio y Solobeira, en Arousa, recibían ayer con satisfacción la noticia de que Educación había dado un paso atrás y renunciado a su clausura. Una decisión que las ANPAS atribuyen precisamente a su capacidad de movilización de los últimos días. También fue efectiva la realizada el año pasado en el municipio ourensano de Vilariño de Conso. Educación había anunciado el cierre por falta de dos alumnos al finalizar el curso 2011-2012 y la dirección del centro, con el respaldo del ANPA y de los vecinos, inició una campaña de captación de niños que desbordó las expectativas y mantuvo intactos los ciclos, los dos docentes y el centro escolar San Martiño. El cierre habría abocado a la muerte al municipio. Lejos de ello, el colegio alcanzó los 33 alumnos (tenía 14) de los que más de 20 llegaron con sus padres de diversos lugares de España.

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