La maldad tiene una cita en Sitges

Vampiros, zombis, monstruos, seres raros o de apariencia normal pero que encierran un extraño mundo interior. El mal, en todas sus manifestaciones tiene una cita en Sitges, donde desde hace 46 años se celebra el festival de cine fantástico y de terror más importante de España y uno de los más destacados del mundo. La cita arrancará el 11 de octubre con el estreno absoluto de Grand piano, la última película de Eugenio Mira (Agnosia) un thriller musical, rodado entre Terrassa y Chicago y protagonizado por los internacionales Elijah Wood y John Cusack, en el que un pianista con miedo escénico es víctima de un loco que amenaza con matar a su mujer si falla en una sola nota.

Con esta película de “suspense al estilo Hitchock”, según el director del festival Àngel Sala, el festival sigue apostando por las producciones catalanas y españolas para abrir su amplia programación que este año homenajea con su carrito de niño ardiendo de su cartel La semilla del diablo de Roman Polanski, además de abordar cuestiones como "los nuevos formatos, los mercados emergentes, el cine low cost y las nuevas oportunidades que a pesar de todo genera la crisis económica".

En esta edición “vuelven los vampiros, pero más sofisticados que los de la saga de Crepúsculo”, según Sala. Como los enamorados eternos de Only lovers left alive, el último trabajo de Jim Jarmusch o los de Byzantium de Neil Jordan.

En la misma sección oficial también se podrá ver la “pura, dura e inclasificable” película de Alejandro Jodorowsky La danza de la realidad, la "comedia surrealista radical" de Roman Coppola o The Congress, una adaptación de Stanislaw Lem dirigida por Ari Folman, que mezcla animación con una historia de ciencia ficción protagonizada por Robin Wright y Harvey Keitel. Mientras que Real, "una película complicada, difícil pero fascinante” representa el retorno de Kiyoshi Kurosawa al cine fantástico.

La apuesta por los directores más jóvenes y audaces vendrá con obras como Magic, Magic, del chileno Sebastián Silva y directores polémicos como Shane Carruth que propone Upstream Color o la película de Marina de Van, Dark Touch, que es la recuperación del género fantástico en Francia, "una película muy relacionada con Carrie".

Uno de los directores fetiches del festival, el japonés Takashi Miike, será uno de los invitados que acudirán a la ciudad donde se proyectará parte de su amplia obra de casi cien títulos. Otro de los homenajeados será Johnnie To, del que también se podrán ver dos de sus trabajos, mientras que el cineasta español fallecido este año Jess Franco, también será homenajeado con el estreno de las inéditas Lascivia y Monte de Venus.

Los trabajos más radicales y experimentales se podrán ver en Nuevas Visiones, donde tendrán cabida nombres consagrados del género como Ho Sang-soo, Philippe Grandieux o Peter Greenaway. Entre los documentales, The End of Time, de Peter Mettler, y Milius, de Joey Figueroa y Zak Knutson, “una especie de metacine en la que se revisa de forma polémica la figura del director de Conan, el bárbaro, John Milius, defensor de las armas y con ideas políticas extremas”, según Sala.

El festival apostará, según Sala, de manera especial por “el cine de calidad pero hecho con pocos recursos, que no low cost”, con ejemplos como el filme sobre zombis The Battery, de Jeremy Gardner, la versión definitiva de La tumba de Bruce Lee, de Canódromo Abandonado o El lobito, de Antonio Dyez.

Sala, que aseguró que el presupuesto se dará a conocer el próximo mes de septiembre, aunque vaticinó que será más reducido, explicó que el tema de la resurrección al que está dedicado el festival se ha entender “de forma positiva, como la capacidad de renacer y de sobrevivir en estos momentos”.