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Tarde redonda de Manzanares, que corta trés orejas

El diestro alicantino celebró el X Aniversario de su alternativa

El diestro José María Manzanares con el primero de su lote
El diestro José María Manzanares con el primero de su loteEFE-Morell

La primera ovación fuerte de la tarde se les llevaron cuatro Manzanares, los dos que había en el cartel y los dos que estaban entre barreras. El abuelo, Pepe Manzanares, el “maestro” Manzanares, y los dos hijos de este, José María y Manuel. La dinastía al completo. A los cuatro los sacó al tercio Ponce, que les brindó la muerte de su primero. La plaza estalló. Y no sería la única vez. Un reconocimiento de Ponce a la saga Manzanares, además en el día que José María cumplía el X Aniversario de su alternativa.

A ese toro primero, de poca fuerza pero con vocación de embestir hasta el último suspiro, Ponce le hizo una faena con denominación de origen. No hubo resquicio, ni tiempos muertos. En ocasiones, hasta parecía que ni había enemigo para el torero. Dominó Ponce de cabo a rabo. Bien dibujados los naturales; más ajustados, aunque también más intermitentes, los derechazos.

El castaño que hizo cuarto no le puso las cosas fáciles a Ponce. Le costó entrar en la muleta y el valenciano hubo de echar de todos los recursos a su alcance para sacar partido. Por encima de las condiciones del de Victoriano del Rio, Ponce sacó algo de agua de un pozo casi seco. Poco más se podía hacer. Pero la espada le jugó una mala pasada. Tras un pinchazo, dejó un feo bajonazo que enfrió el ambiente.

Lorenzo, Pelayo, Del Río, Manzanares; Ponce, Manzanares

Dos toros para rejones de Carmen Lorenzo -1º- y San Pelayo (4º). Correctos de presencia. El primero mansito, el cuarto con más pies, se paró al final. Cuatro toros de lidia de a pie de Victoriano del Río. De correcta presentación. Muy manejables, el cuarto parado, aunque mansearon un punto al final. Manuel Manzanares. Rejonazo trasero y descabello –saludos-; rejón trasero y descabello –oreja-. Enrique Ponce. Casi entera –oreja-; pinchazo y bajonazo –silencio-. José María Manzanares. Media sin puntilla -dos orejas-, media –oreja-. Plaza de Alicante, 22 de junio. Segunda de Hogueras. Lleno absoluto.

Con el precioso burraco que saltó en tercer lugar, José María Manzanares hizo estallar otra vez la plaza. Muy a favor de público, como era de esperar. El de Victoriano del Rio apretó en la única vara recibida y hasta puso en apuros el equilibrio del picador. Mucho motor en ese toro, que también apretó en banderillas. Un punto rebrincado de inicio, se rindió a la muleta de Manzanares. La faena brilló más y mejor por el lado derecho. Hubo ajuste y mano baja. Vibró el gentío. Por el pitón izquierdo el toro fue otra cosa, le costó y no se entregó con la misma voluntad que por el otro lado. Más parado por ahí, hizo que Manzanares volviera sobre la mano derecha. La faena regresó a su estado natural y la gente lo agradeció. Casi al final el toro amagó con irse a tablas, pero con habilidad Manzanares le hizo regresar a la muleta. Media en la yema hizo rodar sin puntilla al buen toro.

Otra faena vibrante al sexto, esta vez más colorista. Toreo a placer de Manzanares ante otro toro que quiso sumarse a la fiesta, al igual que el bonancible público alicantino. Por los dos pitones desarrollo Manzanares una faena que tuvo variedad y sabor a partes iguales. Con el toro buscando las tablas, quiso marcharse varias veces, Manzanares optó por la galería. Una serie final con la derecha, dentro del tercio, tuvo broche de calidad.

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La corrida se abrió con Manuel Manzanares a caballo ante buen toro de Carmen Lorenzo, noble aunque algo remiso en embestir y con un punto de mansedumbre. Mejor monta en el joven rejoneador que en ejecución. Dominó bien los terrenos aunque clavó muy a la grupa. Faena laboriosa de Manzanares para no dejar que el toro se rindiera definitivamente en los terrenos de adentro. Tuvo más pies el cuarto, aunque acabara algo parado. Más puesto Manuel Manzanares en este toro. Volvió a mostrar buen dominio de las cabalgaduras ejecutó mejor las suertes, con brillo especial en banderillas y en las rosas finales. Le cayó trasero el rejón de muerte y tuvo que descabellar, como en el otro. Acertó al primer intento.

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