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Los coros del Palau de la Música vibran en su histórico debut en Viena

250 voces y 130 instrumentos bajo la batuta de Kent Nagano

Los coros del Palau de la Música, en su debut en Viena con la Orquesta Sinfónica de Viena
Los coros del Palau de la Música, en su debut en Viena con la Orquesta Sinfónica de VienaLUCAS BECK

En 1913, el compositor austriaco Arnold Schoenberg estrenó en Viena los Gurrelieder, monumental cantata que lleva al límite el universo tonal y utiliza una gigantesca plantilla que incluye cinco solistas vocales, narrador, una masa coral de 250 voces y una orquesta con más de 130 instrumentistas. Para conmemorar el centenario del estreno de una obra que se despide a lo grande de la tradición y abre las puertas a la modernidad, el Konzerthaus de Viena acogió el viernes una vibrante versión dirigida con pulso firme por Kent Nagano al frente de la Orquesta Sinfónica de Viena. Plenamente integrados en la descomunal masa coral, las 84 voces del Orfeó Català y el Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana vivieron su debut vienés con intensa emoción, compartiendo escenario con otros dos coros austriacos y eslovacos.

Noche de emoción, también de nervios por la responsabilidad. No todos los días dos formaciones catalanas actúan en Viena, una ciudad que respira música por los cuatro costados y es particularmente exigente con la calidad de coros y orquestas. Y el hecho de participar en un gran evento como el centenario del estreno de tan colosal partitura, punto de inflexión que liquida los postulados wagnerianos y abre el camino sin retorno de Schoenberg hacia la revolución dodecafónica, supone una inyección de orgullo artístico y un estimable paso en la proyección internacional de los coros del Palau. “Hemos vivido el debut vienés como un momento histórico que hace visible la voluntad de internacionalizar nuestros coros”, afirmó, exultante, Joan Oller, director del Palau.

Aunque el protagonismo de la obra corresponde a la orquesta y a los dos solistas principales —la pasión amorosa de Waldemar y Tove exige resistencia wagneriana y mantuvieron el tipo, aunque con apuros, el tenor Jay Hunter Morris y la soprano Angela Denocke— los coros hicieron frente a sus dos únicas, pero impactantes, escenas en la tercera parte de la obra: la impresionante cacería, escena compleja y de inusitada ferocidad vocal, a cargo de las voces masculinas, y el coro mixto final, en el que todos se entregaron a fondo, en un derroche de potencia y energía expresiva en titánica lucha contra la gigantesca orquesta. Junto a los coros del Palau actuaron una formación local de gran solera, la Wiener Singakademie, y las voces masculinas del coro de la Ópera Nacional de Eslovaquia.

La centenaria sala grande del Konzerthaus de Viena se llenó casi por completo en una velada muy especial: debido a los amplios efectivos que requiere su interpretación, los Gurrelieder se programan poco. Para Josep Vila, director de los coros del Palau, el debut en esta sala es “un sueño hecho realidad, una primera toma de contacto con el público vienés”.

Concierto por el centenario de los ‘Gurrelieder’ del austríaco Schoenberg

Para mostrar en solitario su personalidad artística, el Orfeó Català ofrecerá hoy domingo un concierto en la sala de cámara del Konzerthaus con piezas a capella de compositores catalanes —Lluís María Millet, Pau Casals, Josep Baucells, Josep Sancho-Marraco y el propio Vila— y el Requiem de Gabriel Fauré, con Marta Mathéu y Daniel Morales como solistas, acompañados de la organista Mercè Sanchis.

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El director Nagano se enfrentó con serenidad y dominio de la partitura, atento a los ricos colores, las expansivas melodías y los sutiles detalles de una obra de soberbia factura orquestal que desarrolla hasta el paroxismo la armonía de Tristán. La mezzosoprano Mihoko Fujimura impresionó por la intensidad de su canto en la parte de la paloma del bosque, en un equipo de solistas completado dignamente por el bajo-barítono Albert Dohmen, el tenor Kurt Azesberger y la actriz Sunnyi Melles como narradora.

En la sala, hicieron notar su presencia con bravos y aplausos los más de 60 socios del Orfeó Català y familiares que acompañaron a los cantaires en su primera e ilusionante actuación en Viena. Tras la excitante experiencia vienesa, las formaciones del Palau afrontarán un nuevo reto el próximo 1 de julio cantanto el Réquiem de Fauré en el Palau de la Música con la Filarmónica de Berlín y Simon Rattle, concierto de lujo que inaugurará la nueva temporada del Palau 100.

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