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La izquierda catalana reivindica la figura de Andreu Nin

Partidos y sindicatos llaman a unir las reivindicaciones sociales y nacionales

Teresa Carbonell (segunda por la d.), con veteranos del POUM.
Teresa Carbonell (segunda por la d.), con veteranos del POUM. J. SÁNCHEZ

La izquierda catalana y los sindicatos se reunieron ayer en el Parlamento para rendir homenaje al revolucionario e intelectual Andreu Nin, ante la presencia de algunos de sus familiares.

Este acto, como recordó el historiador experto en la figura de Nin, Pelai Pagès, es “el primero que se hace en una institución nacional” y con la participación de todos los partidos de la izquierda catalana, así como de los sindicatos. 76 años después de su muerte, “de responsabilidad soviética con complicidades catalanas y españolas”, como señaló Pagès, aún no se han encontrado sus restos.

La presidenta de la cámara catalana, Núria de Gispert, presentó el acto y afirmó que Andreu Nin fue un testimonio de coherencia y “de vida y muerte por unos ideales”.

Los asistentes destacaron la diversidad con la que se puede etiquetar a Nin. Revolucionario fue el adjetivo más repetido por aquellos que se sienten herederos de su legado, juntamente con el calificativo de intelectual. Precisamente sus traducciones del ruso al catalán de clásicos como Crimen y castigo de Dostoyevsky y su producción teórica le situaron como un referente en la materialización ideológica de la izquierda catalana.

Revolucionario fue el adjetivo más repetido por aquellos que se sienten herederos de su legado

La extensa trayectoria política, sindical y reivindicativa de Nin en diferentes partidos y organizaciones de izquierda permitieron a todos los ponentes destacar distintos aspectos. Así, tanto el PSC, ERC, ICV-EUiA y la CUP como Comisiones Obreras, UGT y la CGT, entre otros, quisieron reivindicar su figura.

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Andreu Nin vivió los años de la revolución rusa en Moscú y llegó a tener un papel destacado en la Internacional Coumunista. Dirigente histórico del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), fue consejero de Justicia de la Generalitat de Cataluña en setiembre de 1936, un cargo que ostentó solo cuatro meses.

Sobre las luchas características de la izquierda, los ponentes coincidieron en que debían dejarse atrás ya que para hacer frente a la situación de crisis es necesario llegar a puntos de encuentro. También se hizo referencia a su defensa de la libertad nacional, que Nin entendía que se “confundía y se complementaba” con el socialismo.

Desde los sindicatos, CC OO, UGT y CGT destacaron la lucha obrera del revolucionario trotskista y señalaron que la reivindicación política, nacional y laboral son solo partes de un mismo objetivo hacia la igualdad y justicia social.

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