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Condenada una mujer por decir que un vecino había violado a un menor

El Supremo fija una multa de 6.000 euros por vulnerar el derecho al honor al acusar sin pruebas

La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo confirmó ayer la condena interpuesta contra una vecina de Arnes (Terra Alta) por difundir el rumor de que otro vecino del pueblo había abusado sexualmente de un menor, hijo de una de las familias de la localidad. La mujer deberá indemnizar al hombre con 6.000 euros por vulnerar su derecho al honor al acusarle de violador sin pruebas.

La sentencia de primera instancia estimó la demanda y consideró que se había producido una vulneración del derecho al honor del demandante. La Audiencia Provincial la confirmó, aunque no respecto de los tres vecinos demandados, al considerar que solo uno de ellos había contribuido a la difusión del rumor. Ahora la sentencia del Supremo desestima el recurso de casación de la mujer, la única persona que fue condenada por las afirmaciones.

Los hechos se remontan a la Semana Santa del 2006 cuando Joaquim Blanc, casado y padre de dos hijos, tuvo conocimiento de que un rumor sobre él recorría desde un año antes el pequeño municipio de 500 habitantes de Arnes. En concreto, según denunció, otro vecino, Óscar Segura, le venía acusado públicamente de haber abusado sexualmente de él cuando tenía 8 años. Segura hizo públicos los presuntos hechos delictivos cuando contaba con 31 años, es decir 23 años después de unas hipotéticas violaciones, que contribuyó a difundir la condenada, Maribel Sanromà. Blanc negó tajantemente las acusaciones.

La sentencia del Supremo considera probado que Sanromà estuvo acusando durante varios meses al vecino de “violador de menores en sitios de especial aforo de vecinos, tales como comercios, en paseos matinales con otras mujeres del pueblo y en la propia Asociación de Mujeres de Arnes”. “La divulgación fue de tal intensidad que llegó a ser moneda corriente hasta en los centros neurálgicos de la población como el Ayuntamiento, el centro médico, centros comerciales, etc”. Segura relató haber sufrido estos hechos en una granja de cerdos y en una casita de leña situada en la escuela del pueblo. También declaró haber recordado súbitamente los abusos por medio de una técnica denominada sofrología, consistente en un conjunto de métodos de relajación y de modificación del estado de la conciencia.

Los  presuntos hechos delictivos se produjeron hace 28 años

El Supremo, pese a no entrar a valorar el fondo de la acusación, pone en duda aspectos del relato difundido y asegura que no existe “prueba objetiva” de los abusos. Blanc debido al rumor tuvo que dimitir de su puesto como entrenador del equipo de fútbol de Arnes y sufrió una depresión por la que tuvo que medicarse. El alto Tribunal considera que la vecina no respetó la presunción de inocencia ni contrastó la información. “Los términos empleados, así como la forma en que fue narrada la noticia y el enfoque dado, son lesivos y gratuitos, agravando la dignidad y el prestigio del demandante”, concluyen los magistrados de la Sala de lo Civil.

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