_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La dictadura de los mantras

No es cierto que lo privado sea más barato y mejor que lo público

Como se sabe, los mantras son repeticiones de sonidos que los budistas utilizan para que los pensamientos se desvanezcan poco a poco hasta conseguir que la mente se quede clara o en blanco, como decimos nosotros. Y así utilizados tienen un efecto benéfico, pues proporcionan sosiego y facilitan la meditación, una práctica, por cierto y para nuestra desgracia, muy poco usual en occidente.

Aunque sé que la comparación es odiosa, tengo la impresión de que entre nosotros se ha generalizado la utilización de otra especie de mantras que también tienen efectos paralizantes para la mente, aunque para nada positivos porque lo que consiguen a base de repetirse no es iluminarla sino instalar en ella engaños que confunden y desmovilizan a quienes los escuchan tan a menudo.

¿Quién no ha oído hasta la saciedad en los últimos tiempos que en España hay demasiado Estado y empleados públicos; que para crear empleo es imprescindible bajar los salarios y flexibilizar el mercado de trabajo; que vamos a vivir más años y que eso impedirá que en el futuro se puedan pagar las pensiones, lo que obliga a rebajarlas desde ahora; que lo privado sale más barato que lo público; o que la causa de la deuda es el coste muy elevado de los servicios públicos?

Son mantras que se repiten miles de veces al día en las tertulias de radio y televisión, en los editoriales, en declaraciones de las autoridades y en todo tipo de conversaciones. Y son tan asertivos, se dicen con tanta seguridad en su certeza, que no dejan resquicio alguno para que surja la más mínima duda sobre lo que afirman.

Muchos estudios demuestran que, al revés de lo que se dice, el empleo aumenta cuando suben los salarios y baja cuando se reduce

Pero lo curioso es que todos ellos son falsos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

España está a la cola de los grandes países de la UE en gasto público. En 2012 los empleados públicos representaban en España el 12,7% de la población activa, frente al 15% en la OCDE, y en la UE todos los países menos Austria, Italia y Portugal tenían en 2010 más que nosotros en relación con la población total. Aunque no hay datos actualizados, lo más seguro es que los recortes ya hayan colocado la relación entre nuestro gasto público en personal y el PIB entre dos y cuatro puntos por debajo de la media de ambos grupos de países.

Muchos estudios, como uno de James Galbraith y Roy Chowdhury que analiza lo sucedido en Europa entre 1980 y 2005, han demostrado que, al revés de lo que se dice, el empleo aumenta cuando suben los salarios y baja cuando se reduce. Y hasta organismos tan ortodoxos y ligados al pensamiento dominante como la OCDE han mostrado en varias ocasiones que la mayor o menor flexibilidad laboral no afecta como se quiere hacer creer al empleo.

También es falso que sea la mayor esperanza de vida lo que hace peligrar a las pensiones públicas. La Comisión Europea prevé en su informe de 2012 sobre envejecimiento que el máximo gasto en pensiones de España sería del 14% del PIB en 2050, incluso menos de lo que ahora gastan otros países europeos como Francia o Italia sin que colapse su sistema de pensiones públicas ni su economía. Lo cierto es que se podrán pagar cómodamente si aumentan el empleo, la productividad y los salarios aunque vivamos más años y el gasto sea mayor por esa razón.

Los estudios empíricos demuestran que tampoco es cierto que lo privado sea más barato y mejor. Se gasta más en sanidad y es más cara, por ejemplo, en los países que tienen más proporción en manos privadas. Y es indiscutible que la causa real de que aumente tanto la deuda pública en Europa no es que gastemos demasiado en servicios públicos sino los intereses que se pagan a los bancos privados por prohibir que el Banco Central Europeo financie los posibles déficit públicos. La prueba es que el saldo primario medio de los estados de la Eurozona (es decir, la diferencia entre sus ingresos y gastos descontando los intereses de la deuda) ha registrado siempre superávit desde 1996 a 2009.

Son mentiras, pero los mantras se repiten para neutralizar a las personas al dejar inerte su mente. Así pueden decidir por nosotros.

@juantorreslopez

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_