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Botella reduce el sector público y disolverá la empresa mixta funeraria

Elimina Madridec, funde Macsa y Visitors, suprime el organismo que ayuda a los emprendedores y dentro de tres años decidirá qué hace con las acciones de la funeraria

Ana Botella, en la rueda de prensa tras la Junta del Gobierno.
Ana Botella, en la rueda de prensa tras la Junta del Gobierno.CLAUDIO ÁLVAREZ

El Ayuntamiento ha aprobado una hoja de ruta para reformar el sector público municipal y liquidar cuatro de sus 16 empresas y organismos, entre ellos la funeraria, que ya está privatizada al 49%, y que desaparecerá como empresa mixta en 2016. Ese año, el Consistorio recuperará las acciones que vendió en los noventa y tendrá que decidir qué hace con ellas. Botella no prorrogará la sociedad. Fuentes municipales han manifestado que “lo más lógico es que se vuelvan a vender”. Pero esa decisión la tomará el gobierno que salga de las elecciones de 2015.

El plan, que ocupa apenas ocho páginas, deja en el aire también la supervivencia de la Empresa Municipal de la Vivienda y adelanta recortes en la Empresa Municipal de Transportes. Aunque el Ayuntamiento se ha negado a desvelar el impacto que tendrá en el empleo, sí ha deslizado que implicará ajustes de plantilla.

La oposición critica la falta de debate

El líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha tachado de “auténtica vergüenza” el plan aprobado esta mañana por la Junta de Gobierno, especialmente porque la alcaldesa, Ana Botella, se había comprometido a pactarlo antes con la oposición y los sindicatos. “Es vergonzoso desde el punto de vista democrático y una falta de respeto a los madrileños”, ha dicho. “Si Ana Botella no comparece a petición propia, pediremos un pleno extraordinario” para tratar la reestructuración del sector público, ha añadido la concejal socialista Ana García D’Atri. “Botella debe saber que no es un contable con manguitos sino la alcaldesa de todos los madrileños, y que sus políticas de austeridad son ya políticas de austericidio”, ha concluido Lissavetzky.

El portavoz de Izquierda Unida, Ángel Pérez, también ha lamentado la actitud “autista” de la alcaldesa, “por su negativa a no ya debatir sino ni tan siquiera comunicar cuáles eran sus intenciones después de que los grupos de la oposición, y así se lo trasladó IU, mostraran su disposición a llegar a acuerdos en este asunto”. “Más que una reestructuración del sector público empresarial, el equipo de gobierno ha acometido un plan de ahorrillos más encaminado a paliar en algo el déficit que a satisfacer las verdaderas necesidades de los madrileños”, ha añadido Pérez.

» Sin esperar a Rajoy. La alcaldesa anunció hace un año un plan para reestructurar el sector público, pero lo aparcó sin fecha a la espera de que el Gobierno de Mariano Rajoy aprobara la nueva Ley de la Administración Local. La norma lleva meses varada entre fuertes tensiones dentro del PP, y Botella ha decidido “continuar el proceso de reformas sin esperar a la nueva ley”, quizá porque la situación desesperada de algunas de sus empresas la obliga a tomar medidas urgentes para evitar su quiebra inminente.

» Cambiar o eliminar. El plan se asienta en tres vectores: “transformar, disolver y desinvertir”. Continúa así la política de Botella en los últimos meses: ha reducido el gasto público, ha recortado y encarecido notablemente los servicios a los madrileños y ha despedido a empleados públicos.

El plan prevé “reducir significativamente el endeudamiento”, principalmente con la venta de activos (edificios); y “ajustar plantillas en la medida de que las empresas reduzcan o suspendan ramas de actividad”, circunstancia que afecta a casi todas ellas.

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» Tres empresas en una. El Ayuntamiento delega en la actualidad parte de los servicios que debe prestar por ley a los ciudadanos en seis empresas, seis organismos autónomos y cuatro sociedades mixtas. El plan aprobado ayer prevé la fusión de dos de las empresas y la liquidación de otra.

Macsa gestiona los teatros y actividades culturales. En 2012 recibió 27,6 millones del Ayuntamiento y cerró con 1,6 millones de pérdidas y 410 trabajadores. En unos meses absorberá Madrid Visitors & Convention Bureau, la empresa de promoción turística, que en 2012 recibió 20,4 millones del Ayuntamiento, y cerró con un beneficio de 924.000 euros y 134 empleados. La fusión conllevará un recorte de las aportaciones del Ayuntamiento y, previsiblemente, de la plantilla final. Ninguna de esas empresas tiene deuda.

La empresa liquidada será Madridec, cuyos activos y deuda pasarán a Macsa. Madridec no recibió aportaciones del Ayuntamiento en 2012; cerró el año con unas pérdidas de 24,3 millones (un 265% más que en 2011) y una deuda de 304 millones. El Ayuntamiento intentará pasar a gestión privada sus instalaciones (Palacio de Congresos, Caja Mágica, Madrid Arena...). En el aire queda el futuro de sus 60 empleados.

» La EMVS, en el aire. La Empresa Municipal de la Vivienda teme un futuro similar a Madridec. En 2012 recibió 40,6 millones del Ayuntamiento y cerró con 34 millones de pérdidas y 631 millones de deuda. No es viable. Cuenta con 372 empleados y está pendiente de un plan de salvamento que se conocerá en unos días y que podría suponer la liquidación de sus activos y un recorte de plantilla de hasta el 90%. Pesa sobre ella otra sombra: el Gobierno considera en la actualidad su labor como competencia municipal, pero el Ayuntamiento no descarta que eso cambie en la nueva ley. En ese caso, la empresa probablemente desaparecería.

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La Empresa Municipal deTransportes recibió 9,6 millones del Ayuntamiento en 2012, aunque forma parte del consorcio regional. Apenas tuvo pérdidas (144.000 euros), pero debe 168 millones. Por ello, deberá vender también activos y reducir gastos.

» Empresas boyantes. El plan no menciona cambios en Madrid Movilidad, que gestiona la grúa y varios aparcamientos públicos. En 2012 recibió 18,7 millones del Ayuntamiento y cerró con unas ganancias de 434.000 euros y sin deuda. Tiene 379 empleados.

Tampoco prevé nada para tres de las cuatro empresas con parte de capital privado (Funeraria, Mercamadrid, Club de Campo y Calle 30). La Empresa Mixta Funeraria desaparecerá en 2016. Ninguna recibe aportaciones del Ayuntamiento. Mercamadrid (el 51% es municipal) ganó 6,7 millones en 2012, debe 12,4 millones y tiene 105 trabajadores. El Club de Campo (51% municipal) perdió tres millones el año pasado, arrastra una deuda de 4,2 millones y tiene 236 trabajadores. Calle 30 (80% municipal) es el principal motor económico del sector público: el año pasado ganó 54,7 millones (compensa ella sola las pérdidas del resto, que suman 52,7 millones). No tiene deuda porque se la traspasó al Ayuntamiento. Y tiene solo 13 empleados.

» Un organismo menos. Los seis organismos actuales se quedarán en cinco. El plan prevé la disolución de Madrid Emprende, que gestiona ayudas a empresarios. En 2012 contó con 9,3 millones de presupuesto y 54 trabajadores. Sus competencias pasarán a Comercio.

El proceso de reparto de competencias entre la Comunidad y el Ayuntamiento se cerrará previsiblemente con la asunción por parte del Gobierno regional de parte de los servicios que presta actualmente el organismo autónomo Madrid Salud (1.225 empleados), para el que la Administración local presupuestó 80,3 millones en 2012. Se quedaría con los servicios de salud pública (inspecciones, plagas, etcétera) y perdería aquellos relacionados con sanidad y drogodependencias.

Cementerios sí, tanatorios no

Dentro de las empresas que serán disueltas en el futuro figura la Sociedad Mixta de Servicios Funerarios, que en la actualidad ya está privatizada en un 49%. Sus estatutos prevén que se mantenga así hasta septiembre de 2016, momento a partir del cual habrá “una empresa menos en el entramado institucional municipal”.

El plan aprobado ayer considera que entonces desaparecerá como sociedad mixta, y no reaparecerá como empresa municipal, es decir, sus servicios no pasarán a ser gestionados por el Ayuntamiento mediante esa fórmula. ¿Qué sucederá entonces? La sociedad cerró 2012 con dos millones de euros de beneficios y sin deuda. Tiene 559 empleados. Se encarga tanto de los servicios funerarios (tanatorios, etcétera), que se encuentran liberalizados (es decir, los pueden prestar, y de hecho los prestan, empresas privadas), como de la gestión de los cementerios, tarea que forma parte de las competencias que debe asumir la Administración local por ley.

Cuando se disuelva la sociedad, el Ayuntamiento dejará de prestar previsiblemente esos servicios funerarios, aunque la decisión final queda en cualquier caso al otro lado de la barrera de las elecciones municipales de mayo de 2015. No podrá prescindir en ningún caso de la gestión de los cementerios, que pasará probablemente a gestión indirecta, como sucede ahora con la limpieza viaria, el mantenimiento de semáforos o la recogida de basuras.

La privatización parcial de la funeraria se produjo a principios de los años 90 en medio de un fuerte escándalo. La deuda de la empresa ascendió a 63 millones de euros y el entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano (PP), decidió privatizar el 49% del capital. Se vendió por 60 céntimos. Al año siguiente, la empresa ganó dinero suficiente como para sanear su deuda. Su mala marcha se había debido al abandono por parte del Ayuntamiento.

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