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Mas suaviza sus planes soberanistas para intentar agotar la legislatura

El presidente catalán pide ayuda al PSC y ERC para evitar elecciones anticipadas El líder de CiU resenta su plan de gobierno en el que figura una Seguridad Social catalana

Miquel Noguer

Artur Mas intentó demostrar ayer que el rumbo del Gobierno catalán lo fija él y no sus socios de Esquerra Republicana. El presidente de la Generalitat presentó la hoja de ruta de su Ejecutivo para la legislatura y, sin renunciar a la consulta soberanista, dejó claro que no está ni por la vía del independentismo exprés, ni por la declaración unilateral de independencia. Para enfriar las expectativas de los sectores más soberanistas, Mas insistió en que gobernar es algo más que impulsar la independencia y que, en cualquier caso, es necesario el diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy. La debilidad política del presidente catalán, que en el día a día se visualiza en asuntos como la falta de presupuestos, se hizo patente con su enésima llamada tanto a sus socios de ERC como al Partit dels Socialistes para que entren en el Gobierno. También se vio obligado a asegurar que su objetivo es agotar la legislatura y no convocar elecciones antes de 2016.

Mas compareció ante los periodistas tras la reunión semanal de su Gobierno y después de la publicación de varias encuestas que reflejan un serio desgaste de Convergència i Unió en beneficio de Esquerra Republicana. Ante esta situación, que mantiene a los convergentes muy desconcertados, el presidente catalán quiso proyectar una imagen de moderación muy alejada de intervenciones anteriores en las que había dicho que la consulta soberanista se celebraría “sí o sí”. Quisiera o no el Gobierno central, que es el que debe autorizarla.

De entrada, ayer habló de la consulta en condicional, es decir, no dio por hecha su celebración. Además, recordó que el pacto con los republicanos permite, previo acuerdo entre ambos partidos, demorar su convocatoria más allá de 2014. También insistió en que la consulta podría y debería hacerse en virtud de un acuerdo con el Gobierno central. Y dejó claro que en ningún caso llamar a votar a los catalanes implica la independencia “inmediata en 24 horas”.

En este sentido, descartó tomar “decisiones unilaterales” porque pasos de esta magnitud “se deben asumir por amplias mayorías”, insistió. Con ello, Mas intentó recuperar el discurso posibilista que CiU mantenía hasta hace medio año, cuando descartaba convocar el referéndum mientras no hubiese mayorías claras. El presidente también se permitió desmarcarse de sus socios de ERC al descartar reunirse de nuevo con Mariano Rajoy para pedirle formalmente la convocatoria del referéndum de independencia. Según Mas, la petición ya se hizo, de facto, durante la entrevista que ambos mantuvieron en marzo. Lo que falta ahora, según Mas, es “voluntad política” por parte del Gobierno central.

Las medidas

Firma del Pacto Nacional por el derecho a decidir

Plan de Diseño de la Administración y la Tesorería de la Administración Social catalana. [El Pacto CiU-ERC habla de Seguridad Social]

Plan para la asunción de la gestión, el transporte y la gestión de la energía, así como la gestión del agua y de las principales infraestructuras logísticas que son competencia del Estado en Cataluña.

Crear los instrumentos de administración electoral para asegurar la celebración de la consulta.

El desmarque respecto a ERC acabó aquí. De hecho, Mas presentó un programa de Gobierno con 212 actuaciones, buena parte de ellas reflejadas en el pacto que CiU y Esquerra firmaron en diciembre. Entre decenas de actuaciones de carácter técnico, todas sin dotación presupuestaria, sobresalen las destinadas a afianzar la “transición nacional”. En este sentido, destaca el “diseño” de la Seguridad Social catalana y su respectiva tesorería, la aprobación de un plan para asumir la gestión de las principales infraestructuras del Estado en Cataluña, además de culminar la creación de la Hacienda catalana. Lo que no está en las prioridades de Gobierno son los nuevos impuestos que CiU, desganada, pactó con ERC y que rebelaron a la patronal.

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El Partit dels Socialistes rechazó ayer la entrada en el Gobierno. El PSC lleva tiempo diciendo que, si bien defiende el “derecho a decidir” de los catalanes mediante una consulta pactada con el Ejecutivo, no está por la independencia. Y las “estructuras de Estado” que diseña Mas dan por hecho que Cataluña se dirige a la secesión. El portavoz socialista Maurici Lucena aseguró que solo se plantean entrar en un Gobierno de unidad si la “prioridad absoluta es la salida de la crisis” y si no se presupone el resultado de la consulta de autodeterminación.

También se vislumbra imposible un acuerdo con el PSC por la falta de interés del Gobierno catalán en implicarse a fondo en la negociación de la nueva financiación autonómica. Por primera vez en 30 años el Gobierno catalán dice no querer liderar esta negociación pese a los gravísimos problemas económicos por los que atraviesa la Generalitat. Según Mas, “Cataluña no quiere liderar el modelo de financiación porque estamos cansados de negociar y acabar recibiendo el castigo y la erosión y de aparecer como insolidarios”.

Tampoco ERC dio señales de querer asumir el desgaste que conllevaría incorporarse ahora al Gobierno, como mínimo a corto plazo. “Podríamos dar el paso cuando haya fecha y pregunta concreta para celebrar la consulta”, dijo la secretaria general del partido, Marta Rovira.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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