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INDUSTRIA

CAF aprueba un reparto a los accionistas de 10,5 euros brutos por acción

Su presidente aboga por los proyectos internacionales por la atonía del mercado doméstico

El País
Dos operarios trabajan en una planta de la empresa CAF.
Dos operarios trabajan en una planta de la empresa CAF. José Manuel Pedrosa

La Junta General de accionistas de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) ha aprobado un reparto de 36 millones de euros de los beneficios del pasado año al reparto de dividendos. Con ello, a cada acción le corresponderá una retribución bruta de 10,5 euros. La empresa ferroviaria de Beasain obtuvo el pasado ejercicio unas ventas de 1.721,2 millones de euros y un beneficio después de impuestos de 100,1 millones de euros, un 23%  menos que el ejercicio precedente.

La compañía atribuye el descenso a un entorno de mayor complejidad en el desarrollo de proyectos y por el aumento del tipo impositivo aplicable al grupo consolidado. En su discurso ante los accionistas, el presidente de CAF, José María Baztarrika, ha señalado que las perspectivas del sector ferroviario siguen siendo "razonablemente positivas" tras el anuncio de la UE de su intención de aumentar de forma significativa las inversiones en el ámbito del transporte ferroviario que ha venido realizando hasta al fecha a través de fondos estructurales y de cohesión.

Sigue el descenso en 2013

CAF obtuvo un beneficio neto atribuido de 22,24 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que supone un descenso del 19,16% respecto al mismo periodo de 2012. La cifra de negocio de la compañía disminuyó un 12,8%  entre enero y marzo, hasta 403,92 millones de euros, al no haberse llegado a saturar la capacidad productiva de las plantas de la compañía en esos tres meses.

A la conclusión del primer trimestre, el fabricante contaba con una cartera de pedidos por acometer valorada en 4.866,3 millones de euros, un 2,23% inferior a la de un año antes. El 85% de estos contratos corresponde a proyectos en el mercado internacional.

No obstante, ha advertido de la creciente presión competitiva ejercida por los competidores tradicionales de CAF y por los nuevos actores asiáticos, así como también el creciente proteccionismo de las políticas industriales de los gobiernos, que promueven una mayor componente local en las actividades de la empresa.

Para dar respuesta a estos retos, ha abogado por la optimización del coste industrial de los vehículos y rodajes de CAF, así como la obtención de reducciones sustanciales en el coste de vida de sus productos. Asimismo, ha defendido optar por los mercados de ciertos países emergentes, Oriente Medio o la región Asia-Pacífico, o de gran volumen y exigencia como Europa o Estados Unidos.

También ha apostado por desarrollar nuevos productos y soluciones en el ámbito de vehículos, con los que cumplimentar la oferta de CAF y poder acceder así a nuevos segmentos. "Estos retos requieren de todos nosotros compromiso, dedicación y esfuerzo, así como también flexibilidad, capacidad de adaptación e inventiva para poder desarrollar, industrializar y comercializar productos, sistemas y servicios avanzados, eficientes y medioambientalmente sostenibles en materia de transporte", ha manifestado.

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