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Fabra pide auxilio a Rajoy para evitar una derrota electoral

El jefe del Consell dice que será el primero en exigir “honorabilidad” en el PP

Peñíscola -
Mariano Rajoy y Alberto Fabra saludan a los asistentes a la convención política del PP en Peñíscola.
Mariano Rajoy y Alberto Fabra saludan a los asistentes a la convención política del PP en Peñíscola.Ángel Sánchez

El presidente del Gobierno y del PP nacional, Mariano Rajoy, escenificó ayer en Peñíscola un apretón de manos con el PP valenciano, al que pretende abrir la puerta a una reconciliación necesaria con vistas a las elecciones de 2015. Y ello a pesar de que el partido se halla inmerso en una crisis de escándalos y corrupción similar a la que motivó el enfriamiento de relaciones. Rajoy llegó y saldó cuentas reconociendo abiertamente que es presidente "entre otras cosas", por el apoyo que le dio la Comunidad Valenciana. A su vez, el regreso del líder a territorio valenciano sirvió al presidente autonómico, Alberto Fabra, para hacer una llamada de socorro frente a una derrota electoral que, tal y como ha quedado patente por las intervenciones en la convención política del PPCV, es ahora una posibilidad real.

“Necesitamos al Mariano Rajoy más valenciano que nunca, necesitamos que nos ayudes para tener el sistema de financiación justo y equitativo, para que el corredor mediterráneo sea una realidad y el AVE a Castellón llegue en 2015", le manifestó Fabra como requisito para no perder el apoyo de la ciudadanía y despertar a la "mayoría silenciosa que no grita".

“Sabes, presidente, que no pedimos que se nos dé nada gratuitamente, solo que se nos valore el esfuerzo y sé que lo vas a hacer porque eres sensible a nuestras demandas y vas a ser el presidente que traiga a la comunidad la financiación que se merece", dijo Fabra. Rajoy recogió el guante. Lo contrario habría sido un jarro de agua fría difícil de gestionar en el PP valenciano. Pero su apoyo no será inmediato. El presidente dijo ser "sensible a las reclamaciones" y aseguró que abordará la financiación autonómica cuando se trate la reforma tributaria.

La llamada de auxilio del barón valenciano llega un día después de que el secretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, defendiera en Peñíscola la necesidad de contar con una agenda propia.

La clausura de la convención política del partido por Alberto Fabra pretendió también ser un punto y aparte en los escándalos que han salpicado a los populares valencianos. Fabra intentó convencer de que el partido ha iniciado una nueva etapa que debe ser recompensada. Del acto de ayer, en el Palacio de Congresos de Peñíscola, dijo que era el punto de partida de cara a las elecciones de 2015 y que este inicio llega con un partido que ha culminado su renovación. No habló directamente de corrupción, ni de sus diputados imputados. No habló directamente de nada de ello pero dijo, ante un auditorio rebosante de militantes, que va a cumplir con la “limpieza” del PP valenciano.

Fabra habló de la “imposición de nuevos niveles de exigencia”, puesto que la "honorabilidad es responsabilidad de todos" pero suya ante todo. “La responsabilidad es especialmente mía y estoy dispuesto a cumplir con ella por respeto a todos los que creen en nuestro proyecto”, aseguró. En la primera fila le escuchaban (cada uno en un extremo) la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller. La primera, imputada por revelación de información privilegiada, tráfico de influencias y cohecho en el llamado caso Brugal. El segundo, imputado por adjudicar un contrato a Orange Market cuando era subsecretario de Sanidad en 2007. La regidora alicantina no buscó el protagonismo. Su homólogo castellonense hizo esfuerzos para acercarse a Rajoy cuando abandonaba el escenario. El presidente del Gobierno no pudo evitar la foto con ellos.

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En el auditorio le escucharon también Ricardo Costa, imputado en Gürtel, y Milagrosa Martínez, sobre quien pesa una petición de once años de cárcel por contratos con Orange Market. No estaba Rafael Blasco, a quien la propia Generalitat pide 11 años de cárcel y que se niega a dejar su escaño.

La posición de Fabra con los imputados le está costando más de una rabieta interna. Rajoy recomendó a la parroquia popular confianza y apoyo. “Os pido que apoyéis lo que está haciendo Alberto en la Generalitat, es lo que hay que hacer y es lo que estamos haciendo nosotros porque no hay otra opción”, dijo. Pero se refería a las políticas de austeridad que están provocando el malestar social que también ayer se vivió en Peñíscola con casi un centenar de manifestantes a las puertas del cónclave.

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