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Voleibol, deudas y doble homicidio

Juan Cuenca se labró una conflictiva reputación en Valencia Está en prisión provisional por la muerte de una pareja holandesa en Murcia

Ferran Bono

Juan Cuenca es una persona convincente, atildada, con labia, que puede resultar encantadora pero también altiva. “Iba de gran ejecutivo”. Así lo recuerdan algunas personas que mantuvieron relación hace unos años con este empresario valenciano, de 36 años, que ahora se encuentra en prisión provisional en relación con el delito de doble homicidio cometido sobre la antigua estrella holandesa de voleibol Ingrid Visser y su pareja Lodewijk Severein. Ambos fueron hallados descuartizados en Murcia. Junto a Cuenca, han sido detenidos dos presuntos sicarios rumanos. La investigación policial apunta a que los negocios y la exigencia del pago de una deuda por parte de la pareja, pudo ser el móvil.

Cuenca tenía una empresa, Universal Events, dedicada a la organización de eventos deportivos socioculturales, así como el alquiler y venta de viviendas, entre otros objetos. Con ella firmó un convenio con la Universitat de València a mediados de la década pasada para mantener un equipo femenino de Voleibol en la división de honor, llamada Superliga. Debía buscar patrocinios, además de proporcionar alojamiento y manutención a las jugadoras, según fuentes de la institución académica. Los fichajes sólo aguantaron hasta la primera vuelta. Las jugadoras no cobraban sus salarios y se marcharon en cuanto pudieron, jugando el resto de la competición con el equipo inferior. La temporada fue un desastre. La Universitat se sintió engañada y denunció por lo penal a Cuenca por el uso indebido de un cuño, pero la juez decidió que la vía era la administrativa. Entonces, la entidad decidió no proseguir el litigio por el temor a que Cuenca se declarara insolvente y se eternizará la causa, abonando los flecos con las jugadoras reclamantes.

En 2006, la empresa Universal Events fue la promotora de una prueba en Valencia del campeonato europeo de voley-playa que organizaba el grupo suizo Global Sports Marketing (GSM) responsable del desarrollo y promoción de todo el campeonato. Cuenca dejó deudas, en el hotel Las Arenas, por ejemplo, y acabó mal con los suizos.

Según algunas fuentes, Cuenca fue clave en el fichaje de la holandesa Ingrid Visser por el equipo Voley CAV Murcia 2005, donde jugó la internacional holandesa entre 2009 y 2011. El empresario ejerció de gerente y director técnico del club, que también tuvo problemas de impagos con varios hoteles de la ciudad e incluso un establecimiento presentó una denuncia contra él.

Ayer, el empresario y propietario en su día del club murciano, Evedasto Lifante, aseguraba que no había vuelto a tener contacto con Cuenca desde que, a mediados de 2011, éste se marchó del club. “Se llevó todas las cuentas y la documentación; incluso el ordenador. Nos dejó sin nada y ni siquiera pude presentar las cuentas del club. Lo llamé a Valencia para que nos devolviera la documentación, pero se negó. Desde ese momento, no sé en lo que andaba metido. Lo único que tengo claro es que a mí y al club nos hizo mucho daño”, dijo en declaraciones recogidas por la edición digital de La Verdad.

Ayer, el juez de guardia tomó declaración a Cuenca y decretó prisión provisional, comunicado y sin fianza, además del secreto del sumario.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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