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Los jóvenes que han emigrado crean la ‘marea granate’

15.000 catalanes de entre 15 y 34 años se han marchado desde 2009, según UGT El último año han salido de la comunidad 4.663, más de 12 al día El movimiento, que se ha creado el último mes en Londres, elige el color del pasaporte

Son víctimas de la crisis como los profesionales y usuarios de la sanidad pública, la educación, o los afectados por la hipoteca. Y, como ellos, los jóvenes emigrantes que se han marchado a ciudades como Londres, Berlín o Bruselas acaban de crear su propia marea: la marea granate.No tiene ni dos semanas de vida y ya agrupa a un millar de seguidores en Facebook, pasa de los 200 en Twitter y prepara acciones y movilizaciones desde varias ciudades.

La primera será el próximo sábado 1 de junio, día fijado desde Portugal para convocar manifestaciones en toda Europa bajo el lema Pueblos Unidos contra la troika. Las distintas mareas tienen previsto acampar frente a las embajadas. “La marea es una plataforma, una forma de visibilizar la gran cantidad de gente que se ha ido, se ha visto obligada a marcharse”. Quien habla por teléfono desde Londres es Beatriz Viol. Tiene 29 años, es de Sabadell y lleva dos años y medio en Inglaterra. Llegó para estudiar y en el momento de regresar vio que era mejor quedarse. Trabaja de educadora. “Y no está nada claro cuándo podré volver”, alerta.

En los últimos cuatro años han salido de Cataluña 15.000 jóvenes de entre 15 y 34 años, según un estudio que tiene previsto presentar hoy Avalot, la rama juvenil de UGT. Solo en el último año se han marchado 4.663, más de 12 cada día. Mientras, aquí el paro juvenil alcanza el 57% y el de larga duración en esta franja de población supera en seis puntos al de los adultos.

El nacimiento de la marea granate se ha precipitado en las dos últimas semanas precisamente desde Londres. El pasado 7 de abril, el colectivo Juventud sin Futuro convocó concentraciones de jóvenes emigrantes españoles en varias ciudades europeas. No nos vamos, nos echan o Que se vayan ellos fueron los lemas. En Londres, el punto de encuentro fue el puente del Milenio sobre el río Támesis, el peatonal que hay delante de la Tate Modern. Para sorpresa de los organizadores, aparecieron más de 300 personas (jóvenes y no tanto) con una maleta para reivindicar eso: que no se han ido, les han echado y no sabrán cuándo podrán volver.

Pocas semanas después, hace 10 días, se celebró en la ciudad una asamblea del 15-M coincidiendo con el segundo aniversario del movimiento de las plazas en España, explica Viol. “Como emigrantes, aunque participemos en el 15-M London, de alguna forma sentimos que no podemos luchar porque estamos fuera”, relata. Con el buen sabor de boca del acto del puente, decidieron que había que hacer algo más. Reivindicarse y articular una red internacional de emigrantes capaz de organizar movilizaciones conjuntas. Si en España hay mareas que agrupan a los colectivos afectados por la crisis (sanidad, educación, desahuciados...) ¿por qué no iban a tener la suya los emigrantes? ¿Y qué color elegir? Fácil: el granate del pasaporte.

La marea lanza dos mensajes, advierte la joven de Sabadell: “Que no nos vamos, nos echan; y que seguimos dando batalla contra las causas de la crisis”. David Retamero (de Barcelona, 35 años, siete en Londres), asiduo a las asambleas desde el inicio, subraya que entre los “emigrantes forzosos” no solo hay jóvenes. Hay parejas en los 50 que han dejado hijos en España, asegura. “Las asambleas y la marea responden a la frustración de no poder estar participando en lo que ocurre en casa. Además es importante que aprovechemos centros neurálgicos del capitalismo como Londres para hacernos visibles y lanzar exigencias a nuestro Gobierno”, dice.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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