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la polémica de las basuras

El Parlamento rechaza el ‘puerta a puerta’ y aboga por el quinto contenedor

EH Bildu se queda sola ante las críticas del resto a su gestión de los residuos

Bolsas de basura en las ventanas en protesta por el puerta a puerta en Lezo.
Bolsas de basura en las ventanas en protesta por el puerta a puerta en Lezo.javier hernández

La imagen de balcones decorados con bolsas de basura, una estampa que ofrecen hoy muchos municipios guipuzcoanos, llegó ayer al Parlamento con un debate sobre el sistema de recogida de residuos puerta a puerta (PaP) en el que la coalición EH Bildu se quedó sola defendiendo el citado modelo de gestión de los residuos.

La resolución recoge el apoyo al quinto contenedor (para la fracción orgánica) e incluye la “oposición” de la Cámara al sistema de recogida de residuos que defiende la izquierda abertzale y está aplicando en nueve municipios guipuzcoanos, basado, según la mayoría de la Cámara, “en la imposición” y “rechazado por la mayoría social”. El texto fue acordado entre PNV, PSE y PP, y apoyado por UPyD, cuyo único parlamentario, Gorka Maneiro, rechazó uno de los párrafos, que reclama a la Diputación de Gipuzkoa que cumpla con la norma foral aprobada en diciembre de 2008 sobre el plan de gestión de residuos de la provincia.

El debate reprodujo, esta vez en Vitoria, las discusiones que Gipuzkoa atestigua día sí y día también, y finalizó con una conclusión recogida en el último punto de la resolución: la situación de “inminente colapso” de los tres vertederos guipuzcoanos. Pero también propició el encuentro de viejos conocidos. Por un lado, la parlamentaria de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia, que hasta hace escasos meses era jefa de gabinete de Martin Garitano en la Diputación de Gipuzkoa y previamente fue la segunda alcaldesa de Gipuzkoa, cuando lideraba Hernani, tras el ahora diputado por Amaiur Xabier Mikel Errekondo, en implantar el PaP. Jesús Zaballos (PSE), entonces alcalde de la localidad colindante de Lasarte, se quejó ayer de que su municipio aumentó el volumen de basura cuando sus vecinos apostaron por el puerta a puerta. “¿Nos hemos vuelto más guarros [en Lasarte]? No, estamos pagando [al vertedero de San Marcos] lo de Hernani y lo de Usurbil”, se respondió.

Sémper asegura que colgar la basura en las calles es "una cochinada"

El autor de la iniciativa, el presidente del PP guipuzcoano Borja Sémper, resumió su postura interpelando a Beitialarrangoitia: “Esto es una cochinada. A usted le gustará tener basura colgando de la puerta de su casa pero a la mayoría de los ciudadanos no”. En defensa del sistema, Beitialarrangoitia aseguró que “el reciclaje más que una voluntad tiene que ser obligatorio” y señaló que, para que el sistema dé resultados, es necesaria una “identificación y algún tipo de control”.

Los partidos a favor del quinto contenedor esgrimieron las 73.000 firmas, las 17 plataformas creadas contra el puerta a puerta y la consulta popular de Legazpi, con un 90% de votos en contra del sistema que defienden EH Bildu y el resto de marcas de la izquierda abertzale. El puerta a puerta supone “retroceder más de 30 años en higiene y salubridad”, censuró Zaballos, que describió el sistema como “más sucio, más caro, más incómodo” e invasor de la intimidad de los vecinos.

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Maria Eugenia Arrizabalaga (PNV) vio en la consulta de Legazpia un hito a partir del cual Bildu ha ido “cambiando su dirección”. Pero tanto PNV como PSE y PP acusaron a EH Bildu de abanderar las iniciativas de participación ciudadana y de rehuirlas en este tema. La portavoz abertzale respondió asegurando que, del resto, “al que se ha atrevido a plantear una consulta, se le ha judicializado”, en referencia a Juan José Ibarretxe.

EH Bildu centró sus argumentos en la falta de competencias autonómicas en la gestión de las basuras y quiso restar legitimidad a la Cámara para hablar de ello. El PNV le reprochó que la coalición pactó con el PSE llevar al Parlamento la fiscalidad, que los jeltzales entienden que corresponde exclusivamente a los parlamentos provinciales.

Para la portavoz abertzale, son los “intereses económicos” del resto de partidos los que empujan a apostar por la incineradora, una alternativa que censuró porque “en 2012 el 80% de lo recogido era reciblable y la Unión Europea dice que en 2020 no se podrá incinerar nada reciclable. Entonces, ¿para qué queremos incineradora?”.

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