_
_
_
_
_
POP|Kiko veneno
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tras la tormenta

El cantante da un concierto comedido, donde lo de menos fueron,precisamente, las canciones

El cantante, en su actuación de anoche en Las Vistillas.
El cantante, en su actuación de anoche en Las Vistillas.LUIS SEVILLANO

Seguro que Kiko Veneno cuando tituló su último disco Sensación térmica no pensaba que ese concepto iba a influir tanto en su presentación madrileña. La sensación térmica de frío provocada por la lluvia, y de destemple, hizo suspender su concierto del martes en la Plaza Mayor, aplazándose para ayer por la noche en Las Vistillas, en el día del patrón madrileño.

Salió Kiko al grito de "Hoy no llueve, hoy sí se puede" para contagiar al público, 24 horas después, de algo de ánimo y calor en una noche que, aunque sin lluvia esta vez, no tenía la sensación térmica más adecuada para concierto al aire libre. Arenga parafraseada de actualidad rabiosa, "sí se puede" que repitió nueve canciones después en medio del estribillo de Lo que importa eres tú, con la ayuda invitada ocasional de Jairo Pereira, esto es Muchachito Bombo Infierno.

De mono rojo y estampado, como de currante estrafalario, Kiko desgranó un concierto comedido, donde lo de menos fueron, precisamente, las canciones de Sensación térmica. A pesar de eso, su propuesta sónica se aproxima más a la que ha dado a su último disco Raül Fernández a la producción, o sea, menos recurrir a la rumba, el flamenquito y lo lolailo para sonar más urbano y roquero, la última reinvención de Kiko.

Y en esa mutación funciona, como era de suponer, mejor en unas canciones que en otras. Por ejemplo, en Los delincuentes, apenas hay diferencia con la que tenemos de referencia en nuestras cabezas, sobre todo porque abunda en su sentido que uno de los músicos de su banda sea el guitarrista Diego Pozo, más conocido por El Ratón, que militó en ese grupo deudor de Kiko que conocimos con alegría como Los Delinküentes. Pero no tanto en Respeto, donde se echa de menos el ventilador guitarrero rumbero con el que se había saboreado siempre.

Habría más ejemplos pero en un concierto de Kiko Veneno siempre hay momentos sublimes. Cuando abordó Joselito el personal se desgañitó con los coros; lo mismo que al volver Jairo Pereira al escenario acompañado de Tomasito para descargar un soberbio 40 foragidos, de la época que compartieron en el G5, y ese sabor evocador de swing manouche.

La noche de la suspensión Kiko Veneno se fue a saborear la noche madrileña en fiestas junto a Jairo y en un garito se topó con un músico angoleño al que anoche invitó a cantar con él Dice la gente. Naturalmente, Kiko aprovechó para hacer su peculiar visión de la situación actual y su aproximación crítica a la cruda realidad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_