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Con las maletas preparadas

El número de andaluces en el extranjero crece un 30% en cuatro años y alcanza los 220.000 Las asociaciones de retornados atienden ahora las necesidades de los nuevos emigrantes

En centenares de casas andaluzas hay maletas preparadas. Hay ropa de abrigo empaquetada, documentación recién reunida, temores contenidos, nostalgia reprimida. Hay mucha desesperación. Por eso se han hecho esas maletas. Más de 220.000 andaluces viven en el extranjero. Son 50.000 más que hace cuatro años. Lo dicen las estadísticas y lo saben los que ayudan a regresar a los que se marcharon hace décadas. Esas asociaciones de retornados han empezado a compatibilizar su labor con la ayuda a los nuevos emigrantes. A los que, como hace más de 40 años, vieron esperanza en las maletas.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, 1.931.248 españoles viven en el extranjero. De ellos, 221.2689 son andaluces. Son 13.000 más que en el anterior recuento y 49.811 más que en 2009. Lo que supone un 29% más en los últimos cuatro años. Estos números coinciden con los de países receptores como Alemania, donde sus servicios de inmigración han visto crecer en un 45% el número de españoles. Otro informe, elaborado por Infojobs y Esade, revela que el 65% de los jóvenes españoles está dispuesto a emigrar con Reino Unido y Alemania, como principales destinos.

En la sede de la Asociación Gaditana de Emigrantes Retornados (Agader) de San Fernando (Cádiz), creada en 1985, no necesitan estadísticas para saber del creciente interés por marcharse. Lo viven día a día. El colectivo nació para ayudar a los emigrantes que querían volver a España. Ahora sirve de apoyo a los que quieren irse. “Lo notamos, sobre todo, desde hace un año”, explica Eva Foncubierta, recién elegida presidenta de Feaer, la federación nacional que agrupa a los colectivos de emigrantes y retornados.

Cuando Agader nació, su principal reto fue darse a conocer e informar a miles de emigrantes que habían vuelto a España de que tenían derecho a cobrar pensiones por su tiempo cotizado en el extranjero. Muchos no lo sabían. Y otros, aunque lo supieran, no conocían los métodos para resolverlo. “En algunos casos, con un papel se solucionaba. Pero en otros, hemos sido auténticos detectives. Ha venido gente que no se acordaba ni del nombre de la empresa para la que trabajaba”. Estos colectivos gestionaron el año pasado ocho millones de euros.

Agader asegura que ahora no hay tanto trabajo fuera, que no es tan fácil encontrarlo ni piden el mismo perfil

Ahora, como tantos otros, sufren de lleno los recortes en las subvenciones. Algunos políticos le han restado trascendencia a su labor. Como si el retorno de esos emigrantes fuera un fenómeno en declive. Pero Eva Foncubierta lo niega. “Ahora tenemos mucho más trabajo que hace cinco o seis años”. El motivo está en la crisis. “Muchos no se interesaron en gestionar sus pensiones porque apenas les habían quedado 40 ó 50 euros mensuales”. Pero ahora ese dinero, por poco que sea, es fundamental. “El otro día nos llegó el caso de un abuelo de 83 años que tiene a cargo a todos sus hijos y nietos. Ese dinero le sirve para pagar las facturas”.

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Y a eso se ha sumado el interés de muchos jóvenes para iniciar su partida. “Muchos nos conocen porque son nietos de los que se fueron hace décadas”, cuenta Foncubierta. “Hay que estar bien informado para marcharse”, advierte. Lo dice porque ha visto viajes frustrados. “Sé de gente que se ha ido a Suiza a buscar trabajo en la época de nieves, cuando muchas fábricas están cerradas”, cuenta.

A diferencia de lo que ocurrió hace años, ahora no hay tanto trabajo fuera, no es tan fácil encontrarlo ni piden el mismo perfil. Lo que demandan es personal cualificado, sobre todo, médicos o ingenieros. Como los que rastrea estos días en Cádiz Felipe Sánchez Mateos, de la constructora alemana SC. “Buscamos soldadores y montadores porque sabemos que aquí hay paro y hay buenos profesionales de los astilleros”, explica. Buscan ocho operarios pero pueden ser más. “Hay una falsa imagen de la emigración. En Alemania también hay crisis. Los sueldos no son desorbitados. Y hay gente que se ha vuelto en dos meses peor de lo que se fue”, detalla.

En la sede de Agader reparten dípticos para informar a los potenciales jóvenes emigrantes. La asociación, que cuenta en Andalucía con 30.000 asociados, quiere iniciar una campaña por los pueblos para presentarse. Al igual que hicieron cuando informaban a los retornados de sus derechos. Una tarea todavía no culminada. Hay maletas preparadas para irse de muchos nietos cuando no han terminado de vaciarse las de sus abuelos.

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