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El retraso en la instrucción deja libre al acusado de matar a una cajera

La Audiencia de Tarragona revoca la prisión preventiva por "retrasos no justificados" en la instrucción

Ester Calduch murió de un disparo en un atraco en el banco en el que trabajaba como cajera en Cambrils.
Ester Calduch murió de un disparo en un atraco en el banco en el que trabajaba como cajera en Cambrils.JOSEP LLUÍS SELLART

Tras dos años y un mes de prisión preventiva por la muerte de una mujer de 25 años en Cambrils (Baix Camp), Manuel Amancio Álvarez, alias El Bravo, ha quedado en libertad con cargos. La Audiencia Provincial de Tarragona ha revocado la medida cautelar dictada por los delitos de robo con intimidación y homicidio porque considera que durante la instrucción se ha cometido un “retraso no justificado” del proceso. El Bravo, de 51 años, deberá presentarse cada día en los juzgados, le ha sido retirado el pasaporte y no podrá abandonar España sin autorización expresa del juez.

La polémica decisión del tribunal se basa en que durante estos dos años el Juzgado de Instrucción 3 de Reus no ha concluido aún su tarea e incluso sigue pendiente “la toma de declaración de testigos”. La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, presidida por el magistrado Francisco José Revuelta Muñoz, responde así al recurso presentado por la defensa del atracador, que pedía su libertad. Entiende que el largo tiempo que ha pasado “debilita” la proporcionalidad de la medida de privación de libertad.

El tribunal esgrime que se ha debilitado la proporcionalidad de la medida

El 25 de octubre de 2010, El Bravo, disfrazado con gafas de sol y peluca, irrumpió, presuntamente, a las ocho y media de la mañana en la sucursal del Banco Santander de Cambrils. Junto a otro compinche, que no ha sido detenido, amenazaron a los empleados con un arma para llevarse el dinero de la oficina. Pero no estuvieron ni 50 segundos. El Bravo, según la investigación, fue el autor de un disparo que alcanzó el cuello de la joven Estela Calduch, de 25 años, que murió desangrada  de un disparo en el cuello. La cajera del banco estaba en una zona de la entidad en la que el cristal no era blindado. Después de eso, los dos atracadores huyeron del lugar, sin botín. Fuentes policiales aseguraron entonces que el disparo había sido involuntario y que los ladrones escaparon al darse cuenta de lo que había ocurrido.

El Bravo fue detenido el 29 de marzo de 2011 en Castro Urdiales (Cantabria) en una operación conjunta de todas las fuerzas policiales (Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Mossos d’Esquadra y Ertzaintza). Los investigadores le buscaban por conformar, junto a cuatro arrestados más, la banda de atracadores de bancos más activos de España, con medio centenar de hechos delictivos a sus espaldas.

En Reus se instruyen dos causas contra él, el homicidio de Calduch y otra que en la que se investigan 24 atracos, en 19 de los cuales se ha acreditado la participación de El Bravo. La mayoría de los golpes han sido cometidos en el País Vasco y Cataluña.

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El 21 de marzo pasado, cuando se habían cumplido los dos años de la prisión preventiva, se celebró la vistilla para revisar la pena de El Bravo y dilucidar si concurrían las circunstancias que permiten prorrogarla. Tanto el ministerio fiscal, como las dos acusaciones particulares, representadas por el Banco Santander y los familiares de la joven, pidieron que el hombre siguiese encarcelado. El juez decidió entonces mantener en prisión al atracador por el homicidio de la joven y revocar la medida cautelar en el caso de los otros 19 casos que instruye el juzgado.

Al Bravo se le acusa  atracar un banco en Cambrils y disparar mortalmente a una empleada

La defensa de El Bravo recurrió la decisión, esgrimiendo que no hay indicios suficientes para mantener en prisión al atracador más allá de los dos años que marca la ley como norma general. La Audiencia le dio la razón el pasado 30 de abril. La familia de la joven fallecida declinó ayer comentar la decisión judicial, que ha provocado indignación y rechazo en redes sociales como Twitter.

La operación policial en la que cayó El Bravo fue aplaudida por los consejeros de Interior tanto el catalán, entonces Felip Puig, como el vasco, Rodolfo Ares. En la investigación trabajaron más de 150 agentes durante cinco meses en el País Vasco y las detenciones se produjeron en Bilbao, Portugalete (Vizcaya) y Castro Urdiales. Puig aseguró que la banda era muy activa y siempre actuaban de la misma forma: iban armados y disfrazados. Pero el atraco de Cambrils cambió las cosas. El grupo frenó en seco. Puig lo definió como una “parada preventiva” al temer la persecución policial por el crimen.

Las detenciones se hicieron de madrugada, el caso estaba bajo secreto de sumario, pero a primera hora se filtraron las detenciones. Al haberse publicado ya buena parte de la información sobre la intervención policial, el consejero de Interior catalán convocó una rueda de prensa. También desde el Gobierno vasco se informó de las detenciones. El juez de instrucción 3 de Reus decidió abrir diligencias por revelación de sumario y obstrucción a la justicia para averiguar de dónde había salido la información, aunque la cosa no fue a más. Uno de los atracadores al que buscaban los investigadores, presuntamente el compinche de El Bravo, logró escapar.

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