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CATALUÑA

Colas para alquilar un piso barato

Cientos de personas acuden a la jornada de puertas abiertas de las viviendas protegidas de Torre Baró Los 160 apartamentos cuestan de 197 a 444 euros al mes

Camilo S. Baquero
Cola frente a uno de los edificios con viviendas de alquiler en Torre Baró.
Cola frente a uno de los edificios con viviendas de alquiler en Torre Baró. CARLES RIBAS

Las colas son un excelente pulsómetro para medir el ritmo vital de la sociedad. Las del Servicio de Empleo Estatal; las que se hacen para conseguir un plato de comida en la Rambla; las de los servicios de información de empleo para jóvenes en el exterior... El viernes y ayer, Barcelona descubrió una nueva: la de cientos de personas interesadas en visitar los pisos de alquiler asequible (entre 197 y 444 euros) que el Ayuntamiento ofrece en Torre Baró. Las 160 viviendas eran de Regesa y llevaban más de dos años vacías. Una cola que muestra la gravedad del problema de la vivienda en Barcelona, más allá de los desahucios.

Pilar Ríos, su esposo y Majo, el perro, querían ver dos de las cuatro promociones en la calle de Escolapi Cáncer. Viven en un ático en Via Júlia desde hace 30 años, en mal estado y sin posibilidades de que el propietario lo arregle. Tampoco tienen dinero para comprarlo, pues ambos son pensionistas. “Llamaba a Regesa para visitarlos, pero fue imposible”, contaba la mujer.

Hasta el viernes se habían recibido 1.182 solicitudes en el Patronato de la Vivienda para entrar en el sorteo de los pisos. Los hay de hasta cuatro dormitorios. Al estar dos años cerrados —la cantidad de pisos con inquilinos era ínfima— las baldosas mantienen el brillo de lo nuevo. También tienen vitrocerámica y hasta bidé. Al lado de los buzones, el planillo de las limpiadoras demuestra que pasaban religiosamente la fregona por los pasillos. Un limpísimo palacio fantasma, a costa del erario público, que siempre estuvo en el punto de mira de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y otras asociaciones defensoras del derecho a la vivienda.

“Cuando se terminó el paro volví a casa de mi madre. A veces hago chapuzas. Si consigo un piso podré independizarme de nuevo”, decía Antonio Agustín, de 37 años. A Fermín Roca la pensión no le alcanza para pagar el suyo en Sagrada Família, de casi 700 euros. “Aquí es más tranquilo. Me lo imaginaba menos bonito, pero los pisos están muy bien”, aseguraba mientras llamaba a su mujer para viniese a verlos. Quienes acrediten unos ingresos de 1.000 euros optaran a los apartamentos, aunque también hay una reserva para emergencia social, confirmó Josep María de Torres, director general de Begursa. Esta es la crítica de los vecinos al proyecto, creen que resuelve un problema de ciudad pero deja de lado a las personas más vulnerables. El sorteo será en junio y los inquilinos se instalarán en verano.

Cuando el alcalde Xavier Trias anunció el parque de alquiler asequible, desde el Consistorio nunca imaginaron el éxito de la jornada de puertas abiertas. El Ayuntamiento subsidia la mitad del alquiler durante cinco años, para lo que destina 3,5 millones de euros. La jornada se repetirá el 18 de mayo y hay plazo para presentar solicitudes hasta el 24.

Los pisos de la promoción Eucaliptus D son los más codiciados. Tienen balcón con vistas a una plaza pendiente de urbanizar. Y a Collserola. "Ya verás cómo tengo mala suerte y no me lo dan", bromeó Ríos. Su esposo sonreía. Majo ni se enteró.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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