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Salt prohíbe centros de culto en el polígono de Torremirona

El Consistorio esgrime que la medida "favorece la cohesión social" El anterior gobierno socialista había destinado terrenos al uso religioso en esa zona industrial

Jaume Torramadé, alcalde de Salt.
Jaume Torramadé, alcalde de Salt.PERE DURAN

El Ayuntamiento de Salt ha modificado su normativa urbanística para impedir que se construyan nuevos centros de culto en el polígono de Torremirona, donde el anterior gobierno socialista había reservado suelo para uso religioso en cumplimiento de la Ley de Centros de Culto de la Generalitat. El alcalde del municipio, Jaume Torramadé (CiU), ha decidido que las nuevas mezquitas y locales evangelistas se instalen en el núcleo urbano, siempre que lo hagan en bajos de edificios con un aforo máximo de 60 personas.

La Comisión Territorial de Urbanismo de Girona aprobó ayer la modificación necesaria del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) del municipio, que decidió el cambio en un pleno en enero. Las confesiones minoritarias podrán instalarse también en el núcleo urbano si lo hacen en edificios aislados. El Ayuntamiento defiende que la situación actual “no es la adecuada”, porque la “segregación y concentración del uso religioso” en un polígono aislado, separado del núcleo urbano por una autopista, “no favorece la cohesión social”. Además, “supone una reducción de la oferta de suelo industrial en el municipio”, argumenta.

“El polígono era una buena solución”, contesta la líder del PSC y exalcaldesa, Iolanda Pineda, quien opina que la medida no suponía ninguna barrera a la actividad industrial, ya que el número de confesiones interesadas en construir nuevos centros de culto es pequeño. “En cambio, trasladarlos a determinados barrios sí pone en peligro la convivencia”, defendió Pineda.

El Ayuntamiento de Salt, un municipio con un 40% de inmigración y presencia de la xenófoba Platadorma per Catalunya, ha cambiado en repedidas ocasiones su criterio sobre el emplazamiento de los centros de culto. El actual alcalde aprobó en su anterior etapa al frente del Consistorio (hasta el año 2007) una ordenanza para obligar a las confesiones a instalarse en locales de más de 200 metros cuadrados en edificios aislados. Esta medida, que suponía en la práctica la expulsión de las confesiones minoritarias del núcleo urbano y dificultaba que encontrasen lugares adecuados, fue luego revertida por el gobierno socialista. Pineda reservó suelo en el polígono de Torremirona, lugar donde en la actualidad la comunidad musulmana está construyendo una mezquita. Al llegar a la alcaldía, Torramadé suspendió durante un año las licencias otorgadas a la comunidad musulmana y evangelista para instalarse en Torremirona.

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