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El fracking sigue a la espera

El polémico sistema de extracción de gas se hace sitio en el debate político

Una pintada contra el fracking en Cantabria.
Una pintada contra el fracking en Cantabria.

¿Fracking sí o fracking no? Hace apenas dos semanas que Cantabria cerraba la puerta a la utilización de esta técnica de extracción de gas, mientras que el debate que aborde su posible prohibición en Euskadi deberá esperar, al menos, hasta después de junio, cuando el Parlamento eleve al pleno la Iniciativa Legislativa Popular presentada por la Plataforma Fracking Ez Araba.

El debate sobre el fracking se reactivó en Euskadi en 2011 cuando el entonces lehendakari Patxi López, anunció en un viaje a Dallas (Texas), que bajo el subsuelo alavés, en una zona denominada Gran Enara, había grandes cantidades de gas no convencional. El problema de este tipo de gas es que no se encuentra en bolsas sino pegado a la roca, por lo que para su extracción es necesario seguir un procedimiento consistente en fracturarla con una mezcla de agua y sustancias químicas (2%) que, en caso de filtrarse podría inutilizar acuíferos y la superficie, en lugar de liberar simplemente el gas adherido.

Desde la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) advierten de que, por el momento, no existen estudios que determinen cuáles son los riesgos de esta técnica que ya se usa en EE UU y que en Alemania, Francia o la República Checa no se podrá utilizar hasta que finalicen las actuales moratorias y se investigue más sobre los riesgos que podría entrañar. La UPV también avisa de que los estudios que existen, en la mayoría de los casos, son muy parciales, al estar elaborados o por empresas explotadoras de yacimientos de gas o por detractores de la técnica, por lo que recomiendan “cogerlos con pinzas”. El debate social, sin embargo, es una realidad que llega hasta las salas de cine, donde se puede ver la última película de Gus Van Sant, Tierra Prometida, protagonizada por Matt Damon y que es muy crítica con el fracking en Estados Unidos.

El Gobierno de Mariano Rajoy ya se ha mostrado a favor de utilizar el fracking, en contra de la opinión de algunos miembros de su propio partido, como en el caso de Cantabria, donde la propia iniciativa del PP sirvió para prohibir su uso.

Por el momento en el Parlamento vasco se está preparando el debate que abordará la prohibición de una técnica, que en Álava podría servir, según sus defensores, para sacar más de 185 billones de centímetros cúbicos de gas. La pasada semana se conocieron todas las enmiendas que los grupos han presentado para el debate de la reforma de la Ley de la Conservación de la Naturaleza, que llegó al Parlamento a petición de las Juntas Generales de Álava, gracias a los votos de EB, Bildu, PSE y PNV.

Una vez conocidas las enmiendas a esta reforma legal, que impidió según el criterio de la Mesa de la Cámara que se tomara en consideración la Iniciativa Legislativa Popular en contra del fracking — el reglamento permite rechazar una ILP si ya está registrada una iniciativa de contenido similar— , la Plataforma Fracking Ez Araba volvió a mostrar su descontento. La plataforma ya denunció en aquella ocasión que la Mesa había tumbado su iniciativa por “intereses políticos” y que no había justificación legal alguna para no admitirla a trámite, algo que finalmente ocurrirá cuando finalice el actual periodo de sesiones en junio.

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En un comunicado publicado en su web denuncian el “sucio juego político” de PP, PNV y PSE, en cuyas enmiendas no observan intención de prohibir el fracking. Fuentes del PSE, que apoyó la iniciativa legislativa de las Juntas Generales de Álava, pero que votó en contra de su tramitación en el Parlamento, aducen que en los términos en los que está propuesta la reforma de ley podría ser inconstitucional, ya que el control normativo de los espacios naturales que se pretende cambiar es competencia del Gobierno de Madrid. Algo sobre lo que ya alertó el Gobierno vasco cuando emitió su criterio acerca de esta reforma legislativa, pese a lo que se mostró favorable a debatir el texto en el pleno.

El nuevo Ejecutivo prefiere esperar a más adelante para debatir si el fracking es o no una técnica viable para el País Vasco y defiende saber primero qué hay bajo tierra para después decidir cómo sacarlo. Mientras tanto, la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, SHESA, cuyo único accionista es el Ente Vasco de Energía, un organismo que depende del Gobierno autónomo, sigue constituida y registrada como parte de Shale Gas España, la plataforma española sobre la exploración y el desarrollo del gas pizarra. Desde SHESA, donde se muestran reacios a hacer declaraciones —en su propia web avisan de que no se responsabilizan de la información contenida— aseguran en privado que su actividad se reduce en estos momentos a “realizar estudios”.

SHESA cuenta con 17 permisos para realizar sondeos de exploración, nueve de gas no convencional y ocho de gas convencional, pero no aclaró que técnica se utilizará en dichos sondeos. Desde la Plataforma Fracking Ez Araba ven “ambigua” la actitud del Gobierno, algo que achacan al “miedo al rechazo social” que genera el mostrarse a favor del fracking. El pasado 6 de octubre miles de personas se manifestaron, en una de las manifestaciones más multitudinarias que recuerda Vitoria, bajo el lema Fracking Ez, ez hemen ez inon! (¡Fracking no, ni aquí ni en ningún sitio!)

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