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La Generalitat deja caer al rector de la UPC para contener las protestas

La Generalitat propone reducir sueldos y horarios antes que recurrir a los despidos

La Generalitat no está dispuesta a vivir un segundo episodio de protestas universitarias generalizadas como las antiBolonia de hace unos años. La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) se ha alzado estas semanas en pide de guerra contra los recortes y los despidos de 340 trabajadores. Las protestas se han extendido estos días a la Autónoma y la de Barcelona. La Generalitat asegura que el caso de la UPC “es único” y que el resto de protestas son infundadas. En un momento en que el rector Antoni Giró está en una posición de debilidad, la Generalitat también le ha retirado su apoyo para abrir un nuevo proceso de diálogo que frene el descontento.

El rector de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Antoni Giró, se ha convertido en la primera víctima política —o un cabeza de turco, según opinan fuentes cercanas al rector— de los ingentes recortes en las universidades, que han tenido como máximo exponente a este campus (con una reducción del 34% de su presupuesto en tres años y 340 despidos anunciados para este año). La UPC se ha visto obligada a tomar medidas extraordinarias, ante la asfixia económica que padece por el déficit acumulado de 111 millones. Una losa que finalmente ha caído sobre el rector al quedarse solo defendiendo los recortes. Primero perdió el apoyo de la comunidad universitaria y de su equipo (visualizado en el último claustro). Ahora tampoco cuenta con el último sostén que le quedaba, el de la Generalitat.

Giró comunicó que avanza

El secretario de Universidades, Antoni Castellà, cuestionó públicamente el jueves los despidos en la UPC y los tachó de “drásticos”. Castellà aseguró que se podrían tomar alternativas como la reducción de un 15% de sueldos y de horarios. Las declaraciones molestaron a Giró, que se reunió el viernes con Castellà. El rector vio que perdía la protección del Gobierno catalán, según explica su entorno, y fue lo que dio el último empujón para decidir tirar la toalla y avanzar las elecciones (debían celebrarse de aquí a un año). Giró acusa a Castellà de vulnerar el espíritu del acuerdo firmado entre la Generalitat y la UPC “en la que se nos obligaba a una reducción del capítulo uno, que implicaba una disminución del profesorado y del personal administrativo”. Por su parte, Castellà lamentó ayer la situación creada en la UPC y aseguró que siempre ha querido “respetar la autonomía universitaria”. Castellà negó haber impuesto los despidos en la UPC. “En ningún caso se ha querido condicionar ninguna medida”, más allá de equilibrar las cuentas, añade.

Si bien la dimisión de Giró no ha sorprendido a muchos sectores —dicen que era de esperar porque la situación es “insostenible”—, lo que sí ha generado asombro es el esquinazo de la Generalitat. “Las declaraciones de Castellà son inadmisibles porque la Generalitat les obligó a firmar el acuerdo para recortar el personal, y ahora van y dejan al margen a Giró y lo desautorizan”, tercia el catedrático de la UPC, Albert Corominas. Para Alicia Fernández, presidenta de la junta de PAS funcionario, “la Generalitat ha visto que Giró se había quedado sin apoyos y no quieren dejar la UPC en manos de un rector que está solo”. El exrector del campus, Josep Ferrer, lo ve diferente y considera que Castellà “ha actuado de forma sensata y ha escuchado las reivindicaciones de la universidad, cosa que no ha hecho Giró.

El rector quiere que las
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El rector comunicó su resolución en un correo electrónico enviado a la comunidad universitaria el viernes a última hora de la noche. Justo antes de que el Consejo Social debe ratificar la anulación de los 87 despidos de interinos. Si lo hace, dejará en entredicho los recortes impulsados por Giró. Pero si no lo hace, se enfrentará —algo inédito— al Consejo de Gobierno, que el miércoles anuló provisionalmente los despidos.

El rector es partidario de celebrar las elecciones en octubre, para facilitar el debate y alejarlas de los exámenes. Pero muchas voces en la universidad ven esta fecha demasiado lejana y apuestan porque los comicios se realicen antes de final del curso. De hecho, el claustro extraordinario del próximo 17 de mayo, que votará el cese de Giró, podría establecer un calendario electoral más cercano.

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