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LOS PROBLEMAS DE LAS FINANZAS

La Generalitat rechaza el nuevo límite de déficit del 1,2% del PIB

Mas-Colell aspira a un desfase del 2% para evitar recortes, pero admite que es poco factible ERC advierte de que no votará las cuentas si el déficit no se relaja más Los republicanos auguran recortes de 3.800 millones con un desfase del 1,2%

Miquel Noguer
 Artur Mas, durante una rueda de prensa, en Bruselas.
Artur Mas, durante una rueda de prensa, en Bruselas.efe

El primer movimiento del Gobierno para relajar el objetivo de déficit autonómico y desahogar, ni que sea un poco, las finanzas catalanas para este año no convence a la Generalitat. El Gobierno catalán no contempla hacer sus Presupuestos con el nuevo límite que dibujó ayer el Gobierno central, del 1,2% del PIB. La Generalitat considera que los próximos días y semanas habrá nuevos movimientos que permitirán flexibilizar aún más este objetivo y por eso el Gobierno catalán se limitó ayer a rechazar educadamente los planes del Ejecutivo de Mariano Rajoy y a lanzar el mensaje de que espera, en breve, movimientos más convincentes y contundentes. No le queda otro remedio a Artur Mas, puesto que sus socios de Esquerra Republicana ya dejaron claro que ni por asomo votarán los recortes asociados a un límite de déficit del 1,2%.

El desfase máximo inicialmente fijado para las autonomías este año se situaba en el 0,7% del PIB, lo que obligaba a la Generalitat a ajustar el presupuesto en cerca de 4.400 millones de euros. El Gobierno movió ficha ayer para garantizar un nuevo margen que, aunque evitaría recortes por valor de más de 1.000 millones, no quiso ser cuantificado por el Gobierno catalán. Algo se está moviendo en las relaciones entre ambos Gobiernos y nadie quiere especular con la concreción de recortes antes de tiempo.

Mejora “insuficiente”

Lo que está claro es que el nuevo objetivo de déficit fijado por el Gobierno no está a la altura de lo que esperaba la Generalitat, que se situaba en torno al 2,1%. Tanto el presidente de la Generalitat, Artur Mas, como el Consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, dejaron claro que la partida está abierta. “Este cambio es una mejora pero claramente insuficiente para Cataluña, porque nos obliga a hacer unos ajustes que hoy ya no son posibles”, dijo Mas.

Desde ahora hasta finales de mayo, fecha límite que contempla la Generalitat para presentar su Presupuesto para este año, todos los esfuerzos se centrarán en arrancar unas décimas más de déficit al Gobierno. El 2,1% al que aspiraba hasta ahora la Generalitat sigue siendo el objetivo, pero ayer Mas-Colell admitió que difícilmente se podrá alcanzar. Mas-Colell ve “lógico” que la Generalitat no tenga que ceñirse a ese 1,2%, pero, a la pregunta de si ve posible poder contar con un 2,1%, comentó que, a juzgar de la postura del Gobierno, “no parece demasiado” factible.

El Gobierno catalán calcula que cada décima de déficit que gana supone un margen suplementario de unos 200 millones de euros, pero Mas-Colell insistió ayer en no echar cuentas porque “el déficit del 1,2% no es definitivo”.

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Sí echó mano de la calculadora Esquerra Republicana de Catalunya, inmersa en una campaña para dejar claro a sus bases que no aceptará recortes sensibles en el Estado de bienestar y, menos aún, si no obtiene en contrapartida la garantía de que el proceso soberanista catalán toma la vía rápida. La portavoz de ERC, Anna Simó, aseguró que un límite de déficit del 1,2% obligaría a la Generalitat a recortar 3.800 millones, tanto como los ajustes de 2011 y 2012 sumados.

El líder de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, advirtió de que su partido “no aceptará” el nuevo objetivo de déficit ni será “cómplice de este disparate social” que “entierra” el sector público catalán, de manera que su partido no contempla apoyar unos Presupuestos para 2013 elaborados con esta premisa.

“Hemos insistido en que se podía funcionar con los presupuestos prorrogados y no vemos por qué no podemos continuar así”, agregó el diputado independentista en la Cámara catalana.

Sin embargo, continuar con unos Presupuestos prorrogados equivale a aplicar un límite de déficit del 0,7%, peor por tanto, que el nuevo tope fijado ayer por el Gobierno. Eso es así porque el Parlamento catalán aprobó que la prórroga presupuestaria de las cuentas de 2012 implicaban mantener una estricta restricción en el gasto para evitar que el desfase se disparase mientras se negociaban los nuevos Presupuestos.

Los republicanos tampoco confían excesivamente en las negociaciones entre Gobierno y Generalitat para flexibilizar más el objetivo. Bosch insistió en que esta cuestión no debe abordarse de forma aislada, sino dentro de un conjunto de “variables”, como la deuda del Estado con Cataluña o el déficit fiscal. Bosch coincidió en este punto con Artur Mas, quien ayer hizo hincapié en que la Generalitat no está pidiendo nada extraordinario al Gobierno, sino disponer de los recursos que Cataluña “genera cada día” y que no puede utilizar por el déficit fiscal que viene denunciando desde hace años.

La Generalitat y sus socios no solo ven falta de realismo en fijar un déficit del 1,2% [Cataluña cerró 2012 con un desfase del 1,96%], sino que además consideran poco factible cumplir los próximos años. Y es que el Gobierno pretende que para 2014 el tope se fije en el 1% para bajar al 0,7% en 2015.

El primer secretario de PSC, Pere Navarro, coincidió con Artur Mas en que la relajación del déficit “se queda corta” y sugirió al presidente catalán que hable con el resto de presidentes autonómicos para conocer las diferentes realidades y “llegar a una posición conjunta” sobre el asunto. En lo que Navarro no cedió fue a la hora de volver a pedir a la Generalitat que presente ya los Presupuestos de este año, algo que el Gobierno rechaza mientras que no esté claramente fijado el desajuste máximo. El líder del PSC defendió su posición por la necesidad de saber “a lo que se atiene” Cataluña.

Artur Mas, ayer en una visita a la empresa Grupo Soler de Sallent. / rubén moreno (generalitat)

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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