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Las zonas rurales son las que más acusan la pérdida de profesores

Los ajustes de plantilla castigan sobre todo a la provincia de Alicante De 2009 a 2011 la Consejería de Educación pasó de 63.500 a 59.744 empleados

Vecinos de Otos pasan la noche en el al aulario del Centro Rural Castell de Carbonera.
Vecinos de Otos pasan la noche en el al aulario del Centro Rural Castell de Carbonera.

La pérdida de un solo maestro y un aula puede ser un drama. Otos, pueblo de la Vall d’Albaida de 500 habitantes, es un ejemplo real. Sus vecinos duermen en el aulario desde el 9 de abril en protesta por las supresiones que la Consejería de Educación ha planificado para el Centro Rural Agrupado (CRA) Castell de Carbonera en el arreglo escolar del curso próximo. “¿Creen que un maestro puede atender simultáneamente 15 niños de seis niveles diferentes?”, preguntaba en una carta pública el Ampa. En otros centros rurales el recorte ha sido mayor. La mitad de los 48 CRA sufren supresiones y sólo media docena aumenta su dotación.

 Las cifras oscilan según quien hace el cálculo, pero la conclusión es la misma: el curso que viene la escuela pública tendrá centenares de maestros menos de plantilla. La planificación que la consejería publicó en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana el 5 de abril refleja una pérdida neta para 2013-2014 en torno a 645 maestros (diferencia entre puestos suprimidos y creados), según los análisis de los sindicatos STEPV, Fete-UGT y CC OO. En esa pérdida neta de 645 puestos de trabajo, alrededor de 550 vacantes se reparten entre las provincias de Valencia y Alicante casi por igual, lo que significa que esta última provincia es, proporcionalmente, la que sufre un mayor recorte. El arreglo escolar refleja también una disminución neta de 90 aulas, la mayoría en Infantil, “debido”, explica Educación, “al fuerte descenso de la natalidad”.

Si en la escuela rural el adelgazamiento toca hueso, las zonas urbanas acusan el retorno de la inmigración y el peso de la concertada. La disminución se concentra en las tres capitales y las comarcas de El Baix Vinalopó, L’Alacantí y La Vega Baja, que son zonas con mayor peso migratorio. Valencia se sitúa a la cabeza con 62 maestros menos, seguida de Elche (43), Alicante (34) y Castellón (25). Detrás figuran ciudades intermedias como Orihuela, Torrevieja o Benidorm.

También la escuela en valenciano se resiente. En Elche, el colegio El Palmeral bate un dudoso récord autonómico. Pierde seis maestros. Otros centros ilicitanos le siguen de cerca, como el Blasco Ibáñez, donde se han dado las protestas más sonoras, el Cervantes o El Baix Vinalopó. “Éramos los colegios que más profesores de apoyo a la inmersión teníamos y nos los suprimen ahora que desaparecen los Programas de Inmersión Lingüística”, explica Marién Antón, directora del Cervantes. Son escuelas pioneras en la enseñanza en valenciano, con porcentajes de hasta el 90% de castellanohablantes, puntualiza. “Nos preocupa qué metodología utilizar ahora para mantener resultados con menos apoyo”, confiesa esta directora que tiene en infantil aulas con 28 alumnos que pueden llegar a 30 el curso próximo.

Educación dice que este curso la ratio media ha quedado en 21,3 alumnos/profesor en Infantil y 20,8 en Primaria. Prevé que baje más en 2013-14, “debido al descenso de la natalidad y de la inmigración” y, aunque no lo dice, probablemente también influye el trasvase de alumnos a la concertada.

A las goteras, ahora casi todos los colegios conocidos por los barracones añaden la pérdida de profesorado: Manjón-Cervantes de Alicante, 103 de Valencia, Emilio Lluch de Náquera, Evaristo Calatayud de Montserrat o Vicenta Ruso de Santa Pola. En algún caso la reducción puede ser el principio del fin, como el Josep Camarena de Gandía, creado en barracones hace cinco años, que se queda sin primero de Infantil y pierde tres maestros; hay clases de primaria con 10 alumnos, la mayoría de otros países. El emblemático Ciutat de Cremona de Alaquàs pierde cuatro docentes y dos aulas y encabeza la lista de pérdidas en la provincia junto al Miguel Hernández y Les Arenes de Valencia, y el Lucio Gil de Requena.

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En todo caso aumentan los quebraderos de cabeza de los 755 centros que, según la consejería modificarán su plantilla. El día 25 protestarán los de Xirivella por los recortes y lo harán en el Rei en Jaume, en solidaridad con su director, suprimido por ser de Francés. “Al final lo que pasa es que perdemos los apoyos, los desdobles, las agrupaciones flexibles y los programas especiales, porque no hay personal para hacerlos”, concluye pesimista Vicent Ripoll, presidente de la Asociación de Directores de Primaria: “Todo apunta a que se quiere acabar con la red pública”.

La consejería dice, sin embargo, que el próximo curso la Comunidad Valenciana “contará con 98 unidades educativas más”, sumando las que se habilitarán, lo que “supondrá la incorporación de 210 docentes más al sistema, cifra que se verá incrementada por nuevas habilitaciones”. Pero todo apunta a que la escuela pública retrocede a niveles de 2007 en profesorado. Los informes de la Sindicatura de Cuentas reflejan un descenso de empleados de Educación desde 2009, con 63.500 trabajadores, a 2011, con 59.744. La mayor parte son interinos, que bajan de 11.911 a 8.599 en esos cuatro años. En 2007, según la misma fuente, el número de empleados era de 59.715

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