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Barcelona pretende mitigar el impacto del turismo de masas

La Generalitat y UpSocial presentan iniciativas para evitar concentraciones diarias en los mismos puntos

Clara Blanchar

Invitar a los visitantes a ver rincones verdes de una ciudad, proponer a las familias un juego trasladándose al pasado, o sugerirles destinos no habituales. Con más de 15 millones de pernoctaciones anuales, Barcelona busca fórmulas para mitigar el impacto del turismo, sobre todo el que provoca la concentración de miles de visitantes en los mismos puntos cada día. Para ello, el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, que dirige Santi Vila, y la asociación UpSocial han estudiado iniciativas de entidades o empresas que han creado aplicaciones que ayudan a dispersar a los visitantes o les invitan a ver la ciudad de forma distinta. “Y si algún proyecto puede ayudar a crear empleo, mejor”, dijo la directora General de Políticas Ambientales, Marta Subirà, en las jornadas organizadas por Social Innovation for Communities.

La búsqueda de iniciativas la dirigió Miquel de Paladella, que explicó que se investigaron iniciativas ya testadas en todo el mundo. Los proyectos debían cumplir tres requisitos. “Uno, ideas sobre las que haya evidencia de impacto, que estén implantadas y con resultados positivos. Dos, buscar la escala, experiencias que salgan del barrio o pequeña comunidad donde surgieron. Y tres: que no sean ideas, sino que hayan superado a la fase de ensayo y error, y que funcionen con éxito tras un tiempo, que estén maduras”.

Los proyectos estudiados ya se aplican en otros destinos vacacionales

Soluciones, en fin, que se puedan implantar en Barcelona. “Sostenibles económicamente, que permitan una rápida implantación, que nos den resultados rápidamente y que no tengan grandes barreras de entrada, que no requieran grandes inversiones”. De 82 proyectos estudiados, eligieron tres. Los representantes de dos de ellos los presentaron y se reúnen estos días con empresas locales que permitan materializarlos en Barcelona.

Uno es Green Map, un mapa en papel o digital que ya es una realidad en 800 ciudades de 65 países. Muestra cualquier evento, comercio o lugar verde de una ciudad: desde una tienda de verdura ecológica a un pequeño rincón de un parque o una feria. Y para ubicar los puntos cuenta con la participación de quien quiera: un turista, una organización, una escuela. Lo explicó Wendy Brawer de Nueva York, donde la empresa creó el primer mapa.

Lost in Time es el segundo proyecto, un juego interactivo que se vale de una tableta o smartphone conectado a Internet que mediante la geolocalización permite visitar una ciudad al tiempo que se juega y se aprende de su historia. “Los niños conocen las ciudades a través de sus personajes y comparten con ellos el pasado implicándoles en su historia: cómo vivían, vestían, qué comían… Y si en la ciudad hubo un incendio tienen que ayudar a los bomberos”, defendió Karen Sikkema, representante de Tempest, la empresa holandesa que lo creó.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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