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El pop de mil colores de David Fonseca

El Bryan Ferry portugués, ídolo en su país, acerca a la Joy Eslava su disco doble ‘Seasons’, un recorrido por los estados de ánimo durante un año completo

David Fonseca.
David Fonseca.Paulo Segadães

David Fonseca acaba de darse un paseo por la Gran Vía madrileña y casi no recordaba una sensación tan reconfortante: nadie le ha interceptado para pedirle una fotografía o un autógrafo. Su nombre no es aún muy conocido por estos mentideros, pero semejante sosiego habría sido impensable en cualquier rinconcito portugués. Fonseca, “un chico de provincias” de Leiria (región central), canta en inglés y practica un elegantísimo pop de ascendente británico, entre Keane, David Byrne y Bryan Ferry, pero nada de ello le ha impedido alcanzar entre nuestros vecinos el número 1 con cuatro de sus cinco álbumes (el otro hubo de conformarse con el segundo puesto). “Portugal es un país abierto y ecléctico en el que la saudade,el sentimiento de pérdida y nostalgia, es solo un elemento más de la personalidad colectiva. Yo procuro reivindicar también otras perspectivas, otros colores que enriquezcan la paleta”, proclama.

Fonseca se quiso retratar, precisamente, sujetando muchos globos en la colorista portada de Seasons: Rising / Falling, el álbum con el que comparece esta noche por la Joy Eslava. Un trabajo temático y ambicioso que relata un año completo en la vida del autor: Rising se escribió en plena gira, durante la primavera y el verano, mientras que Falling es fruto de la intimidad hogareña a lo largo de los meses más fríos. “En mi discográfica les pareció una idea disparatada. Decían que era un pésimo momento para un disco doble, pero el arte no se puede comprimir en función de criterios sociales o económicos”, argumenta, expeditivo.

Al final, Universal transigió y Seasons ha obtenido un éxito clamoroso en tierras lusas. All that I wanted, balada perfecta de amor incondicional, fue uno de los vídeos más tuiteados del año en Portugal. “El público la escucha en un silencio sepulcral porque muchos la sienten como propia”, se sonríe su creador. Y confiesa: “El mayor logro de un cantante es que sus canciones dejen de pertenecerle. Me sucedió por primera vez hace años con Who are you?, un tema que le escribí a mi hijo antes de que naciera, pero muchos portugueses comenzaron a utilizarlo en bodas como en funerales. Lo hicieron propio. Y eso es mágico”.

Otras piezas de Seasons, en particular las de su mitad soleada (Rising), son más rítmicas y contagiosas. Incluso eufóricas, aunque sin perder esa insólita pulcritud british que tanto recuerda a los Roxy Music de Avalon. “Me considero un ser humano razonablemente feliz”, admite Fonseca, “y la música tiene buena parte de culpa de ello”. A su juicio, las recurrentes apelaciones a la congoja como gasolina creativa no se ajustan a la realidad. “Para componer se requiere permanecer alerta, atento al mundo. El artista debe partir de la insatisfacción y asumir un papel de agitador. Pero si la negrura se instala en ti, si te sepulta una tristeza terrible, no puedes escribir canciones ni dedicarte a casi nada…”.

Optimista como es, Fonseca asume sin urgencias su condición de artista aún minoritario en España. “Puede que españoles y portugueses nos hayamos dado la espalda en el pasado, pero tanto las fronteras reales como las figuradas solo pueden desaparecer: estamos todos juntos en el mismo mundo”, proclama. Y él, desde aquella noche de febrero de 1994 en que escuchó a Nirvana en Cascais, sabe que solo podrá seguir escribiendo canciones. De tantos colores como sea posible.

David Fonseca (telonera: Lucía Scansetti). Hoy, a las 21.00h, en Joy Eslava (Arenal 11). Entradas: 15 euros.

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