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Visita real al Pallars

El príncipe celebra el centenario de las centrales hidroeléctricas entre gritos en contra de la monarquía

El Príncipe junto al ministro de Industria, José Manuel Soria, y la delegada del Gobierno, Maria de los Llanos de Luna, en Tremp.
El Príncipe junto al ministro de Industria, José Manuel Soria, y la delegada del Gobierno, Maria de los Llanos de Luna, en Tremp.HERMINIA SIRVENT

El príncipe Felipe de Borbón ha visitado esta mañana varios lugares de la comarca del Pallars Jussà con motivo de la celebración del centenario de las primeras centrales hidroeléctricas que se construyeron en el Pirineo, en Talarn y Capdella, y que resultaron decisivas para el desarrollo de la industria catalana.

Con esta visita a las centrales de Talarn y Capdella, el Príncipe también ha querido rememorar el viaje de tres días que realizó el 6 de julio de 1924 su bisabuelo, el rey Alfonso XIII, para inaugurar unas instalaciones hidroeléctricas pioneras y revolucionarias en aquella época. Esta fue, sin duda, la obra civil más importante que se ha hecho en España en el sector energético.

Don Felipe ha sido recibido por las autoridades en el Ayuntamiento de Tremp, donde ha sido recibido en la calle por un grupo de 50 independentistas con esteladas y gritos en contra de la monarquía. Un amplio despliegue de los Mossos d’Esquadra mantuvo alejados a los manifestantes, pero no pudo evitar que los gritos ahogaran los tímidos aplausos de los vecinos.

Después de visitar una exposición sobre las hidroeléctricas y la basílica de la población, el Príncipe se ha dirigido a la central de Talarn, construida entre 1911 y 1916 al pie de la presa del pantano de Sant Antoni, una estructura que se convirtió entonces en la más grande de Europa y la séptima del mundo, con 82 metros de altura y 206 metros de longitud.

Felipe de Borbón destacó en su discurso la importancia de los complejos hidroeléctricos para el crecimiento y el desarrollo de la industria catalana y para el bienestar de la sociedad. “Se trató”, ha dicho, “de un auténtico desafío técnico y financiero, que todavía hoy, cien años después, asombra a quienes visitan estas extraordinarias obras”.

El heredero de la Corona se ha subido a la misma vagoneta del funicular que utilizó para transportar a su bisabuelo
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Tras recordar el esfuerzo humano que supuso la construcción de estas centrales en condiciones muy penosas, el Príncipe concluyó que estas obras representan hoy “una indudable muestra de visión de futuro, capacidad emprendedora, coraje y éxito que debemos reconocer y ensalzar como ejemplo válido ante los diversos y difíciles retos que nuestra sociedad debe seguir afrontando cada día en los tiempos actuales y tan complejos”.

Don Felipe acabó la visita en la central de Capdella, en la Vall Fosca, construida entre 1912 y 1914. Aquí ha tenido un recibimiento más amable y saludar a los números vecinos que le esperaban. También ha podido admirar la tecnología original del primer gran complejo hidroeléctrico del país que permitió transportar electricidad hasta la ciudad de Barcelona, a 170 kilómetros de distancia.

La anécdota se ha producido cuando el heredero de la Corona se ha subido a la misma vagoneta del funicular que utilizó para transportar a su bisabuelo desde la central hasta la cámara de aguas del Cap de la Serra, a 2.121 metros de altitud.

Entre la comitiva oficial no ha pasado desapercibida la presencia de uno de los miembros del consejo de administración de Endesa, el abogado Miquel Roca, elegido por la Casa Real para llevar la defensa de la infanta Cristina, imputada recientemente por el caso Noos. Roca esquivó las preguntas de los periodistas con la frase “hoy no toca, no sé nada”.

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