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Todo Bach en cómodos plazos

Benjamin Alard acomete en Barcelona un reto monumental: tocar la integral de la obra para clavecín de Bach por entregas en 10 conciertos

Benjamin Alard, al clavecín.
Benjamin Alard, al clavecín.

El clavecinista y organista francés Benjamin Alard (Rouen, 1985) está a punto de iniciar en Barcelona, una monumental aventura artística: tocar en cinco temporadas consecutivas toda la obra para clavecín de Johann Sebastian Bach. Para dosificar esfuerzos y facilitar al público su disfrute, la integral se ofrecerá en 10 conciertos planificados a cinco años vista en cómodos plazos, a razón de dos conciertos anuales hasta el 2017. “He planificado la integral como un viaje musical, variado y coherente, para que el público descubra todo Bach sin fatigarse”, explica Alard. La singular propuesta, organizada por el Palau de la Música Catalana, se inicia mañana martes en la iglesia de Santa Anna (20.30h).

El proyecto comienza mañana en la iglesia de Santa Anna

Alard es organista titular de la iglesia de Saint-Louis de París y convive con la obra de Bach a diario. Entre otros retos, llegó a tocar toda su obra para órgano en 14 conciertos en una sola temporada en la capital francesa. La opción de ofrecer la integral para clave por entregas en Barcelona le parece muy sensata en los tiempos que corren. “No me asustan los retos, suponen un desafío, pero también un gran placer”, comenta Alard en una entrevista telefónica. “No sólo exige virtuosismo y memoria: el clave es un instrumento difícil, muy seco, y debes poner en práctica todos los recursos que conoces para buscar la resonancia adecuada, el fraseo sutil, el lado cantabile para hacer un Bach vivo y emocionante”.

El primer concierto del ciclo “tiene además una dimensión pedagógica, invita a descubrir la sonoridad, la identidad del clave” a partir de las transcripciones para este instrumento que Bach hizo a partir de piezas propias y de otros autores. El programa concluye con el Concierto italiano, BWV 823, “una obra mucho más elaborada, de gran importancia y brillantez”, explica este joven y prestigioso intérprete, que ya ha actuado anteriormente en Barcelona, tocando las Variaciones Goldberg en el Festival de Música Antigua, que ha incluido en su actual edición este proyecto diseñado y organizado por el Palau de la Música Catalana.

“No me asusta, es un desafío, pero también un placer”, afirma el músico
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La obra para teclado de Bach es una fuente de saber inagotable, un espejo en el que los intérpretes pueden explorar las herencias del pasado desde una nueva sensibilidad que desafía el paso del tiempo. “Cada programa gira alrededor de una partitura especialmente significativa, lo que ayuda a comprender mejor la evolución y depuración del lenguaje bachiano”. El miércoles, el segundo concierto culminará con la exuberante Obertura de estilo francés, BWV 831.

Alard habla con veneración de su maestro, el desaparecido Gustav Leonhardt, “un ejemplo de filosofía para hacer música con humildad, austeridad y máxima pureza”. Lo esencial, dice, es conocer las fuentes manuscritas en busca de la mayor fidelidad. “Hay que permanecer fiel, sin traicionar a Bach y al estilo barroco que representa”. El viaje bachiano continuará el próximo año con dos sesiones dedicadas a El clave bien Temperado y concluirá en 2017 con El Arte de la Fuga.

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