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Los arquitectos catalanes premian un proyecto de renovación de El Cabanyal

El plan mantiene la intención de conectar al barrio con el mar pero evita las demoliciones

Plano del barrio con el análisis del estado actual (izquierda) y el proyecto planteado (derecha).
Plano del barrio con el análisis del estado actual (izquierda) y el proyecto planteado (derecha).

El barrio de El Cabanyal en Valencia no deja de ser fuente de creatividad. Esta vez, arquitectónica. El Colegio de Arquitectos y la Asociación de Jóvenes Arquitectos de Cataluña, han premiado a Anna Maria Bordas por su proyecto "Passar sense Trencar" (pasar sin romper), con el que propone una alternativa al plan de demoliciones que se cierne actualmente sobre el barrio y que la mayoría de los vecinos rechazan. El premio AJAC VIII permitirá difundir el proyecto internacionalmente.

"La primera impresión que tuve cuando fui al Cabanyal fue que era un barrio con mucha fuerza. Hay mucha gente en la calle, muchas tiendas, mucha actividad y es un lugar muy agradable para vivir", explica la catalana Anna Maria Bordas en conversación telefónica desde París, ciudad en la que trabaja.

El proyecto de esta arquitecta no se basa en las demoliciones que preveía el plan urbanístico del Partido Popular, sino que da uso a las parcelas en las que ya se ha demolido los edificios. 

Imagen de una calle antes de la realización del proyecto.
Imagen de una calle antes de la realización del proyecto.
Imagen de una calle después de la realización del proyecto.
Imagen de una calle después de la realización del proyecto.

Su proyecto tiene dos líneas fundamentales. En primer lugar, la peatonalización en cruz de la zona que está en este momento en el plan de demolición, con el objetivo de crear dos ejes: el eje norte-sur uniría los lugares históricos y emblemáticos del barrio y el eje este-oeste para sustituir a la extensión de la avenida. En este segundo eje se crearían varios jardines y terrazas.

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En segundo lugar, el proyecto prevé la reconversión de la antigua zona ferroviaria, que se encuentra ahora entre la playa y las viviendas, en una zona de viviendas, comercios y oficinas, de manera que, como explica Bordas, se elimine esa "barrera" que ahora constituye el jardín con tramos a diferentes niveles.

"El objetivo es seguir con el deseo de llegar hacia el mar pero de una manera dulce y tranquila, en vías de intentar proteger ese patrimonio y trabajar no agrediendo lo que existe sino protegiéndolo", cuenta Bordas.

El premio, otorgado en la categoría de urbanismo, destaca "la claridad de análisis" y las "propuestas acertadas" de la arquitecta, que serán ahora expuestas en diferentes ciudades españolas e internacionales como Estambul o París.

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