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La Sindicatura advierte que el ICF contrajo un “elevado riesgo” en Spanair

El organismo recomienda a la entidad "revisar los límites de concentración del riesgo" El informe alerta que la entidad pasó de una morosidad del 5,88% en 2009 al 10,39% en 2010

La de Spanair era una aventura arriesgada. Se intuía cuando un grupo de empresarios se embarcó con la ayuda de las administraciones catalanas y se confirmó cuando la aerolínea se quedó finalmente en tierra en enero de 2012, abocada al concurso de acreedores y a la liquidación. Ahora también lo afirma la Sindicatura de Cuentas cuando reconoce que “los préstamos concedidos para la operación de capitalización de la compañía” por el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) representaban “un alto riesgo de crédito”.

Es decir, que esos créditos estaban muy cerca de no poder ser devueltos, según consta con la documentación examinada por la Sindicatura de Cuentas, “especialmente los informes de auditoría así como por las garantías aportadas”.

La refundación de Spanair partió de la iniciativa privada, con la implicación de empresarios, pero no pudo despegar sin el apoyo público. La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona se embarcaron de inicio con aportaciones de capital y acabaron convertidos en una mascarilla de oxígeno que insuflaba dinero cuando la tesorería de la compañía lo requería. Cuando se acabó esa disponibilidad Spanair tuvo que echar el cierre.

En el informe de fiscalización del ICF, la Sindicatura de Cuentas analiza los créditos otorgados a Spanair. No menciona explícitamente el nombre de la compañía, pero sí que en los ejercicios 2009, 2010 y 2011 concedió diversos préstamos, “la finalidad de los cuales era la adquisición y financiación de una compañía aérea”, que al cierre del ejercicio de 2011 tenían un capital pendiente de 84,38 millones de euros.

No fueron las únicas operaciones con “elevado riesgo de crédito” en las que se vio inmerso el ICF, según desvela el organismo fiscalizador dependiente del Parlament. Es por ello que la Sindicatura recomienda al instituto crediticio de la Generalitat que “revise los límites de concentración del riesgo de crédito, globalmente y de forma individualizada” para diversificar su cartera de inversión y reducir el nivel de riesgo.

El informe subraya que el ICF registró un aumento de la morosidad que pasó del 5,88% en 2009 al 10,39% en 2010. Como ejemplo de las operaciones con elevado riesgo subraya que en 39 de las 98 operaciones analizadas no hubo pronunciamiento sobre la viabilidad o que, respecto a los avales, 19 de 27 expedientes analizados no fueron valorados.

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