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Sin noticias de Urkullu y de Bilbao

Los máximos representantes institucionales de Euskadi y de Bizkaia apelan a problemas de agenda para evitar la inauguración de la unidad de Petronor

El País
Unidad de Reducción de Fuel de Petronor
Unidad de Reducción de Fuel de PetronorEL PAÍS

Lo anunciaron la semana pasada, pero quien más quien menos pensaba que iban a rectificar. El lehendakari Iñigo Urkullu y el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, apelan a problemas de agenda para no asistir a la inauguración prevista para mañana, de la mayor inversión industrial de Euskadi, la unidad de reducción de fuel de Petronor, en la que la empresa, al 85% propiedad de Repsol, ha invertido unos 850 millones de euros.

Aunque sí habrá varios consejeros y también asistirá el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, la ausencia del diputado general en una inauguración relevante de quien es su principal contribuyente, Petronor, y del lehendakari, que ingresa el 70% de los 750 millones que Petronor aporta en impuestos a la diputación de Bizkaia, ha levantado una oleada de protestas en los partidos políticos de la oposición. Las dos instituciones lo han separado del hecho de que sea el príncipe de Asturias quien lo inaugure, y lo han centrado en problemas de agenda, pero la agenda del lehendakari está libre hasta el día 14, según Irekia, la agencia de comunicación del Gobierno.

La inauguración contará con la presencia de Don Felipe y de los presidentes de las dos firmas accionistas de Petronor, Antonio Bufrau, del mayoritario Repsol, y Mario Fernández, de Kutxabank.  El delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, ha calificado la ausencia del lehendakari como "un desplante que requiere de una explicación exacta y concreta". La representación del Gobierno vasco será asumida por tres consejeros: el portavoz y titular de Administración Pública y Justicia, Josu Erkoreka; la responsable de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, y la de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi. Entre otros invitados, también acudirán el ministro de Industria, José Manuel Soria, la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería o el del PP vasco, Antonio Basagoiti.

Tres consejeros acompañarán al Príncipe de Asturias

Las nuevas instalaciones transforman los componentes más pesados del petróleo, el "fondo del barril", cuyo destino es la fabricación de fuelóleo, en productos ligeros de mayor demanda: gases licuados (propano, butano), gasolinas y gasóleos. Esta transformación se basa en el proceso de "conversión" térmica del petróleo. Para ello, se procede a romper las moléculas de elevado peso molecular contenidas en el crudo calentándolo a muy alta temperatura (cerca de 500A C).

El nuevo proceso va a suponer un cambio radical en el funcionamiento de la refinería, que fue diseñada y construida hace 40 años con el objetivo de suministrar fuelóelo, dado que, en aquellos años, era el combustible empleado en la industria y en la central eléctrica del entorno. Desde entonces, la demanda de ese producto -y la producción de fuelóleo de Petronor- ha ido reduciéndose paulatinamente, de manera que Petronor en la actualidad lo vende como combustible para grandes barcos mercantes o de pasajeros o para industrias. El proyecto URF permitirá reducir a menos de la cuarta parte la producción de fuelóleo de Petronor y aumentar la producción de los productos más demandados por la sociedad y fabricados habitualmente en refinerías: propano, butano, gasolina y sobre todo gasóleo. De esta manera, la refinería propiedad de Repsol ha asegurado que se garantizará la continuidad de la empresa.

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Asimismo, obtendrá un nuevo producto, el coque de petróleo, destinado al sector del cemento o generación de energía eléctrica. Además de los accionistas de Petronor (Repsol y Kutxabank), el proyecto ha contado con financiación del Banco Europeo de Inversiones y del Ministerio de Industria. El empleo fijo vinculado a la operación y manejo de productos de la nueva planta alcanza unas 100 personas. Además, otros servicios necesarios para garantizar el funcionamiento de la planta (mantenimiento, vigilancia, etc.) crearán empleos adicionales. Durante el periodo de construcción se han alcanzado los 8 millones de horas trabajadas, lo que corresponde a una ocupación laboral media de unos 1.500 trabajadores.

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