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Auge del retrato burgués

Pozuelo de Alarcón muestra hasta fines de mayo una colección de retratos masculinos de tres generaciones de la saga Madrazo

Reproducción de 1856 de Luis de Madrazo.
Reproducción de 1856 de Luis de Madrazo.

El Espacio Cultural Mira de Pozuelo de Alarcón exhibe hasta el 29 de mayo una colección de 38 retratos masculinos y composiciones pictóricas surgidas de los pinceles de tres generaciones de pintores pertenecientes a la familia Madrazo, la saga de artistas más importante y cosmopolita de la historia contemporánea española. Fue fundada por el pintor neoclásico José Madrazo y Aguado (1781-1859), que acompañó al rey Carlos IV de Borbón en su exilio romano.

Los cuadros, óleo sobre lienzo en su mayoría y algunos sobre papel, pertenecen a la colección de 84 obras de arte en poder de la Comunidad de Madrid, obtenida por el Estado como dación en pago de impuestos por parte de descendientes directos de Luis de Madrazo y Kuntz (Madrid, 1825-1897), uno de los pintores más prolíficos y versátiles de la saga; media docena de retratos con su efigie forman parte de esta exposición, que han comisariado Montserrat Martí Ayxelá y Carlos González López.

Igualmente, la muestra incluye una decena de obras de trasunto religioso surgida del taller de Luis, aunque el grueso de ellas está formado por las representaciones de familiares o amigos de la familia, retratos que configuran el género pictórico más desarrollado por Los Madrazo y en el que tanto el efigiado Luis como su hermano Federico lograron algunas de las cumbres más descollantes de la Historia del Arte en la España del siglo XIX. Fue aquella centuria en la cual se desplegó la actividad más intensa de los miembros de esta familia, adentrada asimismo en el arranque del siglo XX a través de dos de sus miembros entonces más jóvenes, Ricardo y Raimundo, fallecidos en 1917 y 1920, respectivamente, adscritos en vida al orientalismo luminista y a otras corrientes finiseculares.

El ascendiente logrado por la laboriosidad del cabeza de la estirpe artística, José de Madrazo y Aguado, casado en Roma con Isabel, hija del pintor Tadeus Kuntz, consiguió acreditarle ante la Corte de Madrid que le invistió como primer pintor de Cámara, primero, y director del Museo del Prado, después, además de Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, entre otros altos cargos unidos al de creador del Real Establecimiento Litográfico.

Retratos de Pedro Y Luis de Madrazo de 1832.
Retratos de Pedro Y Luis de Madrazo de 1832.

Madrazo padre mostró una adaptabilidad sorprendente a la acelerada evolución estilística del Arte español de su época y recorrió con evidente desenvoltura el trecho que abarcaba desde el Neoclasicismo —fue alumno de Jacques Louis David en París— al historicismo costumbrista de transición hacia el Romanticismo que, posteriormente, una vez impregnado de su espíritu y dominada su técnica, él mismo impartiría a su numerosa cuota de alumnos; de esta formarían parte sus aplicados hijos Federico y Luis de Madrazo y Kuntz. La secuencia de retratos y autorretratos de Luis, que vertebra la exposición, compone una de las series más descriptivas del efigiado pictórico en España.

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Lo singular del fenómeno Madrazo fue que, contrariamente a la experiencia que demuestra la imposibilidad de la transmisión genética del don estético, en su caso el talento artístico parece haber sido heredable, como revela la extraordinaria calidad de buena parte de las pinturas de sus seis principales integrantes. Contra tal argumento cabría apuntar, quizá, que Los Madrazo, dada su prolongada proximidad a la Corte y a sus cargos en museos e instituciones de arte, encarnaron lo que podría conocerse como la pintura oficial española. Pero, amén de la depurada técnica empleada por estos orfebres pintores —destreza objetivamente verificable— todos ellos supieron involucrarse de forma natural con las modas estéticas de las épocas que vivieron, entre 1781 y 1920, manteniendo de manera admirable el nexo estilístico de una cultura pictórica propia.

Mas tal vez su prolongado y recurrente éxito proceda de que consiguieron retratar a los principales exponentes de una capa social ascendente y ennoblecida, a la que homenajearon brindándole en sus lienzos las mejores pinceladas, por lo que fueron reconocidos con la estima de aquel influyente sector social. Y lo consiguieron mediante efigies muy bellamente pintadas donde el rostro conflictivo de un atribulado siglo desaparece para perfilar con donosura el semblante más bonachón y próspero de la burguesía española.

Los Madrazo. Retratos masculinos y composiciones. Hasta el 29 de mayo. Espacio Cultural Mira. Lunes a sábado, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. Camino de Las Huertas, 42. Pozuelo de Alarcón. Entrada libre.

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