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opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Responsabilidad política 100 días después

El presupuesto de Urkullu contempla recortes pero prioriza el gasto

Koldo Mediavilla

Patxi López, siendo lehendakari, preguntaba a EAJ-PNV: ¿Qué hospital, qué escuela hay que cerrar? ¿Qué ayudas sociales hay que recortar?

López conocía por entonces la caída de ingresos públicos provocada por la recesión y la ausencia de actividad económica. Lo sabía porque así lo habían certificado tanto su consejero de Hacienda como las tres diputaciones forales, representadas por tres formaciones políticas diferentes (EAJ-PNV, Bildu, PP). Menos recursos, menos capacidad de endeudamiento, menos margen de déficit hacían, en octubre de 2012, que el entonces presidente del Gobierno vasco supiera que el margen presupuestario del nuevo Ejecutivo se iba a reducir en cerca de 1.200 millones. Los mismos 1.200 millones que el gabinete del nuevo inquilino de Ajuria Enea ha tenido que recoger en su proyecto presupuestario. Unas cuentas rígidas y extremadamente ajustadas que responden a aquellas preguntas iniciales que se hacía el secretario general del PSE: No se cerrará ni una cama hospitalaria, ni un centro educativo. Ni se privatizarán servicios básicos, ni se despedirá a trabajadores públicos. Y, además, se mantendrán las prestaciones sociales.

¿Ajustes? ¿Recortes? Claro que el presupuesto presentado por el Gobierno de Urkullu los contempla. Pero priorizando. Como lo hacemos todos en la economía familiar. Preservando lo esencial, lo que es relevante. Sin gastarnos lo que no tenemos.

De cada diez euros, siete y medio de las cuentas públicas para el 2013 se dedicarán a sostener los servicios básicos; Sanidad, Educación, prestaciones sociales. Para no superar las líneas rojas que marcan el bienestar de la ciudadanía. Para cumplir con el compromiso contraído con la ciudadanía.

“Ni se cierran aulas, ni hospitales. Los recortes del presupuesto no afectan a las líneas rojas”

Se trata de un presupuesto duro. El más difícil de los 30 últimos años. Porque la situación para todos es dura y compleja y también para el Gobierno.

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Algunos proyectos verán ralentizada su marcha. Otros aguardarán a que la situación económica mejore. Lo demás, deberá ceñirse el cinturón, para con apreturas, garantizar el funcionamiento de lo que afecta directamente a las personas.

Lo fundamental es mantener la calidad del servicio en la Sanidad, la Educación, que se garantice la estabilidad de 67.000 trabajadores y trabajadoras de Administración vasca.

EAJ-PNV, y el Gobierno de Urkullu, han cumplido su compromiso. Ni se cierran aulas, ni hospitales. Los recortes no afectarán a las líneas rojas.

¿Alguien tiene mejores propuestas? ¿Alguien tiene mejores presupuestos? Que los aporte, que las ponga negro sobre blanco. ¿Que es posible incrementar los ingresos? Sí. ¿Cómo? ¿Desbloqueando el contencioso del Cupo con Madrid? ¿Flexibilizando el margen de déficit? Por supuesto. Ambas medidas tienen hoy la misma viabilidad que hace seis meses, cuando López residía en Ajuria Enea.

¿Qué hay otras posibilidades de incrementar las cuentas públicas con ingresos adicionales? Ya se ha planteado y algunos han calificado el intento de “ficción contable”. ¿Tiene sentido en todo este panorama obstaculizar la aprobación del presupuesto? ¿Tiene sentido no arrimar el hombro?

Quién ha sido lehendakari apenas hace 100 días, estoy seguro, sabrá el significado del término “responsabilidad”. Y obrará en consecuencia.

El presupuesto presentado no pretende ser el presupuesto del Gobierno de Urkullu, sino el presupuesto de la Comunidad Autónoma Vasca. El presupuesto que atienda a todos los que vivimos en Euskadi. A todos nos hubiera gustado tener más recursos, más dinero. Pero la coyuntura económica, ayer y hoy, es la que es, no la que quisiéramos que fuera.

No es cuestión de firmar cheques en blanco de confianza ciega. La cuestión estriba en permitir o no que, con los escasos recursos existentes, se establezca un muro de contención que mantenga en pie el estado de bienestar que durante años hemos construido y disfrutado. Ese es el objetivo básico que hoy tenemos todos. Gobierno y oposición. Impedir su aprobación puede ser legítimo pero quizá irresponsable. Que cada cual sopese en qué lado situarse. En el de atender las necesidades que la ciudadanía reclama o en el de satisfacer un interés político.

Koldo Mediavilla es responsable del área Institucional del Euzkadi Buru Batzar del PNV.

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Sobre la firma

Koldo Mediavilla
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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