_
_
_
_
_
ENTREVISTA / JOSEP RAMONEDA

“La Comunidad Valenciana simboliza el gran disparate del PP”

La imputación es una figura garantista y no un sistema de protección política, sostiene el escritor

Joaquín Gil
Josep Ramoneda.
Josep Ramoneda. CONSUELO BAUTISTA

El filósofo, escritor y periodista Josep Ramoneda percibe la Comunidad Valenciana como un laboratorio de las políticas del PP que han asomado al precipicio a todo un país. El autor de La izquierda necesaria (RBA) reclama una refundación del socialismo. Ramoneda (Cervera, 1949) impartió una conferencia sobre la desafección política en la Facultad de Filosofía de Valencia.

Pregunta. ¿Qué imagen proyecta la Comunidad Valenciana en España?

Respuesta. La de una autonomía que simboliza el gran disparate del PP, el emblema de una época de locura que comenzó en los 90. Los gobernantes decían entonces que todo era posible. Hoy sabemos que fue una gran mentira.

P. Más de 150 millones de espectadores internacionales han visto reportajes que presentan a la Comunidad Valenciana como metáfora de la crisis. ¿Es justa esta comparación?

R. Sí. Bankia se ha convertido en un icono de la promiscuidad entre política y dinero. Otro ejemplo de despilfarro es el aeropuerto de Castellón, que acoge una escultura dedicada a su impulsor, el imputado Carlos Fabra. Y Santiago Calatrava es conocido en el mundo por sus desastres arquitectónicos y urbanísticos.

P. ¿El imputado Carlos Fabra debería dimitir de Aerocas, la empresa pública que gestiona el aeropuerto de Castellón?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

R. Los imputados deben renunciar. La imputación es una figura garantista y no un sistema de protección política.

La corrupción no es un hecho aislado sino fruto de la sociedad

P. ¿Por qué la corrupción no pasa factura en las urnas valencianas?

R. Es un fenómeno extraño que ocurre de forma muy especial en esta comunidad. Hay que entender que la corrupción no es un hecho aislado sino fruto de la sociedad. Que no existe corrupto sin corruptor. Y que hay mucho cinismo porque la sociedad clientelar es uno de los grandes problemas del Estado de las autonomías. Se trata de una forma posmoderna de caciquismo. El sistema se apoya en una pirámide de intereses que provoca que sea más complicado un vuelco electoral en un gobierno autónomo que en uno nacional. El PP llegó para instalarse para siempre en la Comunidad Valenciana como el PSOE hizo lo propio en Andalucía. La alternancia es muy difícil.

P. ¿El bastión popular valenciano responde a un modelo de intercambio de favores?

R. Principalmente. Hay un sistema clientelar muy enraizado que beneficia a mucha gente.

P. ¿Cómo explica la crisis endémica del PSPV?

R. Los socialistas están tocando fondo. Pueden convertirse en un partido marginal si no reaccionan rápido. Sufren en las autonomías los efectos de una clase burocrática y anquilosada que ni hace ni deja hacer. Que escupe cualquier propuesta nueva y se pelea cuando aparece una persona con ideas innovadoras. Carecen de política, ideología y estrategia para desgracia de nuestra democracia.

P. El PSPV se desfonda en las urnas desde 1995. Su crisis es anterior a la del PSOE.

R. En las delegaciones territoriales socialistas priman los grupos que prefieren controlar el partido a prosperar. Se necesita renovar a líderes y suprimir todas las organizaciones.

P. ¿Demoler el edificio?

R. Sí.

P. La última encuesta de Metroscopia para EL PAÍS apuntaba a un vuelco electoral con mayoría de izquierdas en la Comunidad Valenciana. ¿Qué opinión le merece?

R. Pues que parece mentira que, tras los escándalos de corrupción y la crisis, todavía no sea clara la victoria de la oposición.

P. El sondeo auguraba la entrada de UPyD con seis escaños.

R. Es lógico que el partido de derechas de Rosa Díez recoja el voto del desencanto de un PP desgastado. UPyD es una formación monográfica. Su discurso es el de la patria, el propio del nacionalismo español.

P. ¿Cómo debería ser la relación entre la Comunidad Valenciana y Cataluña?

R. Tendría que carecer de la agresividad de los últimos años. El PP tiene una fijación con Cataluña que ha dado pie a situaciones grotescas.

P. ¿Cómo explica el enfriamiento de la primavera valenciana?

R. Fue un fenómeno que se enmarca en el resurgir de los movimientos sociales. Deberemos seguir su evolución. Son manifestaciones que dan visibilidad a los perdedores de la crisis.

P. ¿Son estos movimientos reacciones antipolíticas?

R. No. Todo lo que comporte voluntad y ganas de participar son expresiones políticas.

P. ¿Qué debe ocurrir para que un partido recoja la indignación de la primavera valenciana?

R. Es complicado. Sin necesidad de que estos movimientos se conviertan en partidos, pueden pasar dos cosas: que se disuelvan o que sean capaces de colocar temas y propuestas en la agenda política. Lo consiguió la Plataforma de Afectados de la Hipoteca.

P. ¿Qué peso tendrá la corrupción en las próximas elecciones?

R. Empiezo a dudar. La experiencia demuestra que no tiene grandes efectos en el comportamiento electoral. No obstante, creo que la combinación de crisis y corrupción reduce el espacio del cinismo.

P. La Comunidad Valenciana encara nuevos recortes para ajustar su déficit (3,45% en 2012). ¿Qué opina de la apuesta firme por la austeridad?

R. Esa receta nos ha empujado a un callejón sin salida. Nunca un país sobreendeudado ha superado la crisis solo con austeridad. Hay que combinar la estimulación del crecimiento con inflación y quitas (aquello que nunca se pagará). Debemos transformar el sprint de la austeridad en un maratón.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_