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Petrov acusa a la Guardia Civil de querer implicar a Xavier Crespo

El presunto cabecilla de la mafia rusa en Lloret niega que los cargos públicos se quedasen con el dinero del patrocinio

Crespo y Petrov, en el avión privado del segundo.
Crespo y Petrov, en el avión privado del segundo.

Sentado ante el juez, acompañado de su abogado, el presunto cabecilla de la mafia rusa, Andrei Petrov, que había echado raíces en Lloret de Mar (Selva), quiso contar a su señoría algo que le había pasado en el camino hacia Madrid. La Guardia Civil le detuvo el 25 de enero en su casa, en el municipio de la Costa Brava, acusado de blanquear 56 millones de euros con la ayuda de cargos públicos de la ciudad. De allí, los agentes lo condujeron ante el juez Eloy Velasco, en la Audiencia Nacional. “En el traslado nos paramos en un sitio antes de llegar. No sé qué sitio es… Una casa con puertas normales de madera. Las abres, entras y hay como camarotes”, empezó. Allí permanecieron dos días. El domingo, antes de partir, un policía se acercó a Petrov:

— Me dijo: ‘mira, no nos interesa todo lo que ha pasado sobre las empresas, blanqueo de capitales y todo… Nos interesa solamente el alcalde’ — sostuvo Petrov.

Petrov admite que agasajó a Crespo y a su esposa en Rusia

Al final de una declaración de 47 minutos, el presunto mafioso acusó a los guardias de querer implicar al que fuera alcalde de Lloret entre 2006 y 2011 y actual diputado de Convergència i Unió Xavier Crespo, imputado en la causa por prevaricación y cohecho desde el 28 de febrero. “Si nos lo explicas, tu padre estará libre. Y cumplió. En 10 minutos mi padre se fue a casa”, le comentó el detenido al juez [el padre de Petrov, Boris, fue detenido y puesto en libertad con cargos]. “¿Menciona algo el policía del interés que ellos tienen en el alcalde?”, le preguntó la defensa. “Sí, explicó eso. Que no le interesaba nada lo demás. Lo que le interesaba a él y a todos era el Ayuntamiento de Lloret de Mar”, insistió. Aunque no pudo determinar quién le hizo el ofrecimiento: “Todos iban con las caras tapadas”.

Declaración de una hora

La segunda declaración del principal sospechoso del caso Clotilde, en prisión desde enero por pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, falsedad en documento mercantil y cohecho, se saldó con una hora de preguntas y respuestas ante el juez Velasco de la Audiencia Nacional. Fue el 6 de febrero, antes de la imputación de Crespo. A pesar de la peculiar confesión que hizo el detenido, asegurando que a la Guardia Civil solo le interesaba poder acusar a Crespo, Petrov negó que los cargos públicos del Consistorio cobrasen sobres de dinero a cambio de hacer la vista gorda con los negocios del empresario ruso.

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— El dinero que se gastaba en patrocinar a los clubes, ¿cree que era para los clubes o que algo se lo quedaba el concejal? — le preguntó Velasco.

— ¿Cómo puedo contestar a esta pregunta? No he oído nada. En las camisetas y en el pabellón deportivo acababan poniendo nuestro logo. Yo creo que todo iba donde tenía que ir — le respondió Petrov.

Tranquilo y confiado, el detenido respondió a todas las preguntas que le iban formulando el magistrado y el fiscal Anticorrupción José Grinda.

En la declaración, Petrov confesó que compró una cesta de Navidad y un reloj “para el Ayuntamiento”. Que viajó dos veces con Xavier Crespo a Rusia, la primera pagada por su jefe y presunto jefe máximo de la organización mafiosa, Víktor Kanaikin. Que le acompañaron la mujer de Crespo, Guadalupe Oliva —imputada por cohecho—, su hijo menor, la arquitecta Pilar Gimeno —también detenida y en prisión preventiva—, el hijo menor de esta y su marido. Que duró tres días y que les agasajaron con viajes en helicóptero, cenas y espectáculos. Y que hubo otro segundo viaje, sufragado en parte por Kanaikin, al que asistieron Crespo, el concejal de Urbanismo Josep Valls —imputado en la causa por prevaricación y cohecho— y un concejal de turismo —el actual alcalde Romà Codina—.

El presunto jefe de la mafia, Víktor Kanaikin, sufragó al menos un viaje

Solo las preguntas sobre el origen del dinero de las empresas de Kanaikin que maneja Petrov en España pusieron nervioso al declarante. “No lo sé, o si lo sacó de debajo del colchón, yo no sé cómo”, respondió alterado tanto al juez como al fiscal, después de que insistiesen sobre con qué dinero se pagaron los viajes a Rusia.

— ¿Puede ser de la droga, de prostitución? inquirieron

— ¡Yo no lo sé! respondió

“No es mi dinero”, persistió Petrov sobre los diferentes movimientos en Andorra, donde constan cuentas bancarias con 2,6 millones y diversos trámites financieros. “Como él no está aquí y usted era su hombre en España, se lo tengo que preguntar a usted”, le espetó el juez.

Buena parte de la declaración trató sobre el polémico patrocinio por valor de 270.000 euros que Petrov dio durante cuatro temporadas a los equipos de hockey y de fútbol de Lloret a cambio, presuntamente, de la concesión de las obras en la antigua plaza de toros de la ciudad y la condonación de 133.000 euros en impuestos —el pleno del Ayuntamiento de Lloret catalogó el proyecto de interés general—. En 2010, sin embargo, se acabaron los patrocinios abruptamente. Petrov dejó de pagar porque se molestó por el trato del Consistorio, según los investigadores.

El presunto cabecilla dijo desconocer el origen del dinero de sus negocios

El entonces alcalde Xavier Crespo y el concejal Josep Valls se reunieron con él en el restaurante Botafumeiro de Barcelona para exigirle que continuase patrocinando a los equipos. “Es mentira”, dijo sobre la existencia de ese encuentro. Luego, cayó en la cuenta de que sí se vieron. “Era una comida normal. Me fui porque tenía prisa, tenía clase de judo con los niños”, sostuvo, negando que hubiera hablado de los patrocinios o que hubiera abandonado el ágape enfadado. “Hay que ser un poquito tonto para discutir y levantarse”, afirmó. Esa fue la segunda vez que comió con el exalcalde y la última, según dijo en su declaración.

“No soy una persona que se acuerde de cosas malas”, afirmó Petrov sobre el conflicto con el exalcalde. Pero contó que Guadalupe Oliva, también vicepresidenta del club de hockey, le llamó en dos ocasiones para exigirle los patrocinios. En 2011, Crespo dejó la alcaldía. Desde entonces, según dijo, ni él ni Valls volvieron a llamarle.

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