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Irene Rigau descarta construir nuevas escuelas en los próximos 10 años

La consejera de Enseñanza ve inviable nuevas inversiones por las deudas pendientes

La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, no ve viable la construcción de nuevas escuelas durante la próxima década. Las deudas y el coste de las últimas obras hacen inviable asumir nuevos compromisos económicos. El anuncio lo hizo la propia Rigau a los padres de la escuela de Can Montllor de Terrassa (con los que se reunió el pasado martes) y que ayer fue revelado por el diputado de ICV-EUiA, Joan Mena, en el pleno del Parlament. Posteriormente, la consejera justificó que “la situación económica actual y las deudas comprometidas de colegios construidos en años pasados nos llevan a pensar que no se podrán hacer nuevas escuelas en unos 10 años”.

Que la asfixia económica de la Generalitat iba a frenar en seco el boom del ladrillo escolar vivido durante los años de bonanza no es nada nuevo. Rigau ya avisó hace dos años, cuando cogió el mando del Departamento de Enseñanza. En sus primeros presupuestos como consejera, Rigau cifró en 494,6 millones el monto pendiente por inversiones, es decir, por escuelas construidas y que faltaba pagar o por la deuda con Ayuntamientos, que en muchos casos habían avanzado la inversión y construido la escuela y a los que había que pagar la factura. Esta cifra, de 2011, suponía el 10% del presupuesto de ese año del Departamento.

La perspectiva para este año se agrava, según reconoció la consejera. El departamento no ha querido dar detalles sobre los compromisos económicos para 2013, pero Rigau sí ha avanzado que “la parte grande de estos pagos nos llega este año”. Esto hace prever un nuevo recorte en el presupuesto de Enseñanza para este curso, aunque las cifras no se conocerán hasta dentro de unas semanas. Este tijeretazo se sumaría al 12% que han sufrido las cuentas educativas en los dos últimos ejercicios.

La imposibilidad económica de construir nuevas escuelas choca con el aumento de alumnos en primaria y secundaria que se espera para los próximos años. Rigau ya aseguró que las estadísticas apuntan a un crecimiento continuo de estudiantes hasta el curso 2023-2024. Para cubrir esta demanda habrá que recurrir a los módulos prefabricados —los barracones, que el curso próximo crecerán después de dos años de descenso—, que resultan más baratos, o incluso al reciclaje de edificios municipales o de escuelas cerradas. De momento, la Generalitat ya ha anunciado que las instalaciones de las escuelas de Sant Baldiri de Lliçà d’Amunt y Vilamagore de Sant Pere de Vilamajor, que se cerrarán progresivamente, se reutilizarán como institutos.

Precisamente el cierre de escuelas llegó ayer al Parlament de la mano de una moción de ICV-EUiA. La Cámara catalana rechazó la clausura de los colegios Gil Cristià (Selva del Camp), Poblenou (Pineda de Mar), El Castell (Tona) y Els Aigüerols (Santa Perpètua de Mogoda).

No recibieron, sin embargo, este apoyo político las escuelas de Can Montllor (Terrassa) y Xarau (Cerdanyola del Vallès) por los votos contrarios de CiU y ERC. Este inesperado voto de los republicanos sorprendió hasta en sus propias filas. La representante de ERC en Cerdanyola, Helena Solà, aseguró por la cuenta personal de Twitter que no entendía la votación de su partido. Tampoco recibieron el apoyo los centros de Lliçà d’Amunt y Sant Pere de Vilamajor, que no aparecían en la moción.

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