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La cumbre económica de Mas naufraga entre reproches de todos los partidos

El presidente no consigue visualizar el frente catalán contra la limitación del déficit El PSC se queda sin la reunión que había propuesto Navarro

Miquel Noguer
Artur Mas, presidente de la Generalitat, durante la sesión de control en el Parlament.
Artur Mas, presidente de la Generalitat, durante la sesión de control en el Parlament.CARLES RIBAS

Si el objetivo era transmitir una imagen de unidad de todos los partidos, el resultado no pudo ser más decepcionante. La llamada cumbre económica y social que debía celebrarse mañana con todas las formaciones catalanas ni siquiera levantará el telón. Los recelos entre partidos y la falta de propuestas viables forzaron ayer a Artur Mas a anunciar su suspensión. Tanto el presidente catalán como el Partit dels Socialistes prefirieron abortar la cita antes que salir de ella sin ningún tipo de acuerdo. Pero ni la suspensión pactada evitó que CiU y PSC, aunque también el resto de partidos, acabaran la jornada con todo tipo de reproches y sin ninguna solución.

La fallida cumbre partió del reto que el líder del PSC, Pere Navarro, lanzó a Artur Mas en plena campaña electoral. Le pidió que dejara de centrarse solo en su plan soberanista y convocara una reunión para abordar las consecuencias de la crisis económica. El presidente aceptó y desde entonces la reunión estaba pendiente de convocatoria. El Gobierno catalán decidió finalmente celebrarla mañana, pero las dudas sobre su utilidad ya habían planeado durante toda la semana. Ni el Gobierno confiaba en que los partidos tuvieran voluntad de acuerdo ni la oposición veía utilidad alguna en celebrar la reunión cuando la Generalitat ni siquiera tienen presupuestos para este año.

A primera hora de la tarde de ayer, Artur Mas certificó la suspensión. “No quería que la cumbre se convirtiera en un pim pam pum”, dijo a modo de justificación durante una conversación informal con periodistas en el Parlament. Mas aseguró que la reunión había caído en la “dinámica de partidismo”, lo que, en su opinión, aconsejó su desconvocatoria. La cumbre podría celebrarse en el futuro, pero de momento queda suspendida, añadió Mas, mientras recordaba que no fue él quien la sugirió, sino el líder del PSC, Pere Navarro.

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A partir de aquí comenzaron los reproches. El portavoz parlamentario de CiU, Jordi Turull, culpó del fracaso al PSC al presentar unas propuestas que, en su opinión, son inviables de aplicar con la actual situación financiera de la Generalitat. “La culpa la tiene el PSC y el ambiente que se ha generado en torno a la cumbre, muy centrado en las diferencias y con propuestas que son de alguien que no tiene los pies en el suelo”, manifestó. “El PSC presentó propuestas que eran de alguien que está en otra galaxia y que piensa que la Generalitat es una máquina de hacer dinero”, agregó Turull.

Navarro respondió asegurando que nada de lo que proponía el PSC para esta cumbre era “imposible” ya que, entre sus objetivos, figuraba acordar un plan de choque contra el paro, cumplir con el pago de las becas de comedor y cumplir con las deudas con las entidades sociales. “Quizás que cambiemos de Gobierno si esto es imposible”, sentenció el líder socialista.

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Los socialistas querían un compromiso de pago de las deudas a entidades sociales

Los socialistas comenzaron a desconfiar del encuentro al certificar que uno de los principales objetivos del Gobierno para la reunión era forjar un frente de partidos catalanes contra el límite de déficit del 0,7% del PIB que el Gobierno central ha impuesto a las autonomías para este año. Este tope, junto a las reticencias de Esquerra Republicana, explican que la Generalitat siga a estas alturas sin presupuestos para este año. Mas no los presenta a la espera de que el Gobierno flexibilice la cifra, pero nadie sabe cuándo ocurrirá esto. Los partidos de la oposición, especialmente el PP, no querían limitar su participación en la cumbre a posar junto a Mas en una foto contra el Gobierno.

Por esta razón, el Partido Popular ya pidió desde primera hora de la mañana de ayer que la cumbre se pospusiera hasta que la Generalitat tenga presupuestos. “La cumbre está condenada al fracaso. Pedimos a Mas que actúe con responsabilidad, que no fuerce ni imponga su celebración”, dijo el portavoz Enric Millo. El secretario general de ICV-EUiA, Joan Herrera, también influyó en la desconvocatoria de la cumbre al anunciar que no se daban las condiciones para que pudiera asistir a ella por la ausencia de los sindicatos de la cita. Las Entidades Catalanas de Acción Social pidieron que se fije pronto una nueva fecha para la cumbre.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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