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JAIME LISSAVETZKY | Líder socialista en el Ayuntamiento de Madrid

“Bajaría los parquímetros de acuerdo a criterios sociales”

El líder municipal socialista apuesta por recuperar entre todos la confianza que, en su opinión, la ciudad ha perdido por culpa de la gestión de Ana Botella

Jaime Lissavetzky, el viernes en la plaza de la Villa.
Jaime Lissavetzky, el viernes en la plaza de la Villa.Bernardo Pérez

Prácticamente la mitad de los madrileños no habían nacido o eran aún niños cuando el Partido Socialista ganó por última vez las elecciones en la capital. Ha pasado un cuarto de siglo y cinco candidatos diferentes, la mayoría de ellos aterrizados a meses vista de los comicios, abocados a competir por una plaza incómoda y difícil. Son menos los que se atrevieron que los que rechazaron intentarlo.

Jaime Lissavetzky (Madrid, 1951) dio el paso en otoño de 2010, tras ocho felices años en la secretaria de Estado para el Deporte. Antes había sido diputado regional y consejero del Gobierno de Joaquín Leguina. Dejó la política madrileña en 2000, entre guerras fratricidas, y se reincorporó de la mano de Alfredo Pérez Ru-balcaba en un escenario quebrado por el enfrentamiento de éste y el líder socialista regional, Tomás Gómez. Lissavetzky ha sido neutral, y aún lo está pagando. Pero la marcha de Alberto Ruiz-Gallardón y los errores de gestión de su sustituta, Ana Botella, le han colocado más cerca de la alcaldía de lo que su partido ha estado en una década, hasta el punto de que, o gana ahora, o parece condenado a no hacerlo nunca.

Pregunta. Uno de cada tres madrileños cree mala la calidad de vida en Madrid. Y las expectativas son muy pesimistas. ¿Mejoraría eso si usted fuera alcalde?

“Madrid 2020 no debe ser ni pelota ni prepotente”

P.¿Qué debe hacer Madrid para obtener los Juegos?

R. Es un asunto muy complejo. Los miembros del Comité Olímpico Internacional votan de forma muy personal. Lo que no hay que hacer es cometer errores. Hay que mostrarles la verdadera imagen de Madrid. Si vienen y hay una huelga, a mí no me asusta, esa es la imagen de Madrid, es normal que haya desafección en la calle en un país en crisis. Eso lo entiende cualquiera. Pero tenemos que demostrar solvencia, mostrarles nuestras infraestructuras de transportes, lo rápido que se llega desde Barajas, lo mucho que hemos mejorado en hoteles. Hay que tratarles con normalidad. No es bueno ser demasiado obsequioso, pelota. Hay que hablar con ellos de tú a tú. Sin complejos, prepotencia o exceso de humildad.

P. ¿Y cómo va la cosa?

R. El problema pueden ser los votos europeos. Si toca Madrid en 2020, en 2024 no tocará Europa. París podría querer presentarse... Hay muchos intereses cruzados. Cuando hablas con ellos, te dicen que si no fuera por la crisis, dado los rivales que tenemos, Estambul y Tokio, sería fácil, habría muchas posibilidades. Aunque hay que tener en cuenta que Estambul es una ventana al mundo árabe, a caballo entre Asia y Europa... Es complicado: esto no es un concurso de oposición, no hay unas reglas, te presentas y no sabes lo que puede pasar. Es un club muy heterogéneo, que tiene un producto maravilloso y decide según criterios propios. Si un año antes me dicen que se los van a dar a Río, no me lo creo. Pero al final, por las circunstancias que fueran...

Respuesta. Madrid es una ciudad paralizada, ha perdido la confianza y el pulso. Recuperarlo es trabajo de todos. No es tan importante quién es el alcalde, sino que seamos capaces de hacer un trabajo transversal, que todos nos involucremos en el futuro de Madrid. Hay que devolverle la confianza que no tiene ahora. Y quién esté al frente debe inspirar esa confianza. Con todo el respeto, no creo que Ana Botella inspire esa confianza que se necesita ahora.

P. ¿La falta de confianza de Madrid es culpa de Botella?

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R. El modelo del PP ha hecho crac. Ha funcionado mientras ha funcionado, pero ahora no funciona. La mejor metáfora es que en 2013 tengamos que retrotraernos al plan general de urbanismo de cuando Enrique Tierno Galván era alcalde porque el Tribunal Supremo dice que no puede aplicarse el modelo del PP. Eso da idea de que el modelo estaba mal. La gente ya no tiene confianza en cómo gestiona el PP. Es un modelo quebrado.

P. ¿Cómo arreglaría los problemas de los que se quejan los madrileños? El principal es el paro.

R. Botella ha arrojado la toalla, ha bajado los brazos, ha levantado el pie del acelerador, espera que haya una solución milagrosa. Hay que poner las luces largas, hacer una apuesta a medio y largo plazo, cambiar el modelo productivo, tener en cuenta que es más fácil encontrar trabajo cuanto mayor es la cualificación profesional, y aprobar programas de formación adecuados. No digo que mientras tanto no sean buenos los puestos que se vayan creando, en turismo y demás, pero hay que sacar toda la potencialidad de Madrid. Y hasta entonces, haría un plan de choque en los distritos que peor están

P. ¿Alguna medida concreta?

R. Lograr más recursos, reuniendo a las empresas con beneficios radicadas en Madrid y ofreciéndoles una serie de servicios, como un programa de formación a profesiones y sectores en crecimiento en los que ellas estén trabajando, o mejoras fiscales ligadas a la inversión en I+D+i en sectores capaces de crear empleo sostenible. O impulsar un acuerdo entre empresas y universidades para desarrollar bolsas de trabajo vinculados a la mejora tecnológica, el ahorro y eficacia en los principales servicios de la ciudad, como la gestión de la energía, el agua, la calidad del aire, etcétera. O, en otro ámbito, pedir una compensación al Estado por las embajadas y otras instituciones en la ciudad y que no pagan el Impuesto de Bienes Inmuebles. Hagamos valer el concepto de capitalidad de forma equilibrada.

P. ¿Sirve la ley de capitalidad?

R. Hasta ahora no está sirviendo de mucho porque no tiene un compromiso financiero detrás. Yo convocaría la Comisión Interadministrativa de Capitalidad, con Ayuntamiento, Comunidad y Estado, que nunca se ha reunido. El alcalde debería emplear ese órgano para atraer inversiones a la ciudad. No es que, por ser Madrid, vayamos a tener más ventajas que otros, pero somos la capital y tenemos una serie de servidumbres que habría que compensar.

P. ¿Por qué no lo hace Botella?

R. Se lo he preguntado y no responde. Sólo dice que la culpa la tiene José Luis Rodríguez Zapatero. Y me molesta, no porque se meta con Zapatero, sino porque ella es heredera de sí misma y de Alberto Ruiz-Gallardón. El PP lleva 23 años gobernando, y los casi 9.000 millones de deuda los han generado ellos. Pero Botella se escuda diciendo que el problema es que hay una deuda que tenemos que pagar. Aquí se hacen las cosas no por objetivos sino por asaltos, y a veces con sobresaltos. Con Botella es difícil alcanzar consensos, y ni siquiera pacta los disensos. Es una persona muy difícil en la relación política, más allá del respeto institucional y personal.

P. El segundo problema en importancia para los madrileños es la contaminación. ¿Qué haría?

R. Los problemas se arreglan siendo conscientes de la realidad del problema. Para empezar, hay que medir en los sitios donde más contaminación hay. Si nueve o 10 de las estaciones medidoras están en zonas verdes, la media sale distorsionada. No existe un botón mágico para resolver la contaminación, por eso hemos presentado 100 medidas: peatonalizar calles, señalizar áreas de prioridad residencial sin necesidad de instalar cámaras de vigilancia, implantar zonas de bajas emisiones con la velocidad máxima limitada... Hemos propuesto actuar sobre el eje Prado-Recoletos, dejando sólo tres carriles los fines de semana.

P. Los parquímetros son uno de los servicios menos valorados.

R. ¿Por qué cobrar más aparcamiento a los coches que más contaminan? Es una medida recaudatoria. Para empezar, yo quitaría los de fuera de la M-30; no ampliaría su horario, como ha hecho el Ayuntamiento; y revisaría las tarifas según criterios sociales para ajustarlos a la crisis económica.

P. El 35% de madrileños dice usar el coche para moverse por la ciudad. ¿Cómo les convencería?

R. No hay que hacer una cruzada para que la gente no vaya en coche, sino proteger las áreas con mayor contaminación. Seguiría las indicaciones europeas, etiquetando los coches según su antigüedad para que los más contaminantes no puedan acceder al centro. Pero a Botella le falta coraje.

P. Pero así penaliza a los coches más antiguos, que suelen pertenecer a quiénes menos recursos económicos tienen.

R. Hay que tomar decisiones. Además, establecería aparcamientos disuasorios en los accesos...

P. Eso depende sobre todo del Ministerio de Fomento...

R. Un alcalde tiene que tener redaños y saber convencer. Hay que tener coraje para plantear lo que realmente necesita Madrid. Hay que fomentar el transporte público, en vez de reducir en 131 autobuses la flota urbana, con cada vez mayor tiempo de espera.

P. ¿Qué calles peatonalizaría?

R. Carretas, la cava de San Miguel, la travesía del Arenal, plaza de Celenque, entorno del Cuartel del Conde Duque... Durante el fin de semana, de forma complementaria, habría peatonalizaciones parciales en todos los distritos.

P. Todo eso requiere de mucho dinero, y el Ayuntamiento no lo tiene ahora ni, en principio, lo tendría si usted fuera alcalde.

R. Dedicar uno de cada cuatro euros del presupuesto municipal a pagar a los bancos lleva a recortes injustos de gasto. Botella debe buscar una fórmula de carácter político para que el Gobierno le deje refinanciar la deuda. ¿Dónde quedaron las reivindicaciones en ese sentido de Gallardón?

P. Gallardón acudió a La Moncloa con sus reivindicaciones y fue Zapatero quién se negó.

R. ¿Y? Yo soy yo y mis circunstancias. A lo mejor tengo un peso específico mayor que Botella, incluso con Rajoy. Si fuera alcalde, acamparía en La Moncloa si hace falta para conseguir un nuevo y mejor modelo de financiación local. Y, además, vendería el Palacio de Cibeles, sacaría 510 millones y volvería a la plaza de la Villa.

P. Fue Trinidad Jiménez la que propuso trasladar la sede del Ayuntamiento a Cibeles.

R. Propuso usar el edificio de Correos en Cibeles, pero todo su entorno y edificios complementarios, ni por supuesto realizar unas obras faraónicas de 510 millones de euros en plena crisis.

P. La mitad de madrileños está insatisfecha con los impuestos. ¿Los cambiaría? ¿Los subiría?

R. No los subiría. Por la revisión catastral de Gallardón, ya vamos a pagar más Impuesto sobre Bienes Inmuebles cada año hasta 2021. La presión fiscal sobre los ciudadanos ya es terrible.

P. ¿Cómo atraer inversiones?

R. Creo que los Juegos Olímpicos son importantes. Y no son lo único. Tenemos unas universidades potentes, aunque haya problemas de financiación; unos organismos de investigación interesante; un parque científico con incubadoras de empresas tecnológicas que funciona muy bien. Tenemos un polo biotecnológico y biomédico extraordinario. Hay que aprovechar esas fortalezas.

P. ¿Cree que el candidato socialista a la alcaldía debe decidirse mediante elecciones primarias?

R. No me parece mal, creo que es un proceso abierto y democrático. Yo fui elegido en primarias...

P. Pero no tuvo rival.

R. Porque no se presentó nadie. Pero fui elegido por primarias tanto como el que más.

P. ¿Competiría usted si surgiera otro candidato?

R. Yo dije que iba a venir a Madrid y que me iba a quedar. Y he cumplido. Y si mis compañeros quieren, y reúno las firmas necesarias, me presentaré.

P. ¿Cree que competirá contra Botella en 2015?

R. No lo sé, habría que preguntárselo a ella. Yo comparto lo que dijo ella en una ocasión: ahora no estamos preocupados en quién va a ser candidato. Sería absurdo decir que no lo piensas, pero las primarias socialistas son dentro de un año, queda tanto tiempo.

P. ¿Quiere a Botella de rival?

R. Mi divisa no conoce el miedo. Me da igual quién me pongan, como si me ponen a Rajoy.

P. ¿Añora a Gallardón?

R. No, los que lo echan de más son los que sufren las tasas judiciales. Le conozco desde hace mucho tiempo y siempre he tenido una relación personal buena. Con el paso del tiempo se le juzgara, o por la gran transformación de la ciudad bajo su mandato, o como el señor de la deuda, que generó una fractura social y territorial.

P. Si no logra mayoría absoluta ¿con quién pactará?

R. Cuando corres una carrera, vas a ganar. Pero si los ciudadanos votan un programa de progreso se podría buscar un acuerdo.

P. Del cero al 10, ¿cómo se lleva con Ángel Pérez?

R. Son muchos años... un 9.

P. ¿Y con David Ortega?

R. No por diferencias sino porque le conozco menos... un 8.

P. ¿Y con Ana Botella?

R. La relación es normal, aunque políticamente sea difícil que cuajen acuerdos... un 5.

P. ¿Y con Tomás Gómez?

R. Un 10.

P. No hay ninguna diferencia.

R. Siempre habrá matices, pero con Tomas, desde el punto de vista de trabajo, hay una muy buena relación. Hubo en su momento las diferencias, yo apostaba por Alfredo Pérez Rubalcaba, presenté una lista diferente para presidir el PSM... Pero en el trabajo diario, sin problemas. Lo que no se puede pedir es que los partidos sean democráticos pero haya pensamiento único.

P. No pudo elegir a su equipo. ¿Aspira a elegirlo en 2015?

R. Tengo una relación excelente prácticamente con todos. Otra cosa es que a lo mejor me gustaría que estuvieran también otros.Creo que sería buen entrenador, pero Mourinho no se va y no hay hueco. Allá Florentino Pérez.

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