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El cerebro es una 'virguería'

Tecnópole y la Fundación Barrié acercan los misterios del cerebro humano a un centenar de escolares con una clase de ciencia didáctica

Imágenes de la clase
Imágenes de la clase

Educación 2.0. El profesor del futuro les dirá a sus alumnos: “Gutiérrez, presta más atención que esas ondas cerebrales andan bajas”. Así explica David Ballesteros a un centenar de alumnos boquiabiertos de Mugardos y Narón los avances en el estudio de la parte más completa y inexplorada de la anatomía humana.

Lo hace con un medidor de ondas neuronales que le coloca en la cabeza a Rubén, un chaval que se presenta voluntario, para monitorizar su actividad cerebral. Los aparatos, que hace unos años costaban miles y miles de euros ahora se pueden comprar en internet por unos 90 euros y son el futuro, explica este profesor ourensano, vocacional y devoto de la enseñanza. “Transmitirán nuestra localización, nuestro nivel de atención y hasta nuestro estado de ánimo”, comenta, no sin inquietud. Demasiada información y poca privacidad. Ballesteros es una de las tres piezas que dan forma a 'CeoAberto', una empresa fundada en 1997 por varios docentes empeñados en acercar la ciencia a los chavales de una forma práctica y directa que se aleja de la ortodoxia de los libros de texto.

El jueves, se subió al escenario del centro cultural 'Carvalho Calero' de Ferrol para dar una clase experimental de una hora, 'El cerebro: 15w de potencia', a 90 chavales de 3º y 4º de Secundaria de los IES de Mugardos y Trasancos, en Narón. “El cerebro -les dice- es una virguería”. Juegos de concentración e ilusiones ópticas para demostrar que aunque eficiente y asombroso, nuestra eficiente computadora también nos engaña y nos transmite una realidad subjetiva a través de los sentidos que dan forma a nuestra visión del mundo.

Ballesteros les cuenta que la lengua detecta cinco y no cuatro sabores como se creía -dulce, amargo, salado, ácido y umami- o la anécdota de un científico muy riguroso que se dedicó a pesar los cerebros de muchos cadáveres para determinar que el de los hombres pesaba, de media, 100 gramos más que el de la mujer (1250). Curiosamente, cuando murió donó el suyo a la ciencia y resultó que, con todo su intelecto, pesaba todavía menos que uno femenino.

“La clave de la inteligencia son las redes neuronales y se pueden entrenar, casi igual que un músculo”, los anima.

La actividad forma parte de un singular proyecto educativo de Tecnópole, el Parque Tecnolóxico de Galicia, que financia la Fundación, Barrié con el respaldo de la consellería de Industria. Arrancó en 2012 y este año repiten. De febrero a mayo, Ceo Aberto gira por las principales ciudades gallegas para acerca a los estudiantes de Secundaria a los secretos de la física, la química, la biología o las matemáticas de forma experimental e interactiva con trucos que espolean la curiosidad de los chavales.

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“¿Cuánto dura el amor?”, les pregunta el maestro. El nivel de atención sube y el ruido de fondo baja rápidamente en el preludio de un runrún de codazos y cuchicheos. “Químicamente, de tres a cuatro años”, resume. Y para despedirse, un consejo 'científico': para ligar, mejor después de Educación Física, que la adrenalina se dispara. Tecnópole regresará a Ferrol en abril con otra clase/espectáculo sobre cine y ciencia ficción. A Coruña, Pontevedra y Vigo serán las próximas paradas.

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