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Una escisión del PP alcanza el poder en Catral con una moción de censura

El tripartito que ha desalojado al PP se fija como prioridad resolver las infracciones urbanísticas El nuevo alcalde elimina las dietas y las tarjetas Visa municipales El PP tilda al nuevo gobierno de "camarote de los hermanos Marx"

Pedro Zaplana, nuevo alcalde de Catral, recibe la felicitación de vecinos tras el pleno en el que fue elegido.
Pedro Zaplana, nuevo alcalde de Catral, recibe la felicitación de vecinos tras el pleno en el que fue elegido.Morell (EFE)

La guerra interna en el seno del PP en la provincia de Alicante durante la pasada legislatura desembocó en un rosario de candidaturas independientes que concurrieron a las elecciones municipales, y consiguieron varios ediles en diversos municipios. Una de esas escisiones del PP, Alternativa Popular por Catral (APC), asumió este miércoles su primera alcaldía, con el apoyo de los ediles socialistas, que lograron desbancar al PP mediante una moción de censura.

Las escisiones del PP vivieron esta primera moción con “esperanza y alegría” porque algunos empezaron a ver claro cuál es el camino a seguir. “El PP se hunde en la comarca”, admitió Domingo Soler, concejal en Torrevieja de Alternativa Popular y mentor de una federación de partidos independientes que concurrirán juntos a las elecciones para intentar lograr representación en la Diputación. Benidorm, Torrevieja, Dolores o Alcoi son algunos de los municipios en los que las escisiones del PP intentarán sacar pecho.

Bien distinta es la lectura que ofreció la dirección provincial del PP que considera que la moción de Catral puntual y fruto “del ansia personal” del nuevo alcalde al que el PP le impidió encabezar la lista municipal. No obstante, el PP admitió que negocia presentar otras mociones de censura donde la situación empieza a ser ingobernable, y citaron los casos de Orihuela, Benidorm o Castalla. “No tenemos ansias de poder, pero los alcaldes actuales se desgastarán porque gobiernan en minoría”, admitió un miembro de la ejecutiva provincial del PP.

Mientras se fraguan estas mociones, en Catral el nuevo alcalde, Pedro Zaplana, que militó durante ocho años en el PP y en la anterior legislatura fue número dos del exalcalde, Aurelio Albero, asume la vara de mando con un Ayuntamiento que lleva tres años con presupuestos prorrogados, una deuda que acabarán de pagar en el año 2032 y con decenas de casas en la huerta sin regularizar.

El alcalde se comprometió a reducir gastos, suprimiendo por ejemplo las dietas, la tarjeta de crédito del alcalde o los asesores externos, y abogó por eliminar la “política del voto cautivo a través de los estómagos agradecidos”, en referencia los supuestos casos de enchufismo. Zaplana también se comprometió a eliminar los “contratos a dedo” y pidió la colaboración de todos para “trabajar juntos, acabar con los miedos y los enfrentamientos y llegar a acuerdos que beneficien a Catral”, dijo.

Por su lado, el exalcalde del PP habló de “fraude electoral” y acusó al tripartito (APC, Socialistas por Catral y PSPV-PSOE) de haber urdido esta estrategia con alevosía desde el inicio de la legislatura. “Ahora el gobierno será como el camarote de los Hermanos Marx”, ironizó Albero, que se atribuyó el mérito de haber “criado” políticamente a Zaplana, de 32 años, y de haberle “hecho un hueco” en el PP, donde inició su meteórica carrera política.

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Al margen de los reproches y de las continuas interrupciones del portavoz popular, que fue amenazado de expulsión varias veces por parte de la presidenta del pleno, el nuevo Gobierno municipal tiene por delante unos retos complicados. Catral, una localidad de 10.000 habitantes ubicada en la comarca de La Vega Baja, pasará a la historia por las 1.200 casas fuera de ordenación que se construyeran en su término municipal. El desmán urbanístico fue de tal dimensión que la Generalitat retiró en 2006 la competencia urbanística al Ayuntamiento, que se vio obligado a demoler 251 casas ilegales. En 2009 el consistorio recuperó la competencia del urbanismo. Y el nuevo alcalde no esquivó el tema, y se coprometió a revisar el PGOU y legalizar todas las viviendas construidas en suelo rústico para que “todos los vecinos participen del pago de los impuestos con igualdad de condiciones”. Con un salón de plenos abarrotado de vecinos y políticos de la comarca, los siete concejales que estaban en la oposición asumieron el gobierno, y los seis del PP pasaron a la oposición. La de Catral es la séptima moción de censura que prospera esta legislatura en la Comunidad Valenciana.

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