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La mujer de Crespo, ante la Guardia Civil por sus lazos con la trama rusa

Guadalupe Oliva intentó que Petrov siguiera patrocinando al club de hockey

Guadalupe Oliva, ayer a su llegada a la comandancia de la Guardia Civil de Girona.
Guadalupe Oliva, ayer a su llegada a la comandancia de la Guardia Civil de Girona.PERE DURAN

El diputado de CiU en el Parlament Xavier Crespo y su esposa, Guadalupe Oliva, están muy unidos. Los dos son médicos y trabajaron juntos para los hospitales de Blanes y Calella. Ambos han dirigido el club de hockey de Lloret de Mar, donde juegan dos de sus hijos. Y ahora, están involucrados en la operación Clotilde por su presunta vinculación con una trama de blanqueo de capitales de la mafia rusa. Primero fue él, imputado por prevaricación y cohecho. Y ayer, ella, citada a declarar en la comandancia de la Guardia Civil de Girona por cohecho. La mujer, que acudió acompañada de su abogado, Manuel González Peeters, se acogió a su derecho a no declarar.

Guadalupe Oliva es vicepresidenta del club de hockey de Lloret, en el centro de la investigación del juez por los patrocinios recibidos del presunto líder de la trama de blanqueo, Andrei Petrov. La empresa de Petrov contribuyó a la buena marcha del club durante tres temporadas, entre 2007 y 2010, cuando entregaba 20.000 euros en cheques cada cuatro meses. Los recogía el presidente del equipo, Josep Lluis Perarnau, en las oficinas de Petrov, según recoge el sumario del caso. El exalcalde Crespo y el concejal de Urbanismo, Josep Valls, impusieron los patrocinios a Petrov a cambio de favores urbanísticos. El presunto mafioso aportó en total 270.000 euros.

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Oliva conocía bien a Petrov, a su arquitecta y mano derecha, Pilar Gimeno, e incluso al jefe y líder de la trama de blanqueo, Viktor Kanaikin, a quien la mujer le fue presentada durante un viaje de tres días a Moscú en el que acompañó a su esposo. Fue el propio Kanaikin, un hombre poderoso que dirigió durante años una empresa ligada al negocio del gas en Rusia, quien pagó íntegro ese viaje, según dijo Petrov ante el juez y corroboró un empleado de la agencia que vendió los pasajes.

Junto con Petrov viajaron Crespo, Oliva, un hijo de ambos, Valls, Gimeno, el marido de ésta y un hijo del matrimonio. En ese viaje a Moscú, que se realizó entre 2007 y 2008, Crespo y Valls se comprometieron a hacer “todo lo posible” por ayudar a Petrov a construir un centro comercial en los terrenos de la antigua plaza de toros a cambio de los patrocinios a los clubes. Del trato tuvo conocimiento el propio Kanaikin.

La participación de Oliva en estas negociaciones, que propiciaron que Crespo perdonase a Petrov 133.000 euros en el impuesto de obras, no fue testimonial, según el sumario. Hubo un intento de que ella se beneficiara personalmente. En la negociación con Petrov, el encargado de defender los intereses de Oliva fue el entonces concejal de comercio de Lloret, Victor Llasera, que pidió que la mujer “ejerciese como responsable de salud y sanidad” del centro comercial.

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La esposa del exalcalde de Lloret se acoge a su derecho a no declarar

Oliva aparece en una de las conversaciones intervenidas. Cuando Petrov dejó de patrocinar a los clubes de Lloret, molesto porque consideraba que el ayuntamiento había dejado de favorecerle, Oliva intentó que el presunto mafioso diera marcha atrás. Y lo hizo de forma que Gimeno, persona de total confianza de Petrov, lo consideró un “chantaje”. En una conversación que ambas mantuvieron en septiembre de 2011, Oliva amenazó con “escribir una carta en ruso” a Kanaikin para pedirle ayuda ya que Petrov se negaba a reunirse con ella.

Gimeno trató de tranquilizarla, le contestó que haría lo posible y le avisó de que no chantajease al ruso, ya que las consecuencias podrían ser peores. En esa conversación, Gimeno trató a Oliva como uno más del consistorio de Lloret. De hecho, le recordó que Petrov estaba “muy descontento” con el ayuntamiento y que el líder de la trama de blanqueo asociaba a Oliva con las decisiones que tomaba el equipo de Gobierno.

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