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Miró baila en el Mercat de les Flors

La compañía Aracaladanza presenta su montaje familiar sobre el pintor, ‘Constelaciones’

Clara Blanchar
Un momento de 'Constelacions', de Aracaladanza, en el Mercat de les Flors.
Un momento de 'Constelacions', de Aracaladanza, en el Mercat de les Flors.

Bailan los colores, las texturas, las emociones, hasta la materia: la pintura y las pinceladas. Bailan y saltan, ríen, ruedan, juegan, se arquean, vuelan, se descomponen, pintan. Constelaciones es el espectáculo con el que la compañía madrileña Aracaladanza homenajea a Joan Miró. Dirigido por el coreógrafo Enrique Cabrera, que se encerró durante una semana en los archivos de la Fundación Miró para bucear "en el desafío" que es la obra del artista, el espectáculo logra lo pocas veces visto en la oferta familiar: que el público acabe aplaudiendo a rabiar entre bravos!

De factura técnica impecable un vestuario precioso y música compuesta para la creación, los cinco bailarines comienzan festejando la obra de Miró con linternas que se hacen luz, luz que se transforma en colores. Y estos aparecen de mil formas: como ovillos de lana que se tornan pelotas, pelotas que devienen en enormes bolas, cintas que parecen trazos, capas superpuestas de vestuario (¡alucinante!), cojines de todos tamaños de los que de nuevo salen piezas de más colores, figuras que bailan de blanco o de negro.

Constelaciones utiliza también, aunque de forma discreta, proyecciones audiovisuales.

Y aparece un elemento poco conocido de la obra de Miró, que empezó pintando a los seis años y en cuyas ruedas y radios se inspiró para pintar constelaciones: la bicicleta. Lo explica el director, que con los dos espectáculos anteriores de la trilogía, (sobre el Bosco y Magritte), se ha llevado un saco de premios. Una bici que aparece y desaparece conducida por un señor calvo que, casualidad o no, parece el genio disfrutando tanto como el público: de su legado y de lo que ocurre en el escenario.

No hay ni gota de texto ni diálogo en Constelaciones. Como la pintura, la danza habla por sí sola. Es agradable pensar que lo que pasa en el escenario podría muy bien ocurrir cada noche frente a los cuadros que cuelgan de la Fundación Joan Miró o de cualquier otro museo. De hecho, ver el espectáculo en una sala de museo sería la repera. A él le encantaría.

Constelaciones vuelve a representarse este fin de semana (días 9 y 10). No se lo pierdan.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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