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Fabra pronostica un camino largo y difícil para la Comunidad Valenciana

El presidente anuncia más recortes para cumplir el objetivo del déficit

Alberto Fabra conversa con la consejera de Educación, María José Català, ayer en Castellón.
Alberto Fabra conversa con la consejera de Educación, María José Català, ayer en Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

El presidente Alberto Fabra no necesitó esforzarse demasiado para establecer un paralelismo entre la Romería de les Canyes, que recuerda el traslado de los pobladores de Castellón desde el Castell Vell hasta el llano, y la actual situación de la Comunidad Valenciana. “Será un camino largo y difícil”, pronosticó. Y, como en el pasado, aventuró “un futuro mejor de lo que podemos tener en el presente”. Qué entiende Fabra por “largo y difícil” no lo explicó el presidente, pero los datos del déficit (el 3,45% del PIB regional) y las declaraciones del ministro de Hacienda no auguran nada bueno.

Cristóbal Montoro había afirmado el pasado sábado que su departamento va a revisar detalladamente el plan económico-financiero que en su día remitió la Generalitat a Madrid para determinar dónde están los fallos. La valenciana es la autonomía que va más retrasada en el cumplimiento de su plan de estabilidad. La decisión de privatizar la gestión de la sanidad, que debería suponer unos ingresos de 360 millones, se ha aplazado dos veces y todavía no hay fecha para que vea la luz. Lo mismo ha ocurrido con la venta de inmuebles que preveía una recaudación de otros 140 millones. Ambos proyectos corrieron la misma suerte. Nadie se interesó por ellos. La subida de tasas e impuestos por la que preveía ingresar 60 millones tropezó con escollos legales que la hicieron inviable. Tres propuestas para recaudar cerca de 560 millones que no salieron adelante. Ahora será el ministerio de Hacienda quien tome las riendas para imponer nuevos recortes.

Los compromisos del Consell de no cerrar nada, ni rebajar más el sueldo a los funcionarios o de realizar nuevos ajustes se complican por momentos. Las palabras del consejero de Sanidad, Manuel Llombart, en las que lamentaba las quejas de los profesionales del sector por considerarlas injustas: “No veo dónde están las privatizaciones ni los recortes”, van a ser recordadas durante mucho tiempo. El presidente ya ha avisado: el camino va a ser largo y difícil.

Una ruta que, según confesó él mismo, pasa por mayores recortes. La Comunidad Valenciana continuará ahorrando para garantizar el “equilibrio necesario” en el futuro. “Siempre tenemos que hacer esfuerzos, los hemos hecho desde hace tiempo, desde las familias y las empresas, y tenemos que seguir haciendo ese ahorro adicional en las Administraciones para que no gastemos más de lo que ingresamos”. En 2012, los ajustes llevados a cabo por el Consell supusieron un ahorro de 2.000 millones de euros; pese a ello, la desviación entre ingresos y gastos alcanzó los 3.500. Una cifra que no se puede equilibrar sin la puesta en práctica de más recortes, más privatizaciones, probable bajada de sueldos de los funcionarios y aumento de tasas e impuestos. Un cambio en el sistema de financiación autonómico haría más soportable el esfuerzo; pero el PP ya ha votado dos veces en contra de esa modificación en el Congreso de los Diputados.

Los portavoces más cualificados del PP, Serafín Castellano, secretario general del partido y consejero de Gobernación y Justicia, y Jorge Bellver, portavoz del grupo parlamentario popular en las Cortes Valencianos, reclamaron para su partido el papel protagonista en la reivindicación del cambio en la financiación; pero los hechos desmienten en buena parte sus declaraciones.

La única iniciativa con cierto fundamento que comienza a tener visos de concretarse es la redacción de un documento en el que trabajan Presidencia de la Generalitat y la patronal, pero que no cuenta con la participación de los partidos de la oposición que difícilmente se prestarán a sumarse al acuerdo sin un consenso previo.

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Ayer el secretario general del PSPV, Ximo Puig, presente también en la Romería de les Canyes, denunció la falta de política del Consell, del que dijo que estaba absolutamente desautorizado por su política económica. Puig estaba especialmente molesto por las declaraciones del ministro Montoro porque, según dijo, “vienen a ilustrar cuál es la política del Gobierno de España y cuál la del valenciano. El día anterior el Consell había dicho que no habría más recortes y 24 horas después, Montoro dice que sí que los habrá”.

Puig, que hoy viaja a Bruselas donde se entrevistará, entre otros, con el comisario europeo Joaquín Almunia para solicitar que la Comisión de la UE estudie la posibilidad de recuperar las ayudas para la Comunidad Valenciana, aseguró que el plan de estabilidad del Consell ha fracasado y reclamó un cambio de política. “La solución, dijo, no es más recortes en educación y en sanidad, sino todo lo contrario. Más pronto que tarde son necesarios otros actores para una nueva política”.

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