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Un intercambiador subterráneo permitirá ganar para el peatón la zona de Canalejas

Acogerá nueve líneas de autobús, 450 plazas de aparcamiento y la carga y descarga

Fachada del Banco Santander Central Hispano en la plaza de Canalejas.
Fachada del Banco Santander Central Hispano en la plaza de Canalejas.ULY MARTÍN

Plantar un mastodóntico complejo comercial, hotelero y de viviendas a un tiro de piedra de la Puerta del Sol, en una manzana hasta ahora abandonada y en un área prácticamente peatonal. Este proyecto, impulsado por el constructor Juan Miguel Villar Mir, presidente del grupo OHL, cambiará la faz del centro, revitalizando la zona conocida como Canalejas. Creará empleo, y atraerá turismo. Pero también pondrá patas arriba el tráfico en un eje ya excesivamente congestionado.

Conscientes de ello, tanto la empresa como el Ayuntamiento (Partido Popular) estudian una actuación urbanística que aligere el tráfico y ahonde en la peatonalización del centro. Esta remodelación, aún en ciernes, aprovecharía la oportunidad que plantea la reforma de los seis edificios adquiridos por Villar Mir en la plaza de Canalejas y en los números 6, 8, 10, 12 y 14 de la calle de Alcalá.

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El empresario obtuvo ayer del Ayuntamiento una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana que permitirá, una vez sancionada por la Comunidad, que la antigua sede del Banco Español de Crédito y Central se convierta en un centro comercial de lujo, un hotel de más lujo, y unas viviendas lujérrimas.

Esta modificación urbanística permite ampliar el complejo previsto en 1.000 metros cuadrados, hasta llegar a los 47.330 de superficie total (a cambio de una compensación en suelo o dinero). Además, se hará un aparcamiento subterráneo de hasta 450 plazas.

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Esto será posible gracias a que tan solo la fachada y parte de la crujía se han blindado como Bien de Interés Cultural por parte de la Comunidad, levantándose la protección del interior. “Las reformas interiores realizadas durante más de 60 años eliminaron los vestigios del pasado, creando superficies diáfanas que sólo dejaron a salvo elementos originales de forma puntual u aislada”, explica el Ayuntamiento al respecto.

Respecto a lo que ocurrirá en el exterior, el Ayuntamiento señaló ayer que “la progresiva peatonalización del centro ha ido desplazando el tránsito rodado desde la Puerta del Sol a las calles de Sevilla y Cedaceros, y a la carrera de San Jerónimo. Esto produce aglomeraciones de tráfico, junto a una elevada cantidad de usuarios de los autobuses de la EMT y del Metro (más de 26.000 viajeros diarios en 2012)”.

Por ello, está estudiando “una actuación pública en la estructura viaria con un triple objetivo: mejorar el servicio de autobuses, recuperar espacio para el peatón, y reestructurar la circulación y el estacionamiento de vehículos privados, y la carga y descarga”.

¿Cómo se va a hacer? Según fuentes próximas a la empresa y a las dos Administraciones implicadas, la clave está en que la modificación urbanística aprobada ayer posibilita que se pueda implantar un intercambiador de transporte bajo la calle de Sevilla. Es decir, enterrar el flujo de autobuses públicos (las nueve líneas que confluyen allí tendrían su cabecera en el intercambiador), pero también el de vehículos privados (que aparcarían allí) y el de carga y descarga (labor que se realizaría así mismo bajo la superficie).

Eso permitiría ampliar las aceras en el resto del eje, y singularmente en la calle de Sevilla, hasta dejar tan solo un carril o dos de circulación. Alcalá ya es prácticamente peatonal desde allí hasta Sol, aunque apenas tiene viandantes por la falta de comerciosl.

Además, se estudian cambios de sentido en algunas vías que posibiliten aligerar aún más el tráfico rodado. Así mismo, esta actuación posibilitaría la recuperación del espacio en superficie, limpiándolo de obstáculos, chirimbolos y demás artefactos urbanos, y mejorar el medio ambiente urbano.

Este proyecto, que ni siquiera lo es aún, puesto que requiere de estudios y negociaciones por parte de las dos Administraciones y el Consorcio de Transportes, plantea además otra ventaja: el intercambiador no comunicaría sólo con la estación de metro de Sevilla, en la línea 2, sino también con la de Sol, que es en sí misma un universo propio. Eso ligaría directamente el complejo también con la red de ferrocarril de Cercanías.

Aun con el trabajo coordinado de las dos Administraciones, el cambio urbanístico no estará aprobado al menos hasta el verano. Pero la empresa podría ir pidiendo ya algunas licencias para adelantar el trabajo en cuestiones que se vean afectadas por este trámite, como el derribo de algunos muros, etcétera.

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