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“Un par de directivos deberían estar en la cárcel”

Las comparecientes expresan su decepción tras haber confiado en el equipo directivo de la caja

La polémica renovación de órganos de gobierno de 2007 generó el relevo de Vicente Sala por Modesto Crespo como presidente de la CAM. La exconsejera de la caja Raquel Páez fue muy explícita en su opinión. “Vicente Sala era un caballero y un hombre honesto”, dijo, aunque precisó que eso no quiere decir que coincidieran en ideas. “No tengo la misma opinión de Modesto Crespo”, añadió.

Según Páez, no fue la politización de los órganos de gobierno, que se produjo en todas las cajas de ahorros, lo que resultó funesto para la CAM. “Fue devastadora la acción de un par de directivos que sinceramente pienso que deberían estar en la cárcel”. Páez no precisó, ni en la comisión de investigación de las Cortes Valencianas ni después a este diario, a quiénes se refería, pero durante su comparecencia se lamentó de lo que ha sabido “a posteriori” sobre la actuación del que fue director general de la caja: “Con Roberto López Abad me he llevado la mayor decepción de mi vida. Con otros, no”.

Páez comentó haber puesto pegas en el consejo a la refinanciación de préstamos a proyectos como Terra Mítica o Polaris World. Un consejero vinculado a Terra Mítica la hizo callar en el primer caso. Sobre el segundo, comentó: “Todo el mundo sabía que no estaban vendiendo ni una casa”. Sin embargo, la sucesora de López Abad, en la dirección general, María Dolores Amorós, le respondió que era un préstamo sindicado y había que asegurarse de que lo devolviesen.

Aunque indicó que la dirección de la CAM, al parecer, “ponía en las actas lo que quería”, Páez dijo haberse guiado por la plena confianza en los profesionales que dirigían la entidad: “Confiábamos en las personas que estaban en el día a día”, explicó, en el mismo sentido Natalia Caballé, que fue también consejera de la CAM. Según Caballé, la comisión de inversiones, de la que formaba parte, tenía un carácter “informativo” y, aunque dudó de algunas inversiones, no votó en contra porque “lo ponían todo tan bien que no podías decir que no”.

La diputada de Compromís Mireia Mollà preguntó a las tres comparecientes por las dietas que cobraron de las empresas participadas y por la aprobación de la retribución de 300.000 euros anuales, con dos trimestres retroactivos, al presidente de la caja, Modesto Crespo, en el consejo de administración. Ninguna recordó haber aprobado esa retribución ni las jubilaciones de directivos, por las que preguntó el socialista Ángel Luna.

El diputado de Esquerra Unida Lluís Torró quiso que Natalia Caballé le explicase por qué la CAM hizo “regalos” en forma de préstamos a ciertos empresarios. “¿Qué tienen Ortiz o Ballester que no tengan los demás?”, se preguntó. Y Mollà, que recordó que Remedios Ramón tuvo una comentada intervención en uno de los capítulos del programa de Jordi Évole Salvados, le preguntó qué quería decir cuando indicó en ese espacio que comunicó lo que ocurría en la CAM al PSPV-PSOE pero había “voces más fuertes” que la suya. Ante la insistencia de la diputada, que llegó a citar el nombre del consejero Martín Sevilla, Ramón respondió que ella daba a conocer sus opiniones pero “el partido socialista no se metía”. “Decía que votásemos en conciencia”, concluyó.

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