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Un millón para una depuradora que no depura

El Ayuntamiento ourensano de Pereiro de Aguiar construyó en 2010 una estación sin punto de vertido

Depuradora de Pereiro de Aguiar, finalizada en 2010, con fondos de inversión local, y sin estrenar por carecer de un punto de vertido.
Depuradora de Pereiro de Aguiar, finalizada en 2010, con fondos de inversión local, y sin estrenar por carecer de un punto de vertido.

Al Ayuntamiento ourensano de Pereiro de Aguiar (6.000 habitantes) no le llega el presupuesto de cinco millones de euros anuales para hacer frente al pago de los servicios municipales. El gobierno local que preside desde más de 25 años Eliseo Fernández ha empezado a renunciar a prestar a los vecinos algunos de ellos.

El alcalde e histórico baltarista se aferró al sueldo que él mismo decidió que valía su gestión al frente de la corporación — 50.000 euros brutos anuales a los que añade sus percepciones por asistencias a plenos y otros actos de la Diputación, en donde ocupa escaño— y el año pasado, sin tocarle a su salario, asumió la quiebra de la institución que preside. Fernández presentó un plan de ajuste por deudas pendientes de pago de casi un millón de euros. Para afrontar la situación económica, ha suprimido casi todas las prestacionesmunicipales que facilitaba a sus vecinos. Otros, en los que se gastó cantidades considerables, no llegaron a funcionar nunca.

La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Pereiro de Aguiar —colindante con la capital ourensana— está levantada desde 2010. Su construcción se llevó uno de los cinco millones de euros del presupuesto municipal —una parte procedente de ayudas del Estado— pero jamás se ha puesto en funcionamiento: una vez invertido el dinero y finalizada la obra, el regidor se percató de que no disponía del imprescindible punto de vertido.

El municipio ha quedado —hasta una nueva e imprevisible inversión— sometido al pago de un canon anual de 240.000 euros para conectarse a la depuradora del ayuntamiento próximo de San Cibrao das Viñas, municipio gobernado también históricamente por el PP y al que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ha impuesto importantes sanciones por realizar vertidos contaminantes al Barbaña a su paso por Ourense.

Con la EDAR de Pereiro imposibilitada para ejercer su función, el alcalde ha querido calmar los ánimos y las denuncias de los grupos ecologistas que alertaron de vertidos a los ríos en ese mismo municipio. Eliseo Fernández aseguró que “no se vierte nada a ningún río” y que los residuos que genera el parque empresarial del municipio cuenta con “los controles" de la Diputación y del servicio de la depuradora de San Cibrao de la que ahora depende la de Pereiro.

No es el único agujero por el que se cuela el presupuesto de este ayuntamiento. El regidor ha emulado la política de contrataciones del baltarismo: las partidas dedicadas a personal (en torno a un centenar de empleados, según datos del grupo socialista) y gasto corriente superan el 75% del presupuesto. El actual presidente de la Diputación, José Manuel Baltar Blanco, no dudó en situar precisamente a Fernández como responsable de Personal de la institución provincial. El alcalde de Pereiro, con impenetrables mayorías absolutas desde 1987, se ha permitido anular a la simbólica oposición en su municipio: candidatos del BNG y del PSOE en anteriores comicios llegaron a obtener actas de concejales, pero bajo las siglas del PP. Otro alarde de la capacidad de arrastre del baltarismo.

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Fernández —famoso por haber empuñado una escopeta, en los 80, para intentar disolver un piquete que impedía el trabajo en su empresa de chimeneas— fue uno de los históricos del baltarismo que acudió a respaldar al exbarón y padre de su jefe provincial, José Luis Baltar Pumar, cuando éste fue a declarar al juzgado el pasado día 8 imputado por el supuesto delito de prevaricación en relación con la contratación de personal en el entorno del congreso del partido que ganó su hijo. Con el modelo de gestión del baltarismo en los tribunales, el regidor de Pereiro mantiene su abultada plantilla mientras hace frente a la crisis: un préstamo de un millón de euros que recibió del Estado y un crédito municipal de 350.000 euros, canon de depuración aparte.

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