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El viacrucis de Pere Navarro

Crisis y escándalos se suceden en los 14 meses de mandato del líder del PSC

El líder del PSC, Pere Navarro.
El líder del PSC, Pere Navarro.Toni Garriga (EFE)

Pere Navarro llegó a la dirección del Partit dels Socialistes de Catalunya en el peor momento histórico de la formación, pero los 14 meses de su liderazgo lejos de marcar un punto de inflexión para consolidar su liderazgo se han convertido en un viacrucis de final imprevisible. Estas son algunas de las etapas más sonadas del tortuoso camino que ha vivido el primer secretario del PSC, que culminan con el caso de presunto espionaje que salpica a la formación.

Pacto fiscal. Fue la primera prueba de fuego. El PSC votó la mayoría del texto que salió del Parlament en julio de 2012, pero se abstuvo en la columna vertebral de la declaración, en medio de un intenso debate interno."el exconsejero Ernest Maragall rompió la disciplina de voto y votó a favor en un apartado Navarro calmó los ánimos de los diputados y cuadros soberanistas, que amagaron con una rebelión interna y censuraron al líder el PSC en un comunicado.

Derecho a decidir. El grupo parlamentario, que entonces tenía 28 diputados, se partió en dos mitades a propósito de la declaración de independencia que se votó en el Parlament. Al final se abstuvieron en el texto que nuevamente pactaron CiU, ERC e ICV. Los socialistas votaron su propia resolución, en la que se abogaba por el derecho a decidir a través de una consulta o referéndum pactado. El PSOE digirió muy mal ese posicionamiento.

Confección de las listas. Navarro intentó contentar a varias sensibilidades del PSC con las listas para las autonómicas, pero no se salió con la suya para vetar a diputados que habían sido muy críticos. Fue el caso de la exconsejera Marina Geli, a la que quería apartar de la lista por Girona pero que acabó aceptando por la presión territorial.

Operación Mercurio. El 27 de noviembre los Mossos d´Esquadra entraron en el Ayuntamiento de Sabadell y se destapó una trama de corrupción urbanística en la que fueron imputados el alcalde Manuel Bustos y varios concejales, además de la alcaldesa de Montcada i Reixac, Maria Elena Pérez. También salpicó al diputado Daniel Fernández, secretario de organización del PSC. Navarro salió en defensa de todos ellos, pero al final ha acabado forzando la dimisión de Bustos, al que el juez atribuye cuatro delitos, por el desgaste que suponen las revelaciones del caso.

Votación soberanista. El líder socialista anunció en el debate de investidura de Artur Mas (22 de diciembre) que el PSC se abstendría en todas las votaciones sobre el derecho a decidir. Un mes después se produjo la primera y el PSC reabrió su división interna de manera muy sonada. Cinco de los 20 diputados rompieron la disciplina de voto y no votaron contra la declaración soberanista, como hicieron el resto. Navarro llamó a “pasar página”.

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Espionaje. Por si Navarro no tenía bastante, el pasado día 18 trascendió un caso de espionaje que salpicó al exsecretario de organización José Zaragoza. El PSC negó inicialmente cualquier relación con la empresa de detectives implicada, pero al cabo de 48 horas reconoció que otras sociedades del mismo grupo sí habían trabajado para el partido. Zaragoza y Navarro dijeron sí y no en apenas una hora de diferencia.

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